En los 70's fue algo mucho más curioso de lo que esperaba.
Bueno, quitando el hecho de que la vestimenta era medio extraña, aquí no hubo más que un contexto que en lo personal me pareció de lo más adorable. Ese día, Kyle solo estaba haciendo su trabajo de enfemero en la república de Corea del Sur cuando un paciente llegó de una manera inesperada, pero que sin duda le cambió la vida para siempre.
Charlie se había casi que rebanado la mano y de no ser porque alcanzó llegar al hospital, probablemente hubiese muerto. Kyle tan solo atinó a suspirar en cuánto escuchó la absurda historia en donde el muchacho lo había hecho porque no podía irse de este mundo sin alguna cicatriz y el enfermo se cuestionó más de una vez si el chico era algún tipo de suicida o si debería empezar a tomar el consejo de sus padres de llevar a un psicólogo a todos los chicos que se herían por estupideces. Pero bueno, Charlie era simpático y tenía una carita adorable así que tal vez fueron sus chistes malos los que hicieron que terminase por no darle como un lunatico y solo por un payaso (uno muy malo, pero payaso a fin de cuenta). Al final de la primera consulta, Kyle terminó por volverse su enfermero al menos en lo que restaba su estadía.
Muy bonito todo, ¿no? Y la verdad es que sí, era bastante lindo verlos convivir. Más áun cuando veías los coqueteos fallidos por parte de Charlie y el como Kyle se ponía nervioso, pero siempre justificaba con que "me está tomando el pelo" a las enfermeras que le preguntaban con ojos llenos de curiosidad y morbo. Y muy en el fondo, de verdad quería creer que solo estaban siendo bromas por parte del ajeno.
— ¿Entonces les dijiste que no nos vamos a casar?
Kyle rodó sus ojos, acomodando por última vez las mantas de la camilla mientras observaba como Charlie lo veía con expectativa. Aprovechando el minuto de silencio, el enfermero pelinegro optó simplemente por suspirar y asentir a la pregunta, causando que el rubio frunciera sus labios con tristeza.
— Eres un aguafiestas.
— Y tú un tonto.
— ¿Qué es esta falta de respeto hacia los pacientes? ¿Dónde está el papelito para calificar el servicio?
— Como si pudieras escribir muy bien para eso.
La indignación de Charlie valió totalmente la pena ese día. Y los posteriores donde muchas veces Kyle le jodía sus bromas también, cosa que terminaba en risas y en más de una ocasión simplemente silencios cómodos para ambos en donde Kyle solo hacía su trabajo y Charlie se dejaba hacer cuando los procedimientos iban hacia él. Al final la instancia duró solo dos meses puesto a que el doctor dijo que ya podía cuidarse solo, pero este último casi que parecía hacer un berrinche por querer quedarse ya que en su casa no lo iban a querer cuidar bien. Y era demasiado extraño considerando que estabamos hablando de un sujeto de casi dieciséis años contra un enfermero de casi veinte. Según el doctor, Charlie no era más que un niño encaprichado con él a lo que Kyle solo negaba con su cabeza y contraatacaba con que estaba así porque fue el único amigo que tuvo en su estadía en el hospital. Al final, el doctor le daba la razón, pero no a Charlie quien terminó por quedarse sin enfermero.
Una muy triste historia de no ser porque el adolescente aprovechaba a visitarlo al hospital, a veces hasta invitarlo a comer en sus descansos y donde hubiese comida gratis, Kyle iría sin objeción. Un interesado según Charlie, pero el pelinegro se respaldaba diciendo que había que aprovechar las oportunidades que le daba la vida. Y desde entonces, de tacaño no volvió a bajarlo.
Tuvieron una buena amistad. Una muy linda, pero habían situaciones en las cuales Kyle se preguntaba por qué Charlie actuaba de tal manera como las veces en las que lo abrazaba por los hombros o cuando le decía que se miraba bonito hoy. En alguna parte del mundo podría ser normal, pero en la suya no y por lo mismo, la incomodiad de Kyle era tan notoria que de a poco, Charlie terminó por notarlo y por ir limitando sus comportamientos hasta que terminaron por volverse nulos con el pasar del tiempo. Aunque Kyle estaba aliviado, había una pequeña espina dentro de sí que le hacía mil veces la misma pregunta:
¿Por qué?
Y mil veces el respondía:
No sé.
— ¿En qué tanto estás pensando? — Le preguntó Charlie cuando iban caminando a la casa del pelinegro. Este por su parte negó con su cabeza, recordándose así mismo que tenía que darle algo al menor.
Ya había pasado un año desde que se habían vuelto amigos (porque sí, a fin de cuentos lo consideraba como uno) y por ello, pensó que sería correcto darle una invitación para su boda. Confiado y a su vez alegre, se la dio creyendo que este reaccionaría igual de alegre que él.
Desafortunadamente, lo único que recibió en respuesta fue un "oh" con una expresión que Kyle no pudo comprender. E incluso dejó pasar varios segundos para que el chico reaccionase de otra forma, pero no parecía tener ánimos de hacerlo porque continuaba viendo la invitación con una expresión que Kyler no podía describir exactamente.
Esperó, esperó, esperó.
Esperó hasta que, finalmente, el muchacho le sonrió sin mostrar sus dientes.
— Supongo que no será aquí tampoco. Vaya, qué desastre.
— ¿Eh?
Sin embargo, Charlie no volvió a decir nada más. En cambio, continuó caminando hasta la casa del más bajo y se despidió tranquilamente, aunque Kyle estuvo lo suficientemente sorprendido cuando el menor se acercó a dejarle un beso en la coronilla y terminó por irse después sin decir más. Esa noche, Kyle no pudo dormir sin entender exactamente a lo que se refería, pero algo dentro de sí le decía que era mucho mejor no darle vueltas.
Y otra parte le decía que, en efecto, no sería aquí.
El tiempo pasó y la boda fue un éxito. Kyle y Charlie jamás se separaron, pero la incertidumbre en el corazón de Kyle llegaba a ser grande cuando veía a Charlie, quien parecía añorar más.
Pero jamás supo la razón. Y Charlie prefirió callar.
Sé que puedes estar pensando, "¿por qué tanta tragedia?" pero creéme, las cosas siempre son mejores cuando sé es paciente. Y ellos lo han sido por muchas vidas, así que las recompensas no tardan en llegar.
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en un millón de estrellas
Fanficporque a fin de cuentas, vamos a seguir reencontrándonos en cada millón de estrellas. o como prefiero llamarlo: una pequeña colección de cuentos hacia el amor de mi vida.