Toda mi esencia

Nuevo comienzo

Jane se encontraba en la acera, mirando con sus profundos ojos negros la ahora vacía casa de Stephanie. Un sentimiento de nostalgia recorrió todo su ser, estaba feliz por Stephanie, por fin había salido de esa zanja, pero al mismo tiempo la había dejado completamente sola.

Sin nada más que hacer, simplemente dio media vuelta y partió hacia su casa; así transcurrió su semana, más solitaria, más triste y más aburrida. Jane como era habitual, estaba estresada pero esta vez por alguna razón no le apetecía escribir en su cuaderno, pensó por un rato y decidió ir a pasear por el vecindario de su antigua amiga.

Al llegar a la que había sido la casa de Stephanie la contemplo por un rato, estaba abstraída, hasta que notó algo raro, las luces se encontraban encendidas.

-¿A quién le gustaría vivir en un basurero como este?- dijo rascándose un poco la cabeza.

La curiosidad la invadía, quería, ¡No! Necesitaba saber quiénes eran los nuevos habitantes de la casa de Stephanie. Aún no sabía que iba a hacer, pero tenía muy claro cual era su objetivo.

¿Qué debía hacer?, o mejor aun ¿cómo lo haría?. Jane pensó por un rato, sin embargo no se le ocurría nada. Hasta que en un impulso repentino decidió ir a tocar la puerta, era como si su cuerpo hubiera tomado la iniciativa por ella.

Al tocar la puerta, la abrieron casi al instante. -Hola, se te ofrece algo- dijo una hermosa chica con una voz angelical, -Esto... Lo que ocurre es que pasaba por el vecindario y quise saber quiénes eran los nuevos residentes en el pueblo- Las palabras salían con gran dificultad de la boca de Jane, era casi como si su lengua estuviera pegada a su paladar.

-¡oh!, ya veo- exclamó la joven, -pues entonces adelante- Con una alegre sonrisa invito a Jane a pasar-que descortez he sido contigo, mi nombre es Elizabeth- y así Jane entro de nuevo a la casa que conocía de memoria.