39. Gremory

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- Bien señor Hyoudou, sus heridas se curaron con éxito, pero antes de dejarlo salir quisiera que se quedara por esta noche y ver si a primera hora del día de mañana su condición sigue igual, entonces será libre de irse - le dijo un médico al castaño luego de hacerle una revisión.

Issei: Muchas gracias - le agradeció para luego ver como el médico se iba dejándolo solo.

Soltando un largo y profundo suspiro se hundió en la almohada y en el colchón para luego quedarse con la vista en el techo.

Unos cuantos segundos después se escucha como alguien golpea la puerta con suavidad.

Para cuando voltea la cabeza en aquella dirección, puede ver una pequeña albina entrando con lentitud a la habitación hasta quedarse completamente quieta en el momento en que sus miradas se cruzaron.

Con su cuerpo temblando y lagrimas forzándose a salir, caminó hacia el castaño y para su sorpresa y sin dejarle decir algo, se sube a horcajadas quedándose con la cabeza hacia abajo.

Una de sus manos se estira hasta casi tocar una mejilla del castaño haciéndolo sentir mal al notar lo mal que estaba.

Issei: Kone...

Apenas diciendo el nombre, de repente siente un mal presentimiento por lo que con la mayor velocidad que pudo usar, movió su cabeza hacia un costado justo a tiempo para esquivar un puñetazo que se hundió en la pared y que provocó grietas grandes y largas en ella.

Issei: ¡¿Koneko-chan?! - la nombró sudando a mares ante el inesperado ataque.

Koneko: ¡Mentiroso! - gritó después de un largo rato, dejando que con el grito sus lagrimas recorran su rostro - ¡Mentiroso! - exclamó, pero esta vez con menor intensidad.

Sin saber que hacer o decir, Issei solo pudo limitarse a rodearla entre sus brazos y atraerla hacia él. Cosa que ella no evitó, sino más bien aceptó el abrazo y proceder a llorar en su pecho.

Los minutos pasaron de forma lenta para el castaño quien sentía como su corazón se contraía al ver a Koneko llorar de esa forma, y más sabiendo que todo era por su culpa, aunque no sabía porque.

Pasó un buen rato hasta que la albina se calmó, pero aún después de tranquilizarse se quedó recostada contra el pecho del castaño sin intención de apartarse de él.

Issei: ¿Qué sucedió Koneko-chan?

Koneko: Senpai es un gran mentiroso - dijo con la voz todavía un poco quebrada.

Issei: ¿Por qué dices eso? Nunca te mentí en algo.

Koneko: Había dicho que ya había controlado la juggernaut drive, pero en su pelea contra sairaorg perdió el control y... y casi muere - dijo empezando a soltar de nuevo unas lagrimas.

Issei: ¡Espera, espera! ¡Puedo explicar el porque me salí de control! ¡Te prometo que no te mentí!

Recibiendo la mirada atenta de la albina, el castaño procedió a contarle lo que sucedió dentro de la boosted gear y sobre como se sintió al ser abrumado por las emociones negativas de los antiguos portadores.

Al finalizar la explicación, Koneko rodea el cuello del castaño con sus brazos y junta sus labios en un cálido beso que duró unos cortos instantes.

Koneko: Perdón por intentar golpearlo Issei-senpai... - le dijo apenada luego de separarse.

Issei: No te preocupes, de todas formas sabías que iba a esquivar el golpe ¿Verdad? - preguntó con confianza.

Sin embargo la albina se quedó callada, volviendo la expresión de Issei un poco pálida.

Amor YoukaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora