🐰Retrato🦁

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Yibo infló sus mejillas reteniendo la ira que sentía contra su ilustre "regadera".

Durante el trayecto de la casa del pintor a su departamento. Yibo observó por la ventana del taxi que pidió.

Jamás pensó que una aplicación de citas con doble intención fuera a provocar más caos en su vida del que esperaba.

—Tendrás que desnudarte cuando te lo pida, porque quien pone el dinero soy yo. Además, has aceptado.

Subió a su departamento y observó que todo estaba en orden, no debía preocuparse por la renta y tampoco debía preocuparse por el pago de sus exámenes.

Simplemente, su preocupación estaba fija en el libro que tenía que leer para hacer su ensayó para la profesora de literatura.

Con gran pereza tomo el libro y se puso a leerlo. Era tan aburrido que le dio más sueño, pero al menos mientras leía se distraía de pensar en cierto pintor que más de una vez lo dejo con la boca abierta.

[•••]

—Zhan, ¿Qué rayos pasó aquí?— pregunto su prima notando los condones y el lubricante sobre la mesita de noche.

—Solo me divertí tal y como me lo dijiste.

—Mentiroso, el lubricante no ha sido abierto.

—Me divertí de otra manera— sonrió y la persona que acababa de llegar de su trabajo frunció el entrecejo.

—Zhan, ¿Estás sonriendo?— la pelinegra también sonrió. Hace mucho que no ve una sonrisa sincera en la cara de su primo.

—Yo... No.

—Dios Zhan, sabes el chico al que contactaste es muy guapo, aunque más joven que tú.

—En eso tienes razón, tiene una belleza fuera de este mundo de pies a cabeza— el pintor tomo asiento en su sillón y cruzó sus piernas.
Lamió sus labios recordando la blancura de la piel del joven que hace unos minutos acaba de marcharse.

Esa belleza sin igual, le había quitado el aliento. —Volví a dibujar, está vez sin presiones. Sentí tanta felicidad porque volví a tomar un lápiz.

—¿Qué dibujo hiciste?

—Uno sin chiste— dijo ocultando la realidad. —Frutas— si los labios de la peonia blanca le recordaban a las frutas, en especial el melocotón y las fresas.

Si ahora mismo sus manos volvieran a tocar la suavidad del lienzo andante, juraría que ese lienzo acabaría desgarrado por sus manos moviéndose por doquier.

Siendo sincero, Zhan había experimentado de nueva cuenta la chispa del deseo carnal con la presencia del joven.
Por más que se negara a creerlo así había sido.

Y aun cuando quería profanar la desnudez de la preciada florecilla que había adquirido, se negaba a ponerle una mano encima por el temor a generar problemas.

—¿Cuál es el trato con ese hombre?

—Sencillo, él accedió a qué lo pintará a cambio de dinero. Incluso hasta puede hacerme compañía y charlar un rato.

—Eso es magnífico primito. Así se empieza. Espero que ese joven guapo te haga salir de tu jaula de oro o que al menos él se encargue de surtir tu despensa, porque yo ya me cansé de hacerlo.

—Ese es tu trabajo.

—Bien. Pero algo me dice que no te interesaste en ese hombre solo por pintarlo. El famoso pintor Xiao Zhan no se atrevería a dejar entrar a cualquier persona a menos que la persona demuestre ser alguien interesante.

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2022 ⏰

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