#O6.

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—¿Ya acomodaste todo, pelos de mierda?

—Sí... Ya casi. Tampoco eran tantas cosas.

Le había tomado varias horas, pero se sintió bastante mejor después de entrar a la que se supone "fue" su habitación antes del accidente. Y sí, definitivamente lo era. Tanta cantidad de posters auto motivacionales, los vivos colores y los decorados que desprendían "masculinidad" tenían que pertenecerle a él. Después de todo, si de Bakugou se tratara, seguro el rubio habría lanzado al basurero toda esa "mierda", como muy probablemente le llamaría.

Lo poco que hizo fue recorrer el lugar, llenándose de recuerdos sobre sí mismo, hasta encontró fotografías de momentos que ni siquiera podía recordar bien. Su tiempo se basó en un viaje constante al pasado y en colocar los regalos que había recibido durante el tiempo que estuvo internado en el hospital. Luego sólo se sentó en silencio, hasta que Bakugou tocó la puerta y entró sin esperar una respuesta.

—¿Saldrás a comer?

—¿Eh? —Kirishima ladeó la cabeza—. ¿Salir?

—¿Hablo en otro idioma o qué? —Katsuki gruñó—. Ya está lista la cena, te pregunto si quieres tu plato aquí o prefieres salir a la sala y comer con nosotros, idiota.

—Oh... —Se apresuró a levantarse de la cama—. ¡Sa-Saldré! ¡Salgo ahora mismo!

—Bien.

Bakugou salió y cerró la puerta con rapidez. El pelirrojo se mantuvo parado en medio de su habitación, mientras sentía la emoción empezar a desplazarse por su cuerpo, de los pies hasta la cabeza. ¡Comería nuevamente lo que Bakugou cocinaba! Ni siquiera recordaba la última vez que lo hizo. Lo cual era literal, pues su último recuerdo de Bakugou cocinando se reducía a cuando la clase de héroes se iba de campamento y todos colaboraban para hacer algo decente y nutritivo. Y eso no contaba.

Tratando de mantener oculto cualquier pensamiento negativo, Kirishima intentó centrarse en la emoción que le generaban las pequeñas cosas, saliendo de su habitación y sentándose con una agradable sonrisa, observando ya al pequeño niño en el asiento de la cabecera de la mesa.

—Kirishima-san... ¿Ha comido la comida de papá antes? —preguntó el pequeño. Kirishima no pudo evitar que su sonrisa se amplia cuando vio a Katsushiro coger una servilleta y enrollarla en su cuello, sin mucho éxito, claramente.

—Espera, te ayudo.

—¡Gracias!

El pelirrojo se inclinó más cerca del niño y colocó con cuidado la servilleta, mientras las diminutas manos de Katsushiro trataban de seguir el movimiento de las suyas. El pequeño intentaba desesperadamente poder observar lo que sucedía cerca de su cuello, pero le era casi imposible entenderlo. Una vez terminó, Kirishima le sonrió y Katsushiro hizo lo mismo.

—Papá dijo que Kirishima-san es un héroe también. ¿Explotas cosas como papá?

—No —respondió el pelirrojo—. Yo puedo endurecer distintas partes de mi cuerpo.

—¡¿En serio?! ¡Que genial!

El modo tan sincero y exagerado como los ojos del menor brillaron, derritió completamente el corazón de Kirishima. Sin contar el color negro de su cabello, el niño era como un pequeño Bakugou, sólo que mucho más expresivo y con los ojos menos amargados. Y vaya que disfrutaba de la compañía del pequeño.

Disfrutar. Sí, eso sonaba bien.

—¿Puedo ver?

—¿Eh?

—¡Quiero ver a Kirishima-san romper cosas! —Katsushiro simuló el movimiento de unos puñetazos—. También me gusta ver a papá explotar cosas. Todo hace ¡Boom! ¡Así!

Las manitas del menor se alzaron para explicarle a Kirishima exactamente cómo explotaban las cosas, mientras este observaba con atención cada acción del pequeño, quien repetía una y otra vez el sonido que él conocía perfectamente.

—¿Te gusta mucho tu papá, Katsushiro? —murmuró Kirishima, sorprendiéndose de su propia pregunta.

—¡Sí! —respondió el menor—. Mi papá es mi héroe número uno. En la tele dicen que el héroe número uno es Deku-san, pero papá es mejor.

Cruzando sus brazos con orgullo, el pequeño asintió con la cabeza, convencido de lo que estaba diciendo. Kirishima no pudo evitar reír al ver que incluso cerraba los ojos con total seguridad. Sí, hasta en esos detalles se parecía mucho a Bakugou.

—¡Oh! Pero... —Katsushiro reaccionó—. Papá dice que yo soy su héroe número uno.

Otra feliz y orgullosa sonrisa apareció en la boca del niño, mostrando sus pequeños dientes en ella. Kirishima se sorprendió ligeramente, pero cuando Bakugou llegó y colocó los platos de comida en la mesa, el pelirrojo sólo necesitó observar una vez más la mirada que el rubio le dedicaba a su pequeño para confirmar que Katsushiro tenía razón.

—Tu hijo es muy genial, Bakugou —dijo, captando la atención del otro.

—¿No es obvio? Es mi hijo.

—Sí... Tan masculino como tú.

Asintiendo, Kirishima le dedicó una sincera sonrisa, sorprendiéndose cuando Bakugou lo miró a los ojos por varios segundos y luego chasqueó la lengua, evitando su mirada.

—Sólo cállate y come, idiota.

El pelirrojo estuvo seguro de haber visto un sonrojo en las mejillas pálidas del rubio, pero lo dejó pasar, recordándose que ya tendría el tiempo necesario para poder hablar con Bakugou. Poco a poco, sin presionarlo.


+


—Más les vale que no hagan un maldito desastre, ¿entienden?

—¿Qué le dices a tu papá cuando está demasiado preocupado, Katsushiro?

—Papá no se preocupa —Katsushiro negó con la cabeza—. Papá siempre sabe qué hacer, él es mi héroe número uno.

—Oh, es una coincidencia. También es el mío.

—¡Papá es el héroe número uno de Kirishima-san también!

—¡Lo es! ¡Lo es!

—¡Oh... Cierren la maldita boca!

Kirishima soltó varias carcajadas al observar el sonrojo exagerado y avergonzado en el rostro del rubio, justo antes de que este cierre la puerta del departamento de un fuerte portazo. Katsushiro observó la puerta por varios segundos, antes de girarse hacía Kirishima y acomodarse en el sofá, observando al pelirrojo.

—¿Kirishima-san me cuida ahora?

—Sólo hasta que llegue Uraraka, luego ella nos cuida a ambos.

—Kirishima-san es como un bebé grande, ¿por qué no rompe cosas?

—No puedo, ¿y si rompo algo y Bakugou se enoja?

—Mejor no —Katsushiro negó suavemente—. Cuando papá se enoja, es triste.

—Eres muy inteligente, Katsushiro.

—¡Claro! ¡Katsushiro pronto será el héroe número uno!

Llevando su mano a los suaves pero despeinados y puntiagudos cabellos, Kirishima le sonrió con calidez, mientras el pequeño cerraba sus ojos y se dejaba mimar por el pelirrojo.

Una semana habíapasado desde que se mudó a esa casa. 


+


Esta historia la tenía escrita hasta aquí, quién sabe cuando pueda continuarla o siquiera si habrá continuación, pero quería que supieran que la historia de Katsushiro sí existió, y aquí la tienen. Los quiero mucho<3

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2020 ⏰

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Operación SHIRO. | Bakugo Katsuki x Kirishima EijiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora