Capitulo 30: Una tarde en el Hospital

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Otra vez estoy en el hospital. Según mamá y papá esta vez es distinta, es diferente. Esta vez es para irme a casa. Y yo les creo, yo le creo a mamá y a papá.

Una vez mi maestra me leyó un cuento de una nena de mis años que todo lo que desaba con el corazón, se cumplía. Y yo deseo con todo mi corazoncito curarme, ya no quiero que me pinchen, porque me duele mucho, ya no quiero que se me caiga el cabello cuando intento peinarme, ya no puedo hacerme los peinados de princesa que antes podía,  no quiero toser todo el tiempo, no poder correr como antes porque me siento cansada muy rápido, ya no quiero ver mal a Juli. No quiero que llore por mi, yo quiero que sea feliz. Y es mi culpa que no lo sea.

Yo no sé como todo empezó, no sé por qué pasó, pero se que quiero volver a casa para vivir mi vida de antes. Quiero llegar del jardin, entrar a mi hogar y ver a mamá y papá, ver a Juli, que volvamos a correr en el jardín como antes, sin que me tenga que sentar a los segundos. Que coloreemos mis libritos, porque aunque lo hagamos ahora, él lo hace diferente.

Ya no le importa salirse de las lineas.

Quiero ver a Lara, mi amiguita la rubia, su mamá que no me acuerdo el nombre, no la deja juntarse conmigo, y ella tampoco quiere. Quiero ir a un parque y volar una cometa como lo hacen los niños felices de las películas. Quiero ser una niña normal.

No quiero volver aqui.

Mi vida ya es aquí.

Busco el control y cambio el canal de la televisión.

La puerta se abre y entra Lily, la mujer que me cura.

-Tiari, ¿cómo te encuentras hoy?

-Un poquito cansada.

-Debo hacer algo, pero es rápido, luego te dejaré descansar.

-¿Vas a pincharme?

Lily me mira.

-Si Tiari, pero es...

-No lo hagas-mis ojitos empiezan a llorar. Siempre que me pinchan con esas agujotas inmensas me dejan la piel muy roja y hace que me duela. Después me siento sin fuerza.

-Debo hacerlo.

-Por favor Lily. Di que me pinchaste, pero no lo hagas.

Lily me sonríe. Que sonría me fastidia. ¿Me va a lastimar como siempre y sonríe?

Se acerca.

-Va a ser rápido Tiari, como siempre.

Como siempre.

-Prometo que no va a dolerte.

Me levanto de la cama.

-¡Eso es mentira! ¡Si que duele! ¡Duele como todo lo que me hacen aquí! ¡Ustedes me odian lo sé! ¡Quiero irme a casa!-se me nublan los ojos por las lágrimas y empiezo a toser.

-Tiara, no me obligues a llamar al doctor y otra enfermera. No lo hagas difícil.

Se vuelva a acercar y yo me vuelvo a alejar. La cama no es muy ancha, voy a caerme.

-No quiero por favor.-Mi voz sale rara, como sin fuerza.

Lily saca la aguja y apreta un botón a mi lado. Yo ya se que significa ese botón de color azul.

Llamó a los otros que curan.

-Tiara, ven.

-No.

Entra una mujer y un hombre. Los dos están de blanco, como todos los curaderos.

-Señor, necesito que la sostenga.

Horrible coincidencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora