Vampire

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Después de ayudar a Luz regresé para buscar a mi hermano, aunque fue fácil encontrarlo al verlo bailando con la mujer mayor y Viney. Los tres estaban rodeados por muchísima gente, el público estaba animandolos para que siguieran con aquello.

Se estaban divirtiendo, no paraban de reírse mientras se pasaban la botella de vodka entre ellos. Viney no se alejaba de los mayores, aunque interrumpieron a la anfitriona una elegante mujer en vestido negro y de larga figura. Era mi oportunidad para ir con ambos.

Eso pensé hasta que al acercarme la chica tomó el rostro de Edric para besarlo, ¡Separate idiota!

"¿Qué haces?" Agarre con fuerza a mi hermano, solo me miro aún con el rostro congelado de la impresión.

"No lo sé, ¡Preguntale a ella!" Grito asustado por como lo estaba juzgando con la mirada, voltee hacia la menor la cual no paraba de reír por nuestra conversación.

Se acercó pegando su cuerpo al mío, tomando mi mano la guió a su cintura haciéndome soltar a Edric. Sus mejillas no perdían el sonrojo gracias al alcohol.

"¿Estás celosa, bebé?" Pregunto pasando sus brazos por mi cuello, sin nada que esperar me beso mordiendo mi labio en el acto. Aquellos dientes que llevaba como parte de su disfraz me hicieron sangrar, aunque fueron limpiados por su lengua. "Vamos a pasarla bien, ¿Sí?" Sonriente empezó a bailar contra mí, aquel ambiente se volvió tentador a follarla delante de todos.

Las voces y la música no se detenían.

"No puedo resistirme." Le susurre al tomarla del cuello, estaba a espaldas mías bailando energética y gimió fuertemente al hacer aquello.

"Vamos, castigame por ser una zorra." Ella era una fuente de lujuria y peligro, quería hundirme en aquellas aguas violentas que me arrastraban más profundo. No me podría oponer a la idea de hacerla mía otra vez, desde aquel día me hice prisionera del placer que me causaba su cuerpo.

El espectáculo sexual subía de tono, por lo que tuvimos que detenernos e irnos de ahí a un lugar más privado.

Volví a caer en sus juegos de encanto y lujuria.

"Me tengo que ir, espero verte otra vez." No pude hablar al mirar como tomaba su ropa y se cambiaba delante mío, el aliento desapareció un par de segundos hasta que estaba a punto de irse de nuevo. La tome de la mano, mordiendo mi labio obsteniendome de decir una estupidez. "¿Necesitas algo?" Al no recibir respuesta, miro algo en su celular abriendo los ojos sorprendida. "¿Necesitas que alguien te lleve a casa? Son casi las tres de la mañana." Realmente no quería irme, aunque estuviesemos en el cuarto del conserje no deseaba alejarme de ella. Solo asentí apenada por no saber que contestar, tampoco podía negarme ya que posiblemente Edric ya se habrá ido sin mí. "Llamaré a uno de mis chóferes, no te preocupes. Pronto llegarán por ti, si ocurre cualquier cosa no dudes en llamarme."

Su amabilidad casi me hace olvidar que esto solo es un juego para ella, algo casual con cualquiera que seduciera.

"Bien." Me miro pidiéndome que la soltara, lo hice lentamente con recelo. Su tacto en mi piel era suave, algo que se podía tornar en dulce a caliente en tan solo un par de segundos.

"Adiós, preciosa." Beso mis labios por última vez antes de salir por aquella puerta, minutos después salí por la misma para irme a casa.

Maldito Edric bueno para nada, si me había dejado sola en la fiesta.

Aquello lo confirme cuando le llame y estaba adormecido diciendo que estaba en casa durmiendo, que por favor lo dejase descansar. ¡Ni siquiera me pregunto si estaba bien!

No me sorprendía del todo, ambos somos lo suficiente adultos para cuidar de nosotros mismos.

Le di la dirección del departamento al chofer y llegué sin problemas, probablemente Edric también este acá ya que no le gusta molestar a nuestros padres cuando venimos de una fiesta.

Por la mañana fuimos a casa, Edric no quería admitir que estaba preocupado por Amity pero lo podía ver en su rostro afligido al despertarme tan temprano.

Ambos nos decepcionamos al hablar con ella.


Una noche al 5555 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora