Especiales: Langue Étrange

Especial Halloween | Gatito, Gatito

Notas Importantes

Queda estrictamente prohibida cualquier copia y/o adaptación de esta obra de ficción. Todos los derechos reservados.

Disclaimer: Los personajes no son míos, pertenecen a Rumiko Takahashi.

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Advertencia: Este especial puede contener una fiesta de Halloween en ciernes, un disfraz mal ajustado, una humana con exceso de vanidad y una enorme bestia Inu-yōkai confundida pero decidida a cazar a su deliciosa presa. Además de muchos malentendidos y oscuras intenciones disfrazadas de inocentes comentarios.

Capítulo apto para todo público.

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Especial Halloween: Gatito, Gatito

Los oscuros ojos de la joven del futuro recorrieron lentamente el perchero frente a ella, deslizándose por las prendas colgantes en un vano intento por encontrar alguna que pudiese habérsele pasado por alto en la primera ronda. Cuando los productos no cambiaron incluso después de otro repaso al contenido, frunció el ceño.

Seguramente se estaba perdiendo algo. Golpeando suavemente su barbilla con el dedo índice, intentó concentrarse nuevamente en las opciones frente a ella. Ninguna era ni remotamente aceptable. Ella quería algo...más. Más tenebroso, más tétrico, más aterrador. Resoplando ante el pensamiento, su mirada se volvió involuntariamente al estante más llamativo de la tienda y se mordió los labios.

Un pequeño vistazo no haría daño a nadie. Kagome escaneó rápidamente la tienda en busca de sus amigas y, cuando no vio a ninguna en un perímetro cercano, comenzó a moverse lentamente hacia éste. Paso a paso, su cuerpo se fue deslizando cada vez un poco más hacia la meta y por primera vez en esa tortuosa mañana, una llama de esperanza se encendió en ella.

—Ni siquiera lo pienses. —siseó la ronca voz de Yuka.

La esperanza rápidamente se marchitó. Congelada a unos escasos centímetros del estante lleno de aterradoras máscaras y oscuras vestimentas, Kagome gimió. La mano de Yuka se cerró repentinamente en torno a su brazo y comenzó a tirar de ella de vuelta al perchero mucho más pequeño del que había intentado huir.

—Pero-

—Nada, Kagome. —la interrumpió su amiga. —Tus opciones son éstas.

Parada nuevamente frente al ofensivo perchero, la joven intentó darle una nueva oportunidad. Su mirada comenzó a deslizarse desde el prístino tul blanco a uno brillantemente rosado, y luego a un púrpura espolvoreado de tanta brillantina que sus dedos destellaron como pequeños estrellas.

Mirando de reojo a su amiga, se tragó la réplica antes de pasar a la otra mitad de las prendas. Terciopelo rojo sangre y corsets con cadenas la recibieron produciéndole escalofríos, algo de látex negro hizo que se le revolviera el estómago y, cuando finalmente llegó a la sección temática, sus nervios finalmente explotaron.

—¡Por todos los cielos! ¡Es Halloween! —exclamó indignada.

¡¿Quién demonios quería disfrazarse de policía sexy, enfermera sexy, vampira sexy, bruja sexy y cualquier otra cosa con el apelativo sexy adjunto a cada retazo de tela?! Sí, de acuerdo, ella misma había usado algún atuendo de ese tipo en algún momento de su vida pero esto estaba comenzando a volverse demasiado bizarro.