-¿Qué pasa Steel? - mira que aún no me he cambiado la ropa- ¿No empiezas a entrenar ya?
- He decidido no ir- me acerco con intención de besarlo intensamente.
Él empuja la puerta para cerrarla y sigue mi beso con una mayor intensidad. ¿De verdad voy a probar su pensamiento en el vestuario? Le quito la camiseta que lleva puesta de igual manera que él quita mi blusa blanca. Los besos son intensos, desenfrenados, acalorados. Para apartándose un poco y me dice:
- Te noto caliente... - me muerde el labio
- Follame - le digo directamente aumentando mi calor.
Marcos me coge en dirección a la ducha. Noto que se le ha endurecido la parte inferior. Nos desprendemos de las prendas inferiores y comienza el acto en las baldosas de la duchas. No lo hace mal. Que digo esto es el paraíso. Gimo en su oreja no tan alto como yo querría por si alguien pasa.
-Que guarrilla Steel... Gimeme más fuerte- me dice en la oreja mientras me da sacudidas lentamente.
Al acabar nos damos una ducha. Claramente con algún que otro lío.
¿Que pasará ahora? ¿Irá a por otra? Lo hecho, hecho esta y no me arrepiento. Volvería q hacerlo sino fuera por la hora que es.
- ¿Vamos juntos hacia casa no? - le digo mientras me pongo la ropa interior.
-No voy a casa ahora
Me sorprende esa respuesta. Son las 19h una tarde de jueves ¿ha quedado con alguien por Tinder?
- ¿Y eso?- le pregunto sin intentar dar mucha importancia, soy mala actriz.
- A ver a otra de mis sumisas- me guiña el ojo riendo- Que no. Tengo que recoger un recado. ¿Mañana me acerco a tu casa y vamos juntos a clases?
- Genial, pásate a las 8. - me acerco para un beso de despedida. Un beso con sabor postpolvo
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