Visión nublada

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Después de las clases, Jane decidió salir rápido de la escuela, de camino a su casa, se encontraba la casa de Liza. Al salir, se sintió un poco más calmada, ahora su corazón no estaba a mil kilómetros por hora.

Mientras caminaba pensaba sin querer en Elizabeth en esa sonrisa, en esa hermosa cara de tez blanca, en sus ojos azules aun más hermosos que los de Jerry, un cabello rubio oscuro con unas ondulaciones perfectas. Pero lo que más llamaba la atención de Jane eran las perfectas tetas de Elizabeth, nunca antes unos pechos le habían parecido tan hermosos.

Tras haber caminado por aproximadamente cinco minutos, vio que Elizabeth y Jerry corrían detrás suyo tratando de alcanzarla. Jane normalmente no habría parado, pero algo en su interior la obligo a hacerlo.

-Hola compañera- Elizabeth de buen humor como siempre trato de abrazar a Jane, pero esta se aparto un poco. -Qué hay- dijo Jerry, lucía un poco desanimado.

-Hola- Jane empezaba a ruborisarse, Su cara parecía un gran tomate maduro. -Oye, deberíamos caminar a casa todos los días- añadió Elizabeth, -No creó que eso sea posible- Aseveró Jane con la mirada baja.

Elizabeth notó que algo extraño pasaba, -Creo que los dejare solos- dijo Elizabeth mientras se adelantaba.

Jane se sintió un poco mal por esto, pero no dejo que sus emociones tomaran el control sobre su cuerpo, así que decidió conocer un poco mejor a Jerry. Después de todo, tal vez no fuera un completo imbécil.

Empezó a hablar con Jerry, a decir verdad tenían mucho en común. Sin embargo durante toda la conversación Jane estuvo pensando en Liza. Jerry por el contrario empezaba a sentir atracción hacia Jane.

Llegaron a la casa de la familia king, hasta aquí llegaba su trayecto compartido. -Hasta pronto- Vociferaron los hermanos, a lo que Jane respondió simplemente -adiós-.

En lo que quedaba de camino Jane se dedico a pensar. Se preguntaba qué estaba ocurriendo con ella, todos sus sentidos estaban descompuestos, no obstante esto no la hacía sentir mal.

Al llegar a su casa se llevó una sorpresa. Sus padres estaban en la sala.

Toda mi esenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora