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Capitulo 7. Encuentro inoportuno

Elisa

Camino por un callejón solitario y oscuro, tengo que llegar a mi casa pero no sé hacia donde debo de dirigirme, por detrás de mi se escuchan unos pasos, unos pasos que se vuelven aterradores. Comienzo a caminar más rápido pero la salida se ve cada vez más lejos a medida que doy cada paso, comienzan a silbar, mi respiración comienza a ser más agitada y el callejón se ve más reducido. Una voz grave y ronca pronuncia mi nombre, creo que ya he escuchado esa voz antes.

─ No te molestes en correr Elisa, no tienes a donde ir. ─ la voz de Mark suena en mis oídos.

Corro más deprisa intentando salir de ese callejón pero es inútil, hay un muro enorme al final y Mark viene hacía mi, burlándose como de costumbre, tiene las manos manchadas de sangre.

─ No me hagas daño por favor... ─ imploro.

─ Claro que no te haré daño nena, solo voy a matarte. ─ se acerca más a mí y su sonrisa se vuelve perturbadora.

Doy unos pasos hacia atrás hasta que mi espalda choca contra el muro, mi corazón late rápido, comienzo a deslizarme en el muro hasta caer en el suelo, tocando mis rodillas con el pecho y cubriéndome con las manos mi rostro atemorizada. Mark ahora sostiene un cuchillo filoso y brillante en su mano izquierda, comienzo a sollozar cuando de repente noto que detrás de Mark hay una persona, la sombra del contorno de una persona, es más alto que él, abre unas alas por detrás de su espalda, Mark voltea atónito, vuelvo a cubrir mi rostro con las manos por instinto, se escucha el ruido de un cuchillo caer en el suelo, no puedo descubrir mi rostro, tengo miedo a lo que mis ojos puedan ver.

─ Tranquila Elisa... estás a salvo conmigo. ─ Su tono suena pasivo y dulce.

Toma mis manos y poco a poco comienza a retirarlas de mi rostro, yo tengo los ojos cerrados, me acaricia la mejilla.

─ No tengas miedo.

Comienzo abrir los ojos lentamente.

─ Bill...

La alarma me despierta y en cuestión de segundos olvido por completo lo que he soñado, tengo que darme prisa o se me hará tarde para llegar al trabajo. Salgo de la cama y me meto a la ducha, me pongo unos jeans con un suéter cuello de tortuga gris Oxford y mis tenis converse blancos. Cepillo mi cabello y lo dejo suelto, me abrigo con mi gabardina negra y me dirijo a la cocina para tomar una barra de cereal tomando mi mochila me decido a salir de casa.

Llegando al trabajo le agradezco a Violeta por haber dejado un café con una dona de chocolate en mi escritorio, Violeta me pone al tanto de lo que tengo pendiente por hacer y me dice que hoy vendrá a verme un famoso diseñador de modas llamado Patricio, para apoyarlo con algunas figuras de holograma que se mostrarán en la pasarela. Cuando por fin me encuentro sola en mi oficina me vienen recuerdos del contorno de unas alas abrirse, no sé muy bien de donde viene ese recuerdo pero me resulta misteriosa esa imagen en mi memoria, me acerco a mi restirador y saco una cartulina alisada y la coloco en ella, tomo un pincel "Pelo de Marta" y la remojo en la tinta negra "Tales" (una de mis tintas favoritas), y sin más, comienzo a deslizar el pincel en la cartulina.

Observo mi obra de arte que esta dibujada en la cartulina, me asombra como es que pude haber dibujado tan excelente dibujo. Tocan la puerta y pido que pasen.

─ Señorita Allen, la necesitan en el taller de Artes plásticas. ─ Me dice Violeta y su mirada se dirige al dibujo.

─ Pero que precioso dibujo... ─ dice asombrada.

─ Gracias Violeta.

─ Tal parece que hoy has venido inspirada Elisa. ─ sonrío orgullosa. ─ Por cierto Marchello quería verte en su oficina.