8. Despedirse

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Alexander la abraza fuertemente, besa su frente, y sosteniendo con ambas manos su cabeza, hundiendo sus dedos entre su fino cabello rojizo.

La mira con ternura y suspira al ver que está sana y fuera de peligro.

La chica pelirroja deja caer un par de lágrimas.

-Alex, mírate... se supone que la que estaba grave era yo.

Ríen.

-Ya me contó la enfermera que te ocurrió. Regresa a la cama, como se te ocurrió levantarte.

-Quería verte...

-Tus papás están por llegar Alex.

-¿Cómo lo sabes?

-Me lo ha dicho tu enfermera...

Anna se encoge de hombros.

Alexander hace una pequeña mueca de disculpa.

-¿Querrás conocerlos?

-Sí.

Anna ansiaba conocer a los padres de su amigo, volver a tener la sensación de escuchar la palabra "padres" simplemente hacia en ella un ligero revoloteo de emociones, pero no lograba comprender la simpleza de Alexander, debería emocionarse un poco, al menos sonreír.

Después de todo...tenía a sus padres. Vivos...

-Pero que tenemos aquí, los dos chicos juntos. ¡Quien lo diría!

Ambos dan un pequeño salto de susto.

-¡Enfermera!-Grita Anna sorprendida-.

-Así es. Debes reposar querida, aún estas débil.

-Pero...

-Mañana podrán irse a casa.-Interrumpe la enfermera-.

Ambos sonríen esperanzados.

Se miran con complicidad.

Sin saber lo que pasaría...

Seguida de la enfermera Anna  se retira de su habitación.

<<Unas horas más>> Pensó Anna.

Llegó a su habitación, féliz...Esperanzada.

Se recostó; se tumbó en la camilla sonriendo.

Cuando despertó, notó algo diferente.

Se sentía distinta.

La enfermera llegó con un maletín de ropa. Su ropa...

-¿Lista? Hoy te vas a casa cariño.

Anna no parecía estar entusiasmada.

Su enfermera se acercó para retirarle la aguja del brazo que tanto le molestaba.

La ayudó a cambiarse y a peinarse con una trenza francesa.

-Tienes una cabellera hermosa.-Menciona la enfermera-.

Anna se queda helada, su madre solía cepillar su cabello cada noche...Sin falta.

Salió a la sala de espera acompañada, para su sorpresa Alexander y sus padres se encontraban ahí.

Se quedó con franqueza un poco helada, ellos...eran sus padres.

<<No encajo aquí>> Pensó.

-Anna. Ellos son mis padres.

Se dirigió hacia ellos.

-Ella es mi hermana.

-Tú no tienes una hermana.- Habló su madre-.

La enfermera se acercó a ellos con dos paquetes pequeños de hojas engrapadas.

-Estás  son las indicaciones. Fue un gusto atenderles.

Anna la abrazó, y fue correspondida.

Alexander habló.

-Anna, he de irme...

Parecía estar seguro de lo que decía, pero sus ojos no mentían.

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