Dream

1.4K 159 30
                                    

No han pasado ni dos días en los que no he visto a Viney, sin embargo, no dejo de pensar en ella.

Mis sueños se adueñaron de su imagen, los recuerdos de aquella sensación de placer me vuelve loca.
Todo lo que hago es soñar con ella, hasta las cosas más mínimas me hacen recordarla y querer probar de nuevo su cuerpo. Volver a tocarla era una tentación exquisita que me inundaba en placer, me hizo rendirme a sus pies el goce que me brinda en la cama.

No conocía los placeres del sexo hasta que la conocí, no sabía lo adictivo que se volvería hacerla mía. Mi mente me mataba cada hora que pasaba sin ella, aquellos deseos insaciables me llevaron a robarle su primera vez a Luz.

Así como la menor no estaba amarrada a mí, yo tampoco de ella. Ambas sabíamos que eramos excelentes jugadoras en el amor, desde mi adolescencia me he dedicado a disfrutar del efímero amor que me ofrecen a cambio de un par de palabras dulces. Ninguno de esas parejas me hizo disfrutar la intimidad en una relación, quizás por eso me volví tan débil ante los encantos de Viney.

Así que para atacar con la misma carta, debía explorar con más personas.

"¿Qué esperas?" Le pregunté mientras cocinaba a mi hermano, se volteo para mirarme confundido. "Respecto a Luz, dijiste que lo harías mejor que yo pero no has movido ni un dedo." Pose mi mano bajo la quijada, inclinando mi cabeza preguntándome que estará tramando.

"¿Eso? Yo si soy descente, no como la sucia de mi hermana que seguramente si se lo piden tendría sexo en la calle." Se burlo exagerando el repudio que me tenía, ganándose que le lanzará una cuchara en la cabeza. "¡Auch! ¡Esa mierda duele, Em!" Siempre evade el tema burlándose de mí, estaba harta de sus tonterías.

"¿Es tan importante para ti? Seguramente Amity lo hubiera hecho sin pensarselo tanto." Hable entre dientes, me he tenido que soportar vivir tiempo completo por una semana con Edric gracias a que ella causo problemas en casa. No puedo entrar a esa casa mientras estén fuera más guardias de seguridad de los que habían antes, si iba a la boca del lobo yo también sería amarrada por las cadenas de mis padres.

"Yo no soy Amity ni tú, quiero mostrarle lo especial que es tener relaciones con este Dios griego." Fingí vomitar ante aquella expresión a su persona, él solamente se rio pidiéndome que no sintiera celos a su belleza.

"Tú eres el más cachondo de la familia, ¿Y me dices eso?" Mi tono sarcástico se intensificó, escucharle decir tales estupideces eran poco creíbles. Edric mismo me ha contado todas las veces que se llevo a la cama a un hombre o mujer, cualquiera que cayera en sus trampas sería devorado por aquel íncubo encarnado en mi hermano.

"La gente cambia, Em." Volvió a actuar como si sufriera por mis acusaciones, limpiandose las falsas lágrimas. "Quizás el verdadero amor de Luz era yo, un desliz como ese puede suceder." Se encogió de hombros, terminando la comida nos sirvió a ambos sentándose delante mio. "¿Y qué paso con la nena famosa que se gano a mi hermanita?" Cuestiono pícaro, aunque cualquiera de nosotros quisiese guardar algunas cosas era obvio que se descubriría por el otro. A veces esa conexión podía llegar a ser molesta, pero también me hacía sentir mejor.

"Te ves más lindo callado, ¿Sabes?" Metiendome un bocado a la boca, esperando un poco para pensar bien lo que le diría al respecto. "Quiero verla, le llamaré. Tienes su número, ¿Cierto?" Al escuchar que fue descubierto, casi se ahoga escupiendo la comida que estaba comiendo.

"¿Cómo lo sabes?"  Impresionado no me quito la mirada de encima, lo ignore terminando mi bocado para sonreírle.

"Yo también tengo mis secretos." En realidad, mi huella también esta registrada en el teléfono de Edric por lo que puedo usarlo sin su permiso. Esto lo hice sin que él se diera cuenta, por lo que a veces lo uso para obtener información que no me da. Esto lo hice porque siempre es el primero en saber cosas que yo no, él aprovechándose de esto lo usaba a su favor. "Supongo que no esta mal, tomar el primer paso."

Si Viney no esta dispuesta a contactarme primero, lo haría yo.

Una noche al 5555 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora