Tentación italiana (+21)

Capítulo 5

Capítulo narrado por Fiorella. Como ya apareció comenzaré a narrar alternadamente, tendrán uno de cada uno. Espero les guste💜
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Jamás me había tocado hacer maletas, no dónde tuviera que empacar todas mis pertenencias, mis recuerdos, y mis sentimientos.

¿Como dioses se guardaban los sentimientos en un equipaje? Era sumamente difícil incluso llevarlos guardados.

Jamás tuve que abandonar mi hogar más que para irnos de viaje, ni tampoco conocía la sensación agobiante que me taladra el pecho con frecuencia, justo como un pájaro carpintero fastidiando un árbol.

Es casi agónico.

Y así es como estoy sintiéndome justo ahora.

Antes fui abandonada, muchísimos años atrás, mas sin embargo nada recuerdo de ello, porque era apenas una bebé y trate de jamás darle importancia a ese hecho porque la vida y los dioses me bendijeron con unos padres extraordinarios.

Padres que me abandonaron también, solo que sé con certeza que ellos no querían hacerlo, no me abandonaron, me los arrebataron hace más de tres años y yo simplemente no pude hacer nada para evitar que así fuera.

La sensación de abandono no se marcha pese a todo el tiempo transcurrido y me acostumbré a ella.

A que siempre me abandonen, pero ir a terapia me ayudó. Aunque fuese un poco.

Teniendo toda mi vida empacada en tres maletas, con el taxi esperando afuera y con mis metas claras, salgo de la casa que durante toda mi vida fue mi hogar, dejándola cerrada con las risas que escucho todavía, de los recuerdos más felices que he tenido.

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Estoy en el avión, ya faltan sólo minutos para que aterrice en Italia, más específicamente en Florencia. La cuna del arte y la arquitectura, o una de ellas. Estoy nerviosa, mucho a decir verdad, no sé qué me espera al aterrizar, solo espero que me contraten en aquella empresa, sino estaría a la deriva y dejando todo lo que conocía atrás, pero también todo aquello que tanto daño me hizo. Esa casa tiene muchos recuerdos.

Necesitaba nuevos aires, y el que me encante Italia me ha traído hasta el cielo de dicho país.

Respiro hondo.

Me encanta la vista desde aquí, el sol está ocultándose y los colores naranja, morado y rosa contrastan creando un lienzo maravilloso, uno que me recuerda que anhelo presenciar la aurora boreal en Finlandia, en los iglús de cristal creados específicamente para presenciar uno de los sucesos más bellos e icónicos del mundo.

-Señores pasajeros, nos encontramos próximos a aterrizar en el Aeropuerto de Peretola. Por favor abrocharse los cinturones y poner en posición vertical los espaldares de sus asientos.
Por favor permanezcan sentados hasta que los avisos se hayan apagado.- Comunican por los altavoces. Me enderezo en el asiento y abrocho mi cinturón. Algunas azafatas pasan verificando que hayan obedecido el anuncio.

El avión comienza a descender y mi miedo a crecer. Odio cuando el avión despega pero más aún cuando va a aterrizar, lo malo de ver tantas películas donde los aviones se estrellan.

Pero siempre trato de enfrentar mis miedos.

Suelto un suspiro de alivio cuando el avión frena y minutos después anuncian que ya podemos comenzar a bajar. Camino con calma hacia la salida del avión, esperando para que el ajetreo merme un poco.