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La bebe de mi hermanita (Parte 2)

Parte 2

Ashley solo exageraba al decir que asistiría a una guardería pero al lugar al que iría no sería mucho mejor puesto que me regresarían a Preescolar, mama justo ahora estaba planchando mi nuevo uniforme escolar, mientras había dejado a mi "hermana mayor" cuidarme.

Ella ya estaba lista, con su respectivo uniforme y su mochila sobre la cama, ahora solo estaba cepillando su brillante cabello mientras me miraba con una sonrisa burlona.

—No te preocupes hermanita si te sientes sola puedo ir a visitarte a la hora del descanso, incluso le puedo decir a tus amigas que me acompañen.

—N-no te atreverías.

—Vaya vaya ¿Acaso te di permiso de hablar? Si crees que tu castigo no puede empeorar estas muy equivocada, más vale que no vuelvas a romper las reglas o estarás en serios problemas.

—¿Qué más quieres de mí? Te saliste con la tuya ¡Bien! Ganaste, lo admito, estoy completamente a tu merced....solo por favor te suplico que esto no salga de aquí.

—Mmm de acuerdo —Se dirige hasta a mí con el cepillo en la mano. —Pero más vale que no te atrevas a desobedecerme o toda la escuela se enterara de tu situación.

Sus palabras habían logrado helarme el alma, no entendía como una niña de 11 años podía ser tan malvada, disfrutaba de mi humillación, no podía sentirse más satisfecha por todo lo que había logrado conmigo, la odiaba al igual que odiaba toda esta estúpida situación pero si no quería empeorarlo debía obedecerla, si cometía cualquier mínimo error, me convertiría en la bebe de la escuela entera y no podía permitir que eso sucediera.

Finalmente ella se fue con papa al colegio, tenía que admitirlo si una cosa buena había salido de todo esto, era entrar más tarde, claro que el recordar que tenía que asistir a una tonta guardería, no me entusiasmaba en lo absoluto

—¿Cómo está la princesita de mami? —Otra cosa a la que jamás podría acostumbrarme, era a eso, al tono cursi y meloso que mama había adoptado para referirse a mí, se sentía tan extraño, tan forzado y ajeno a ella.

Mama me tomo en brazos fácilmente, lo cual no era muy difícil de lograr, para mi edad seguía viéndome pequeña, incluso aunque me costara trabajo admitirlo, tenía un rostro más aniñado que el de Ashley.

—¿Cómo esta ese pañalito? —Pregunto, dándome palmaditas en la prenda mencionada.

La sola palabra y el tacto de su mano con el objeto mencionado, habían hecho que mi rostro se sonrojara casi al instante ¿De verdad no habría otra forma de castigarme? ¿Tenían que humillarme de esta manera? Supongo que mis accidentes nocturnos, no ayudaban para que mi castigo fuera menos infantil.

Mama me recostó en el cambiador y empezó con un humillante cambio de pañal, normalmente lo que hacía para no percatarme de todas esas sensaciones que tanto me incomodaban era cerrar tanto mis ojos como mis puños con fuerza o si me daban un peluche o me ponían el chupete, me concentraba en esos objetos que tanto detestaba pero que a la vez me ayudaban bastante para sobrellevar esta infantilización forzada.

Terminado el cambio, me vi metida en un nuevo pañal con diseños rosas y flores cursis como decoración, el uniforme escolar constaba de una camisa blanca con un cuello que lucía bastante infantil, una bata rosa con mangas de corazones la cual se abrochaba por la parte de atrás, una falda escolar color gris, calcetas largas con holanes y unas zapatillas de broche del mismo color que la bata, para finalizar ese bochornoso atuendo, mama me coloco a la altura de mi pecho un gafete para niños con mi nombre escrito en el.

Podía ser peor, lo sabía bastante bien pero en si el uniforme no era lo que me molestaba, lo que realmente detestaba era lo que representaba, usar esto automáticamente me convertía en una estudiante de preescolar, solo esperaba que nadie que conociera se enterara de esto, mis padres le habían prohibido rotundamente a mi hermana que divulgara la situación familiar pero sabiendo que siempre se salía con la suya sin represalia alguna, nada me aseguraba que lo fuera a cumplir.