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¡Tobio-kun!—Una pelinaranja corría hacía el. No tenía muchas ganas de hablarle, ya que quería festejar con el resto de sus compañeros.—No le digas a Hinata que estuve aquí, era una sorpresa y llegue tarde, asi que vendre mañana.—Por fin estaba a su lado y el contrario espero a ver que le tenía que decir.—Este... he escuchado cosas de quien te gusta y eso... y...—Decidió dejar de hablar y le robo un beso rapidamente convencida, pero fue apartada por el más alto segundos despues.

Hey no, ¿Que haces?—Decía molestó limpiando su boca.

Pero... Todos dijeron que describiste quien te gustaba... Y no había duda de que era yo...—Decía algo herida la muchacha.

Lo siento, pero me gusta otra persona.—La chica asintió, no estaba enamorada de el asi que no le dolió, solo se sintió avergonzada y pensó que era buena idea.

¿Puedo saber quien? Por favor.—Kageyama la dudo por unos segundos, pero despues de rechazarla de esa forma sintió la intención de decirle.

Shoyo, tu hermano.—

—¡Dicelo!¡Dicelo! Estoy segura que te correspondera.—Decía sin ninguna pizca de dolor solo tan emocionada, cosa que confundio verdaderamente al contrario.—Porfavor, dicelo.—

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Habían pasado dos semanas en los que no había visto a Hinata, dos semanas en las que recibió ese mensaje y se lleno de felicidad "Tu me gustas" solamente espero a que volviese a entrenar para poder hablar, ahora suponia que estaba con fiebre y no podía. Pero ya era raro que en no viniera, se tomaba mucho tiempo. ¿Le abría afectado ver que su grupo perdiera cuando se fue el? Si fue un gran contrabajo, el estaba jugando verdaderamente bien, pero no era su culpa.

Ya se comenzaba a poner nervioso, asi que decidió ir a la casa del contrario a ver si le pasaba algo. Sabía perfectamente donde vivía el pelinaranja, asi que no le costó más de quince minutos en llegar y estar frente a esa puerta. Tocó el timbre nervioso y esperó a que le abriesen, cosa que sucedió dejando ver a Natsu.

oh Tobio Kun, pasa.—Hizo lo dicho y notó la cara de la joven.

¿Y tu hermano?—La chica se ponía nerviosa, no sabía si decirle o no, o como hacerlo, pero ella sabía que shoyo ubiera preferido que lo supiera por su cuenta.

En su habitación, entra sin tocar. No te asustes cuando veas, y... Cuida tu cabeza al entrar o mejor dile que eres tu, tal vez no te arroje nada—Decía con un tono desanimado, Tobio solo asintió confundido y subió las escaleras rumbo a su habitación.

Tocó y abrió, no le habían arrojado nada, visualuzo el cuerpo del pelinaranja hecho bollito en su cama. Se sentó a un lado suyo y acarició sus cabellos.—No es hora de dormir, flojo.—Le dijo pero pudo visualizar como sus ojos estaban abiertos mirando a la pared.—Boke, no me ignores.—Le sacudió pero no obtuvo repuesta del contrario.—Hinata.—Volvió a sacudirle pero fue inutil, ya enfadado le tomo de las muñecas intentando tirarle para que diera vuelta.

Pero algo le perturbo al agarrarle, la deformidad de ellos, esas cicatricez que sobresalían, logró sentarle y estaba viendo completamente sus antebrazos, por todos lados tenía esas cicatricez de color blanco que no parecían ser recientes, pero la central, una larga linea desde la muñeca hasta donde terminaba el ante brazo, en ambos brazos, que todavía tardaban en cicatrizarse del todo. Unas mostraban como se había cortado todo el tiempo, sin que el se diera cuenta y la otra... Como pudo haberlo perdido, como había intentado sacarse la vida.

La cabeza de Kageyama no dejaba de dar vueltas y no dijo nada, solo se quedó en la misma posición.

El entrenamiento comienza a las cinco, llegaras tarde.—Su voz se notaba apagada, todavía no se había dignado a mirar los ojos del pelinegro. Pero el contrario no dijo nada, solo apoyo su cabeza en aquellas marcas y Hinata sintió como unas lagrimas mojaban sus heridas. No sabía que sentía con eso, ya no sabía que sentía con nada.

Estaba tan dispuesto a dejar la vida y no le permitieron irse, ¿Ahora que debía sentir?

Perdoname.—Se sorprendió con lo dicho, de todas las cosas que pudo decir no esperaba que se disculpara. Levantó su cabeza y colocó su frente junto a la suya.

Se sentía culpable por no decir sus sentimientos antes, por no apoyarle cuando el lo había hecho en todos sus malos momentos, sabía que no era su culpa lo ocurrido, pero si tan solo lo ubiera ayudado.

De pronto la idea de que lo ubiera perdido le aterraba, no sabía se ubiera podido vivir con eso, era demasiado importante para el, no lo soportaría.

Solamente se abrazó a el, y durmió a su lado, prometiendose que esta vez sería mas valiente, esta vez lo iba a querer tanto, de la manera en que no se había animado antes. Solo deseaba que no fuera demasiado tarde.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2020 ⏰

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