Max

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María era el ser de luz más reluciente que había conocido nunca. Solo sentarse admiré su culo carpeta parecido al mío. Desgraciadamente, se pasó la clase mirando a un tal Bryan que, a mi parecer, era muy feo. Lo primero que pensé al verla fue que quería ser su novia, pero como Bryan era tan peligroso, iba a tener que utilizar una técnica que leí en Wikipedia sobre esconder una mano en mi jardín para que la encontrase, o algo así.

Cuando terminó la clase me acerqué a ella y le pregunté de qué iba la clase pese a que ya me había enterado. La verdad, no sabía cómo había descubierto su nombre. Se llamaba María Delpan Tostado Santa Maria de la Mayonesa, y yo me llamaba Max Mikasa Camparta de los santos, por lo que ya estaba pensando en cómo se llamaría nuestre hijejeje. Y sería hermoso su apellido.

Pero para mi desgracia, sólo pasaron dos días en los que intenté de todo para acercarme a ella hasta que comenzaron a salir juntos. Intenté de todo: hasta hipnotizar a María haciéndola creer que era mi marida, hasta pagar a un tío para que se ligase a Bryan, se llama Michael.

- ¡Hola! -saludé un día a María, quien parecía un poco triste- ¿Qué te ocurre?

-Ah... nada, estoy bien. Gracias Bob.

No me enfadé porque me llamara de otra forma ni porque se creyera que era un chico, y seguí caminando hasta clase. Allí, tras pasar doce minutos perdidos donde la profesora no se presentaba, llegó de repente y se nos plantó delante de la pizarra para darnos la que para mí fue la mejor noticia de mi vida.

- Escuchad chicos, Bryan ya no estará con nosotros.

- ¿Se va a morir? -pregunté yo con cara de alegría.

- N-no, no por dios; se irá unos meses a Canadá.

-Me sirve -pensé pensando. Así que por esa razón María estaba tan disgustada... decidí que lo mejor que podía hacer para reconfortarla era convencerla de que su novio le había puesto los cuernos con una canadiense y que nos fuéramos a vivir juntas a Argentina con Hitler y Ash. Pero aún no se lo propuse, por supuesto, aún tenía que mirar el billete del coste.

La secta de PepoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora