Roto

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Sabía que no estaba bien guardarse todo, ¿pero a quien debía contarle lo que le pasaba? Si parecía que a nadie le importaba como este.

De todas formas el estaba feliz hoy era el día en que viajarían hacía Tokio por ese gran evento, tenía miedo tambien, aunque en si tenía más miedo de lograr nada, de que pasen los años y seguir aun sin poder resolver algo de su vida, quedar estancado en la incertidumbre de si podría lograr algo o no y que la vida se acabe en ello.

El sol mientras salía hacía que el color del cielo se ponga de un color bastante bonito, sus compañeros ya estaban todos reunidos subiendo al autobus, claro todos cansados y en la cara de Kageyama se veía aún más.

—¿Te quedaste pensando en que hacer y estrategias toda la noche?—Hinata le dio un codazo molestandole.

—No.—

—Mentiroso.—Cerró sus ojos un poquito casi quedandose dormido y cayendo junto al más bajo.—No te duermas tonto, ya subimos al bus.—Kageyama casi dormido le abrazo para no caerse, y Hinata se moría de la verguenza.—Ya hay que subir Baka, Kageyama Baka.—Protestó despegandose y subiendose para sentarse rapidamente y cruzarse de brazos para dormir.

Shoyo le miraba de reojo y estaba confirmando que Tobio era el hombre más perfecto que existía, el gran motivo de su homosexualidad. Pero más bien amaba todo de el, solo debía aceptar el y su pequeño corazonsito que Kageyama nunca sería para el, nunca lograría que lo amase como el lo amaba.

Había dejado una nota en su hogar, notificando la realidad de su viaje, y que no era un partido inutil, era un gran logro, y un partido importante para el y todos. Tenía la esperanza de que esa vez ellas fueran a verle, de que a su familia le importara siquiera un poco.

Llegaron al estadio, enorme como todos decían, y Hinata y Kageyama discutían entre sí por todos los temas del lugar, claro todos estaban nerviosos y emocionados, pero esos dos estaban dispuestos a brillar esa noche.

Y el partido comenzó, con contrabajos, pero lograron adaptarse, y Hinata logró mostrar parte de su gran habilidad, ganaron dos y al día siguiente tendrían otro, obtuvó las mismas quejas de siempre de parte del pelinegro pero estaba feliz, aunque el pensamiento que ni una llamada de su familia recibió le inquietaba. ¿Nisiquiera llamarían para decir que no vendrían?

—Querida gente a la que no le importo, lo estoy logrando.—Habló al cielo muy bajito, con cuidado de que sus compañeros no escuchasen. Aunque Kageyama haya escuchado, lo ignoro, era cosas que Shoyo hacía aveces, cosas raras.

Llegaron al hotel y claramente recibieron una charla sobre sus siguientes oponentes, un par de regaños y correciones y luego animo para todos y todos a su habitación. Lo de siempre.

Su celular sonó reflejando "Mama" en la pantalla, compartía habitación con Kageyama así que se encerró en el baño por cualquier cosa que pudiera hacerle reaccionar.

—¿Ma?—Atendió nervioso.

—Hola cariño, suerte allí, no podremos ir, tu hermana tambien tiene un evento muy importante estos día. Lo siento tanto.—Decía apenada la mujer.

—N-no pasa nada.—Sus lagrimas caían pero su voz se mantenía cuerda.—Dile a Natsu que se luzca como siempre. Adios.—Colgó, siempre era lo mismo, se sentía tonto por esperarlas aquí. No controló sus ganas de llorar y rompió eo llanto cerca de unos diez minutos y luego salió como si nada y bañado para disimular.

—¿Te bañaste dos veces?¿Eres tonto?—Le habló Kageyama quien se encontraba con su movil en su cama.

—Si ¿Y que?—Se tiró a su lado haciendo que le dejase un lugar

—Pensé que ni te bañabas.—El pelinaranja le dio un pequeño golpe molestó, y cerró los ojos dispuesto a dormir o mas bien a fingir dormir para que su cabeza no lo volviera loco.—Hey, Boke, duerme en tu cama. Se que me estas escuchando Hinata.—Siguió ignorandolo, y sintió como Kageyama aún asi se apegó un poco más a el, como odiaba eso por que lo amaba demasiado, lo hacía sentir tan tranquilo y bien que sentía, que su cabeza cuando se fuera tal vez no podría controlarlo.

Se durmió porfin, agradeció tanto por ese pequeñito momento en que se olvido de todo.