Capitulo III

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Al abrir la puerta todo el monton de gritos azotaron contra mis oídos.
Juguetes tirados por todo el piso y los niños brincando de un lado a otro por toda la sala era lo único que podían ver mis ojos.
"Tu puedes con esto Lea" "Solo cuenta hasta diez" trataba de tranquilizarme para no explotar en gritos.
Pero era imposible.
— ¡Dylan! Deja de saltar en los sillones ¿no ves como traes los zapatos de sucios? — grite tomándolo de la mano y bajándolo del sofá para obligarlo a quedarse sentado.

El tan solo me miro con su carita triste, sin decir palabra alguna.
Entonces una risilla a mis espaldas hizo que me volteara.
Christian estaba brincando de igual manera por todos los sillones.
Levante mis brazos y lo atrape en el aire haciendo que soltara un gritillo.
— Tu también deja de saltar en los sillones — lo senté en el sofá junto a Dylan que escuchaba atento lo que decía.

— ¿Saben que si mamá ve esto se pondrá furiosa? — hable con la voz un poco mas tranquila.

— ¡Que va! A mamá no le importa, si ella misma fue la que los dejo saltar con tal de que no la molestaran mientras se arreglaba — Me interrumpió la voz de Michael que venia saliendo de la cocina con una papa frita en la mano.

— ¿Qué? — lo mire incrédula.

— Como me escuchaste, mamá tiene casi toda la tarde arreglándose para salir con Derek. El se la llevara a comer y a cenar fuera, además por lo que mamá dijo no llegaran hasta tarde — contesto encogiéndose de hombros y caminado en dirección al sofá.

"¡esto no puede ser posible!" Grite en mi interior mientras subía las escaleras tan rápido como podía.
Al llegar a la puerta de mamá toque fuerte para que me escuchara.
— ¡mamá abre la puerta! — grite mientras daba mas golpes a la puerta.

— ¿que es lo que quieres Lea? — la escuche hablar desde adentro. — ¡Mamá abre! ¡¿Cómo que vas a salir con Derek?! ¿Piensas dejarme los niños otra vez? ¡Mamá! ¡Sabes que tengo mucha tarea y que yo... — estaba apunto de terminar la ultima palabra cuando la puerta se abrió de golpe dejando ver a mamá con un vestido negro demasiado ajustado y pequeño para mi gusto, además con la cara tan blanca como muñeco de nieve por culpa del exceso de maquillaje.

— Lea por favor, es la primera vez que Derek me invita a cenar. Hoy cerró un trato buenísimo en el que seguro ganara mucha plata ¿entiendes eso? Por favor no lo arruines — me dijo poniendo sus manos en mis hombros, los cuales agite rápidamente para quitármelas de encima.

— Me valen un carajo los tratos de Derek, ¡mamá tu no te puedes ir asi y dejarme a los niños! ¡Ya no queda nada para comer! ¿Que esperas que haga? — Estalle contra ella.

— ¡por eso no te preocupes! Tu ponles una película en el televisor y te juro que se les olvidara hasta que la comida existe — Dijo mientras soltaba una carcajada.

— Mamá ¿estas loca? ¡Por supuesto que no voy a hacer eso! — grite enojada.

— Yo ya te di una solución cariño, si no la quieres entonces arréglatelas como puedas — me contesto mientras se ponía mas maquillaje en la cara y se acomodaba el vestido.

No puedo creer esto.
Años atrás imaginarme a mamá de esta manera era imposible ¿como es que había cambiado tanto?.
Antes de que mamá se juntara con Derek a ella le importábamos.
Incluso en los días que no sacábamos dinero para la comida ella veía como se las arreglaba pero nunca nos dejaba sin comer.
Aun la recuerdo sentada a la orilla de mi cama junto a mi padre contándonos a mi y a Michael historias para que pudiéramos dormir.
Es tan triste ver como han cambiado las cosas, si papá estuviera aquí todo seria diferente...

— ¿porque estas ahí parada como estupida? — la voz de mamá me volvió a la realidad junto con mi enojo hacia ella.

— Ya mejor dime ¿Te gusta mi vestido? ¿No crees que me cubre mucho? — agh ¿esta hablando enserio? ¡Por su puesto que no me gusta! Ese vestido muestra más de lo que una señora de 36 años y con 4 hijos debe de enseñar.

Tu solo me haces dañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora