Esa noche sucedió algo que no pensé que pasaría; hablamos, un poco de todo un poco de nada; nos conocimos, y como por arte de magia nos hicimos íntimos, cada palabra que iba y venía nos hacía sentir, más cercanos, más unidos; te confesé algo, algo que jamás quisiera que pasara, un miedo que estaba en mi corazón y en mi mente, sabía que podía pasar pero me negaba aceptarlo, a pesar del riesgo, quería estar allí contigo.
Tomando mi mano, mirando mis ojos y estando al borde con los pies en el agua, dijiste que no debía preocuparme, que no permitirías que eso pasara.
Confíe en ti...
Lo que siguió a ese encuentro fueron días maravillosos; compartí todo contigo, pude escuchar tu risa más seguido, te vi disfrutar del mundo qué tanto amas, alucine al verte emocionada, y tus ojos, tus ojos siempre cargados con un brillo especial, uno que no había visto antes y que no quería ver desaparecer...
Me perdí en ti.
En un suspiro, una mañana cambio todo, y solo así; tu promesa acabo...
Solo así; lo hiciste sin que doliera, así de buena eres rompiendo un corazón.