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22/06/2013

Regresaba a su departamento, está vez con varios cuerpos que había logrado robar de una morgue. Agradecía llevar su bolsa puesta en ese momento, el olor a descomposición hubiese sido sofocante.

Dejó a sus... Invitados dentro de la heladera para preservarlos lo más posible. Mientras tanto se lavó las manos, se cambió de ropa y se quitó la  bolsa de papel guardandola nuevamente para su siguiente robo.

Recordaba con una sonrisa su gran avance científico frecuentemente elogiado por sus profesores y compañeros de clase.

"¿Como descubriste eso?"

"¡Que gran investigación la tuya Kenn!"

"¿Como lo hiciste? Te debió haber llevado un largo tiempo"

Cada que le hacían preguntas prefería cambiar el tema, no podía dejar que se supiera que todo lo sabía gracias a cuerpos y partes que robaba de diferentes lugares... Algunos inclusive los comprada a gente no muy confiable.

Los  cadáveres no eran sus únicas víctimas, el aereopuerto local tenía un problema de desaparición de cosas. Desde maletas hasta piezas de aviones, las cámaras no lograban captar quien era aquel ladrón.

Sin embargo Kenning procedía con sus estudios, su hambre de conocimiento no podía ser saciada con facilidad. Noches enteras sin dormir experimentando y leyendo le hicieron perder (más) la cabeza poco a poco.
Sus comportamientos bizarros y su mirada cansada preocupaba a sus maestros y compañeros; sin embargo sus calificaciones nunca eran inferiores a "A++"

"Ve a dormir" "descansa un rato" "¿Que no has tomado una siesta?" Eran los comentarios que más escuchaba. Un seco "No" siempre salía de su boca seguido de una temblorosa sonrisa y un pulgar en alto.

[...]

Era una noche fría, llena de neblina.

Se acercaba el invierno, la temperatura bajó drásticamente.

Era fin de semestre, el momento más estresante de todo estudiante.

Flug necesitaba entregar un proyecto nuevo, uno sumamente ambicioso. Que claro, no iba a ser para nada barato.

Afortunadamente, podía conseguir lo que quisiera, al precio que estaba dispuesto a pagar.

Nada.

Con su confiable bolsa de papel puesta, una gabardina bastante larga, y las gafas que usaba en todos sus vuelos, se infiltró nuevamente al aeropuerto.

Esta vez, iba detrás de la caja negra de algún avión, necesitaba guardar información, y éstas poseían el disco duro más grande a la redonda.

Después de rebuscar por toda la zona de mantenimiento, se dio cuenta que no había una sola caja.

—Que raro, se supone que deben estar aquí— susurró para sí, rascándose la bolsa, olvidó que la traía puesta.

Si no había en las refacciones, significaba que todas estaban siendo usadas.

Tendría que ir a recolectarla.

Era de madrugada, los aviones estaban acomodados, listos para salir en los vuelos a primera hora. Vaya suerte.

Un hermoso Ilyushin Il-96 estaba en el hangar brillante y listo para despegar al amanecer, un modelo completamente nuevo. La caja negra debía estar sin usar, perfecto.

Se acercó sigilosamente, vigilando que nadie le siguiera.

Cómo pudo se subió al avión, forzando la puerta para entrar. Después de unos minutos logró abrirla.

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