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Aveces no podía sentirse un poco vacio al ver hacia las tribunas y observar como estaban todos los familiares de sus compañeros, siendo apoyados, cuando para Shoyo no había nadie. Tampoco podía negar sentirse peor por el hecho de que una bonita chica gritara el nombre de Kageyama a maximo pulmon, provocandole una gran sonrisa al pelinegro, aveces deseaba que desapareciera ella de ahí.

Pero más deseaba desaparecer el.

Ganar un partido, eso si le hacía sentir bien, un pequeño, muy pequeño logró para el. Era la unica vez que podía festejar algo con alguien, y ese alguien era Kageyama.

¡Kageyamaah!—Sonaba contentó naturalmente hacia el pelinegro que mantenía el ceño fruncido.

Pudiste hacerlo mejor hoy.—Di lo mejor de mi.—Si sigues así acabaran pisoteandonos, tsch que digo te pisotearan, vas demasiado atrasado—Si tienes razón. Hinata solo asintió, sabía que estaba molesto, no había sido lo suficientemente bueno ese día, al fin y al cabo terminó viendo como el se iba con esa chica a festejar por su cuenta.

Bueno, no siempre se daban sus poco momentos de felicidad.

Llegue.—Avisaba pero nadie le contestó, su madre y hermana discutían en la cocina por quien sabe que, irían al nacional, el estaba algo feliz, era un gran progreso, ¿estaría demas compartirlo con ellas? Tragó saliva adentradose a la cocina.—Hola... Este... hoy, en mi partido...—

—Espera Shoyo, hay una noticia mas importante, ¡Tu hermana competira en los nacionales de ballet! ¡Increible!—Decía emocionada y orgullosa la madre, Shoyo bajo la mirada decepcionado, si... siempre era más importante.—¿Que querías decirme cariño?—

Este... Tenemos un partido, en Tokio, nada importante, solo unos partidos amistosos por unos días, ¿Podrías darme algo de dinero para ir?—Hablaba algo desanimado sin dirigirle la mirada.

Claro no hay problema, Pero podrías por lo menos ponerte feliz por tu hermana ¿No?—Su madre se cruzó de brazos algo frustrada.

Ah, si felicidades, solo no estoy de humor esta noche.—Se retiró de la habitación, yendo a su dormitorio donde se detuvo tomando la perilla sin abrir la puerta. " Solo una, solo una" repetía en su mente mientras abría la puerta y la cerraba detras suyo sabiendo lo que significaba.

Las gotas de sangre comenzaban a brotar, no tantas, controladas, casi insignificantes pero solo para el, para cualquiera que le viera diría que se estaba haciendo mucho daño, pero a el le hacía sentir tan bien, liberandose a sí por un momento, callando su cabeza. Pero sabía enserio, enserio que debía parar.

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Boke.—Hinata pegó un pequeño saltito del susto al escucharle, hace tiempo no solian hablar, desde que decidió distanciarse por la chica y por sus sentimientos hacía el.—Ya ni me esperas para ir a casa juntos.—Decía con cierto enfado y Shoyo desvíaba la mirada.

Lo siento.—Se limitó a disculparse y a  caminar al lado suyo, amaba esas caminatas junto a el.—Pensé que la tenías a ella y bueno.—

Terminé con ella no era mi tipo. Solo pensé en aceptarla por que se confesó y todos me dijeron que seria un idiota si no le aceptaba.—Decía sin importancia, y Hinata asentía, se sintió feliz por una parte, pero quien era para sentirse feliz, nunca tendría ni una sola oportunidad con el contrario.—¿Como haces?—Hinata le miró confundido.—Como haces para animar al equipo siempre.—El contrario se quedo pensativo, no se daba cuenta, pero si siempre lo hacía, le gustaba hacerlo, le gustaba que el resto estuviera bien.

Aunque tambien tal vez animaba a tantas personas que el animo de el decaía lentanmente y nadie se daba cuenta.

No lo se, ¿Por que preguntas?—Intentaba no pisar las lineas del suelo, como un juego infantil, mientras le escuchaba.

Quería tambien animar más al equipo, para ya sabes, no ser un egocentrico, y apoyarlos a todos.—Decía, pero Hinata sabía que era por sus inseguridades tambien, sonrió y negó.

Tu estas bien Kageyama, mientras les brindes la confianza necesaria del que balón llegara a ellos de la mejor forma y en cualquier cirscuntancia yo creo que cumples demasiado tu papel en el equipo. No necesitas forzarte a más.—Sonrió y besó y mejilla despidiendose, algo que hizo inconcientemente por cierto.—Descansa Tobio.—Y dejó la figura del pelinegro detras, desapareciendo su sonrisa del rostro. Dolía tanto, pero bueno, debía intentar crear nuevos recuerdos felices, algo momentaneo que lo deje respirar, ¿O no?

RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora