Posdata: Eres increíble (Amajiki Tamaki x reader)

Epílogo

Kana y Nejire conversaban con una rapidez impresionante a través de movimientos de manos y señas, mientras eran observadas por Tamaki y Mirio que no entendían nada.

- ¿¡Entonces sE BESARON!? - gritó Nejire y Tamaki se sonrojó tanto que por cabeza comenzó a salir humo, Mirio lo codeó.

Había transcurrido un día de aquella noche, ese día Tamaki me había llevado a casa y allí Nejire casi me dió una paliza. Mis padres estaban peor, pero estuvieron muy contentos con Tamaki, sin embargo no me salve de que me mandarán al psicólogo. Quizás sea lo mejor.

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Aburrida de la clase, Kana miró por la ventana del aula que daba al pasillo, en ese momento pasaba por allí Tamaki, ambos se miraron y el chico movió sus manos "Te amo"

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Mi mano se ocultaba en la suya, la calidez que me brindaba se extendió por mi cuerpo combatiendo el frío invierno. El enorme edificio se alzaba frente a nosotros, su mano apretó levemente.

- ¿Estás lista? -

Eche una mirada hacia atrás y recordé aquella noche nevada cuando él se convirtió en mi razón de vivir, en ese momento la epifanía golpeó la ventana que yo misma había cerrado.

Mientras crecía y dejaba atrás la tierna alegría e inocencia de una niñez plena más me adentraba a una vorágine de inseguridades, a la gente no le gusta lo diferente, en una sociedad dónde la perfección no existe las personas encuentran un consuelo en la discriminación a aquellos que tienen alguna diferencia a ellos. Incluso en un mundo futurista con una comunidad sobrehumana existen las diferencias, aún cuando los dones hacen única a cada persona, la falta de una habilidad sin igual, innata y esencial me hizo diferir del resto, hubiera preferido tener piel verde y cuernos de toro.

Pero no se puede evitar, aún cuando llore cada noche nada se solucionó. Comencé a cerrarme, a sentirme inferior, lentamente me aleje y me deje caer en lo más profundo de un frío mar que me ahogaba. En aquellas profundidades solo existe la tristeza y el vacío...

Sin saberlo, yo sola me metí en ese agujero. Abandoné mis sueños, me rendí y perdí la razón de mi existir. Pero a veces hay personas que están dispuestas a sacarnos del problema en el que nos metimos, y solo de nosotros depende tomar la mano que se extiende.

Ese día cuando Tamaki me llevó a casa, mis padres, Nejire, todos estaban llorando. En medio de aquella oscuridad en la que me hundí no me di cuenta de aquellas personas que estaban a mi alrededor.

- Siéntense por favor. Kana, he visto tu caso, lamento que hayas tenido que esperar tanto tiempo, quizás no sea un hecho muy sabido pero en Japón hay muchas personas con dificultades como las tuyas, incluso con la aparición de los dones es algo que no se ha podido cambiar, cuando un cuerpo nace con una discapacidad no hay nada que se pueda hacer, dado que este problema se da debido a alguna lesión o problema durante la gestación o en el momento del parto. Sin embargo, hoy existe una posibilidad, mi don es capaz de sanar aquellas lesiones que en un principio no deberían estar, y que no son tratables con métodos médicos. Lo que quiero decir es que con solo tres sesiones de tratamiento con mi don podrás hablar como cualquier otra persona. - Tamaki apretó mi mano y me sonrió, supe que él estaba conmigo y que siempre lo estaría.

Tres semanas después.

- Muy bien, es todo. Entonces, intenta decir algo. - La doctora me sonrió con dulzura. Mire a Tamaki a los ojos y supe inmediatamente lo primero que diría.

- Te amo. -

//Buenass, no pude actualizar la semana pasado pq mi celular se quedó en negro y recién hace dos días volvió a andar. El epílogo es un desastre, pero es así porque los sentimientos en si son un desastre, el amor, el dolor, el miedo, la tristeza. En fin, no me hagan caso estoy triste pq corte con mi novio, ojalá Tamaki existiera.

Por cierto, estoy trabajando en una nueva historia de bnha llamada Varados en Argentina, tiene muchísimo humor y hay actualización cada semana, denle un vistazo.

Gracias a todos por acompañarme en esta historia, por votar, comentar y por tomarse un tiempo de leerla.