Natsu se despertaba a altas horas de la noche, unos ruidos extraños de la habitación del al lado, osea la de su hermano. Tocó la puerta un par de veces, pero Hinata ni abrió la puerta, respiro y entró sin permiso, encontrando a Shoyo hecho un bollito con la respiración demasiado agitada y hipeando de dolor entre llantos.
Solamente se acostó con el y le abrazó por la espalda, aprentandolo y agarrando sus muñecas, sintiendo las deformidades de su piel, solamente lo ignoro y besó su cabeza hasta que su hermanito se calmase.
—Naranja.—Dijo una vez calmado, ¿y que significaba? Un codigo entre hermanos, desde pequeños, donde si veías algo o hablaban de algo y decías esa palabra automaticamente tenían que borrar todo recuerdo de aquella situación de lo dicho o hecho. Sin poder mencionar nunca nada de eso, y solo la podían utilizar si el otro ya la había utilizado antes, no podía abusar y ser utilizarla dos veces y la unica vez que la utilizo Shoyo fue cuando descubrió su sexualidad.
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Pasaba de mal a peor, no solo sus brazos si no sus muslos tambien, ardían a la hora de entrenar, al igual que el choque del valón en sus brazos, pero no importaba si dolía seguía pensando que lo lograría.
Pero... Por algunos momentos se preguntaría si ¿Valía la pena su vida? ¿Algun día llegaría a ser alguien en esa maldita vida?
Pero que más daba una semana más y estaría cumpliendo pequeñamente uno de sus sueños, se llenaba su interior de un poquito de luz y emoción, aún sabiendo que siempre había algo que lograba arruinarselo.
Y eso iba a pasar, como justo ahora, ¿Kageyama hablando con una sonrisa y un sonrojo con su hermana? Y con ella, que ahora sabía lo que pasaba en sus brazos. Ahora que lo pensaba, ninguno del equipo conocia a Natsu excepto Kageyama, y si... No quería hablar de eso con el por que se trataba de su hermana.
Si... Ella, era mujer, un lindo trasero, lindas piernas, con Kageyama, con Mama, con todos a los que le rodeaba, ella era la hermana linda, no la culpaba, el era un desastre, ¿Quien iba a ser capaz de preferirlo a el?
Solamente los ignoro y pasó por su lado sin que se dieran cuenta de su presencia con la cabeza gacha. Lo que mejor sabía hacer pasar desapercivido de todos. O más bien todos le ignoraban, nisiquiera hacían juntadas con el, aveces sentía que solo se relacionaban con el por obligación.
Apretó fuerte las tiras de su bolso e intento respirar hondo, aunque ultimamente le costaba lograba tranquilizarse y mostrarse al mundo con una gran sonrisa.
—Oí que Karasuno ira a los nacionales.—Uno de sus compañeros le saco charla junto a otra compañera.
—Si, Soy uno de sus jugadores, con Kageyama anotaremos muchos puntos.—Decía orgulloso por primera vez ante sus compeñeros con su pequeño logró.
—¿Tu? ¿Con tu altura? Eres completamente inutil Shoyo, no te creo, seguro ni alcanzas el valón.—Se metía otro compañero suyo, haciendo reir a los que se encontraban en la conversación. Shoyo quizó contradecir lo dicho, pero las burlas de los chicos presentes no le dejaron decir absolutamente nada.
Bueno, definitivamente no era su día
Pero que más daba no le importaba mucho ya, ya estaba acostumbrado a que se decepcionen de el, a que nunca esperasen nada siquiera. No era ningun problema.
—Hinata, Hinata.—Un pelinegro se encontraba en su aula intentando que le escuché, miró a su alrededor fijandose como sus compañeros ya no estaban, se habían ido todos al receso y el no se dio ni cuenta.
—Mm ¿Que pasa Kageyama? ¿Que haces aquí?—Se reincorporó observandole tranquilo por fin, siempre se sentía un poco más tranquilo cuando estaba con el a solas, era ironico, sentía como el podía ser quien lo repare si no podía hacerlo solo, pero a la vez era quien podía terminar de destruirlo.
—Estaba aburrido, y hoy tu hermana paso a saludar y de la nada dijo cosas sin sentido, "Hinata, muñequeras, sus muñequeras" y luego continuamos hablando normal.—Suspiro frustrado.—Quería saber si sucedía algo con tus muñequeras, o tal vez se volvió loca.—Se paró un segundo el corazón de Hinata, ya no podía ni contar con Natsu, fue traicionado.
—Oh este... Esta loca, solo piensa que tengo una obseción por las muñequeras, ya que las uso todo el tiempo. Solo se preocupa demasiado, como una hermana.—Intentó sonar lo más normal posible.—Ya vuelvo.—Y se marchó dejando solo a Tobio totalmente confundido por la actitud de recien.
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—¡Naranja! ¡Naranja! ¡rompiste el codigo!—Decía furioso apuntando su dedo en su pecho.—¡Rompiste un pacto entre hermanos!—
—¡¿Pero que podía hacer?! ¡No puedo ignorar eso, Shoyo, eres mi hermano! ¡No puedo soportar verte así!—La chica se ponía roja del enojo, pero Shoyo estaba aún peor.
—¡No! ¡Todas las veces que tu dijiste la palabra, respete tu maldito espacio, y respete nuestro pacto, nuestro vinculo, cuidando de que tu secreto este asalvo!¡Y si te sientes demasiado agobiada, se habla del pacto, llegando a un acuerdo y luego poder hablar el tema! Pero demonios, ni respetarme, ni ser mi hermana puedes... Solamente te perdono, pero se acabó ello, solo sigue con tus entrenamientos y tu vida, dejanme en paz. —Golpeó su hombro, y se marchó enojado. Lo perdía todo, y lo traicionaban todos.
¿En quien se supone que debía querer?

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Roto
FanfictionEl mundo de Hinata se caía, pero el intentaba aguantar. •Kagehina •Menciones de depresión, problemas psicologicos. •Más historia de Shoyo.