22| Dulce infierno

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- Al fin despiertas - escuchó una voz burlona que le hizo sobresaltarse

Sintió un fuerte escalofrío recorrer su cuerpo

Se encontraba en una habitación oscura. Color rojo con negro, todo ahí tenía el mismo color.

El calor era demasiado para su frágil cuerpo, si la temperatura no baja estaba segura de que ahí iba a morir.

Melissa - ¿Asmodeus? ¿Eres tú? - pregunto con miedo

El sujeto que se encontraba de espalda giró dejando ver a un hombre muy elegante y vestuario antiguo, ella tembló al reconocer al príncipe de casi dos metros de altura.

El muy desgraciado tenía una sonrisa maniática en su rostro, ese no era ni la sombra del hombre que conoció 20 años atrás

Asmodeus - Cuanto tiempo a pasado mi querida amiga - dijo haciendo aparecer una copa en su mano

Melissa trato de moverse y se dio cuenta de que tenía grilletes en su tobillo y muñecas. Ella gimió de dolor, mordió su labio para no dejar salir un sollozó

Melissa - ¿Dónde está mi hijo? - pregunto en un susurró, por cada segundo que pasaba en el infierno su cuerpo se ponía vulnerable

Asmodeus - Eso es algo que núnca sabrás mi querida amiga - soltó con una risita

Melissa - ¡Maldito! ¡Eres un maldito! ¡Confíe en ti! - gritó para terminar rompiendo en llanto

Asmodeus - Núnca confíes en un demonio querida Melissa. ¿Ahora que haré contigo? No pienso matarte. ... aún, eso solo me traerá consecuencias que se sumarán a distracción y perder no está en mis planes - corrigió cada sílaba

Melissa - Mi hijo me encontrará y muy pronto encontraré a mi pequeño Stiles - siseó con odio

Asmodeus - ¿Qué le dirás? ¿Que eres su madre? Hahaha! El no se acuerda de ti, tú no existes para él.

Melissa - ¡Es mentira! - exclamó

Asmodeus - ¿Así? -río ante el pensamiento que tuvo- ¿Quieres una prueba? Bien te la daré.

Asmodeus tras decir esas palabras desapareció junto a Melissa y apareció en una cabaña a las afueras de Beacon Hills

Melissa tenía un mal presentimiento, sabía que cuando ese demonio ponía esa sonrisa nada bueno traía

Asmodeus - Sabes Melissa, te dejaré verlo. Pero no será cómo tú crees, te voy a demostrar con hechos que el no es más tu hijo - tras decir eso volvió a desaparecer dejándola a ella ahí en el piso

Ella aún tenía los grilletes puesto. Y aunque quisiera escapar no iba a poder ya que ahí no hay puertas, la única entrada y salida es por medio de la teletransportación

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¿Qué estará tramando nuestro príncipe?

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