La bebe de mi hermanita

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Parte 1

Han sentido que toda su vida es injusta, pues bueno la mía sobrepasa los límites.

Quizás no todos me entiendan pero tener una hermana perfecta que es mejor que tú en todo lo que haces, te hace compararte inevitablemente lo quieras o no y digamos que el hecho de que tus padres, estén completamente de su lado, no ayuda mucho.

Pero esto no es lo peor de todo porque Ashley es mi hermana menor, la diferencia de edad no es mucha, ella tiene 11 y yo 12.

Mi pregunta es ¿En dónde salió todo mal? ¿Cómo fue que las cosas se salieron tanto de control? Déjenme ponerlos más en contexto con esta pregunta ¿Cuál ha sido el peor castigo que les han puesto sus padres? No importa cuál sea su respuesta porque el mío los va a superar a todos.

Ah no me creen! Pues dudo mucho que ahora se encuentren dentro de una cuna y teniendo puesto un pañal de ositos.

Este castigo además de humillante, es inmerecido y saben de quien es la culpa, así es de mi tierna hermanita Ashley, mis padres ya pensaban que era irresponsable pero cuando empecé de vuelta a mojar la cama todo empeoro. Yo desde que tenía dos años de edad, jamás había vuelto a tener accidentes de ese tipo, por lo cual no me explicaba el porqué de la situación, tiempo después fue que descubrí a mi hermana meter mi mano en un recipiente de agua todas las noches siendo ese el verdadero motivo de mis accidentes.

Y tal vez las cosas no hubieran llegado tan lejos, si mis padres me hubieran creído cuando se los dije pero haber hecho eso fue mi mayor error de todos porque mi madre no concebía que yo teniendo la edad que tenía y estando a nada de entrar a la Secundaria quisiera culpar a mi pobre hermana de mis accidentes nocturnos y poniéndolo de esa forma si lo admito sonaba bastante absurdo pero esa era la verdad.

Mis padres llegaron a la conclusión de que mi actitud aún era muy inmadura, que no estaba lista para ascender de grado y por consecuencia volvería a ser la bebe de la casa pero no en un término lindo porque todo sería bastante real.

Y sé que quizás mis pésimas notas y las constantes quejas de mis profesores influenciaron esa decisión pero yo no merecía esto.

Todo paso bastante rápido, más de lo que me hubiera gustado, mi cama no tardo nada en ser remplazada por una cuna blanca con un móvil de avioncitos, la cual ahora se ubicaba en el centro del cuarto que compartía con mi hermana, mi ropa interior ahora eran pañales de cientos de marcas que mama se entusiasmó por comprar para mí pero eso si todos tenían dibujitos infantiles, como mi complexión era delgada me hicieron de un nuevo guardarropa lleno de prendas de bebes pero de mi talla, mi nueva vestimenta estaba llena de onesies, pijamas de una sola pieza, vestidos bastante cortos, calzoncitos de goma para cubrir el pañal, zapatos de bebe, guantes, gorritos, cualquier cosa que se puedan imaginar, está por demás decir que mi computadora, mi teléfono móvil, todo lo que no fuera considerado apto para mi nueva edad que al parecer serian dos años a lo mucho, había sido confiscado, no tenía permitido ir al baño, vestirme por mi misma, comer sola, prácticamente desde ahora no podría hacer nada por mi cuenta.

No sabía cuánto duraría el castigo, ni el porqué de la severidad de este, la única explicación que me dieron es que siendo trataba de la forma en la que últimamente me había comportado, acompañado de un poco que digo bastante humillación, me ayudaría a aprender la lección y de paso también solucionarían el problema de mis accidentes por las noches.

Mi vida había sido completamente arruinada y todo gracias a una broma de Ashley, la cual ahora para mi mala suerte, se había convertido en mi hermana mayor.

¿Tan elaborado había sido su plan para mantenerme de esta forma? Viéndome con desdén y agitando una sonaja frente a mi cara mientras me hablaba con un claro tono de superioridad en sus palabras.

—Es mucho mejor tener a una linda bebe como hermanita, mira ahora quien tiene el control de quien, estas totalmente a mi merced y más vale que desde ahora hagas caso a todo lo que te diga o tu castigo nunca acabara.

Yo no dejaba de mirarla con rabia desde mi cuna, tenía que mantener las piernas abiertas debido a lo abultado del pañal, el cual para mi mala suerte lo tenía a la vista, aunque estaba molesta, no podía disimular el notorio sonrojo de mis mejillas, de igual forma no podía hacer nada, ella se encontraba en total libertad mientras yo me veía obligada a mantenerme recostada viendo el móvil girar y girar sobre mi cabeza una y otra vez.

—Pero no te preocupes yo te cuidare muy bien, incluso convencí a mama y papa de que un lugar más apropiado para ti, sería la guardería de la escuela, mañana será tu primer día así es que es mejor que te duermas, mañana te esperan muchas sorpresas.

No podía creer lo que estaba diciendo porque si era verdad, me vería metida en un gran predicamento, sin previo aviso un chupón fue colocado en mi boca, iba escupirlo pero después de una muy amenazadora advertencia, decidí que sería mejor no hacerlo.

Ahora lo quisiera o no, mi hermanita pequeña tenía el control total sobre mi como es que no pude darme cuenta de sus planes antes, ella lo tenía todo ¿Por qué me haría esto? La respuesta era muy sencilla porque teniéndolo todo, lo único que le faltaba era ser la hermana mayor, tener el control sobre mí, al parecer yo era el único obstáculo el cual tenía que eliminar para así lograr todo lo que ella quisiera.

Mañana me esperaría un día horrible, lo podía sentir.

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