Sentía algo húmedo rozar me la cara, perezosamente abrí los ojos encontrándome un caballo lamiendome la cara, de la impresión di un grito tan fuerte que el pobre animal se apartó de mi asustado.
-¿Quién anda ahí?- la voz de un anciano retumbó en el establo.
Por unos segundos me quedé callada pensando en que hacer para salvarme el culo.
- hades cuando se enfada es muy peligroso y odia a los intrusos- añade este de nuevo.
Viendo que no encontraba ninguna solución para escaparme decidí salir de mi escondite.
-hoo..hola- dije tímidamente, me moría de la vergüenza - perdone es que ayer estuve en la fiesta y me quedé tirada y decidí dormir aquí hasta que saliera el sol- le explicó deseando que me dejara marchar.
-eso se lo deberás contar a hades- me dice cojiendome del brazo y estirando me fuera del establo.
-oiga espere no he hecho nada malo, suelteme- le intento convencer.
-hades tiene muchos enemigos, ¿quien me dice a mi que no es una espía del bando rival?- me responde muy serio.
Me echo a reír ante lo que acaba de decir.
-¿Yo?¿Una espía?- vuelvo a echarme a reír consiguiendo que el señor frunciera cada vez más el ceño - ¿Quien es hades el rey de España?-digo entre carcajadas.
Espero su respuesta pero nunca llega.
Aún llevándome a rastras veo que me lleva dentro de la mansión, vuelvo a flipar con cada detalle de la entrada y el interior. Una vez dentro me hace subir a la fuerza esas preciosas escaleras que tanto me gustaron la noche anterior. Una vez arriba caminamos por un gran pasillo decorado por una gran alfombra a lo largo de este, blanca con detalles en dorado, preciosa. Las paredes eran blancas dándole luminosidad al lugar, decoradas por grandes cuadros que tenían pinta de costar tres riñones cada uno. Pasamos por dos puertas negras y al final del pasillo se podía contemplar una gran puerta de roble con el pomo bañado en oro.
El señor anciano tocó tres veces y quien fuera que estuviera al otro lado de la puerta gritó un pase.
Cuando abre la puerta y veo quien ocupa el nombre de Hades me quiero morir. No podía ser otro que el gilipollas de Saúl. Este al verme hace cara de sorpresa e inmediatamente en su cara esboza una mini sonrisa.
-me he encontrado a esta intrusa durmiendo en el establo- le comenta el señor anciano.
-bien, gracias Fernando, déjenos solos, yo me ocupo- Fernando hace caso a la orden y se marcha dejándonos completamente solos.
- siéntate rarita- me dice Saúl señalándome el asiento que hay enfrente de él.
Aprovecho ese mini trayecto al sillón de piel y observo la habitación en la que me encuentro. Es una especie de despacho, gran parte de las paredes son ventanales de cristal dejando ver el maravilloso jardín, en el fondo se puede apreciar una librería empotrada con toda clase de libros, en una esquina hay un gran globo terráqueo, nunca había visto uno tan grande, en un lateral hay un sofá rojo de piel y justo en el centro un gran escritorio de madera blanco con un sillón a cada lado de piel blanco, Saúl ocupa uno y yo llego hasta el otro y me siento.
-fijate si eres rarita que duermes rodeada de caballos y estiércol, hueles a granja desde aquí- lo suelta como si nada, yo muriéndome de la vergüenza hago el disimulo de olerme y tiene razón, mis mejillas se ponen rojas como tomates - explícame qué hacías durmiendo en mi propiedad cuando te había echado- cruza los brazos y levanta una ceja pícaro esperando mi respuesta.
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DOBLE S.
RomanceHades es uno de los peces más gordos del narcotráfico de España, es respetado y temido, es frío,sin sentimientos, sin compasión,solo confía en su mano derecha, es el único que con los años le ha demostrado lealtad, algo que para el lo significa TODO...