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Zeldris se sentó junto a Hitsuji y soltó un suspiro, mientras posaba las palmas de sus manos detrás de él, recargándose.

Una roca no era cómodo para sentarse... Pero no había más.

— ¿Por qué no me dices algo de... Ese esposo que tuviste?

—Je —Hitsuji lo vio—. En verdad escuchó todo... ¿Tanta curiosidad tiene?

Él se levantó de hombros y vio la cámara. A decir verdad, tenía curiosidad de esa cosa.

—Quizá la próxima vez que nos veamos aún lo recuerde... O quizá no.

Hitsuji levantó una ceja. Prefería que las palabras que ella soltase se le olvidasen a ese Demonio.

Así, ella se acomodó en su lugar, viendo la cámara y jugueteando con esta.

—Me iba a casar con... Un ser de raza diferente.

Inmediatamente, toda la atención de Zeldris se dirigió a ella.

—En ese entonces, la relación entre un... —se corrigió—. Hm, así era frágil. Sin embargo, ambos revelamos esta relación... Y, por suerte, nuestros padres aceptaron la unión, cómo un pacto de sangre de la unión entre Clan y Clan... Y... Ya que él y yo no queríamos tener hijos, entonces, ese Clan no sería manchado por sangre Vampira.

Ella tomó aire, recargando las pilas que se habían agotado por simplemente recordar y hablar.

De hecho, sí, sacar todo ese asunto al aire era agotador y complicado.

—La boda fue linda... —murmuró, girando más la cámara—. Después de la vaga ceremonia que se hizo, el festín fue aún más divertido. Gran parte de ambos Clanes se habían reunido, simbolizando la nueva unión que se hizo. Ah... —levantó la cabeza al cielo de la roca y cerró los ojos. Su piel se erizó; el simple hecho de recordarlo la estremeció.

Esa sensación... Ese bienestar... Esa calidez que repentinamente su cuerpo recordó.

Resultó encantador.

Con lentitud, abrió los ojos, a la par que su cuerpo se obligaba otra vez a olvidar tal emoción o sentir.

—Pero... —extrañamente, su voz salió rasposa. Amarga—. Entonces... Cuando todo iba bien... Me lo arrebataron...

Zeldris hizo un gesto que apenas se notó, cómo si esa última palabra reaccionara en su cabeza.

Ella tomó otro respiro, parecía un títere que era levantado con dificultad por su titiritero. Con cada parte de ella uniéndose con las cuerdas.

—Por algo, la Diosas estaban a la par de los Demonios. Dónde se suponía que había tranquilidad y pureza... Yo sólo vi la parte más sucia y repugnante de ese Clan. Y... Tuve que entregar mi unión para que él pudiese vivir y—... —vio a un lado—. Así llegamos aquí. El resto lo conoces bien.

Zeldris se inclinó un poco, intrigado.

— ¿Quieres decir que... Entregaste a tu esposo... Por amor?

Dolida, observó fijamente la cámara y, se lo extendió a Zeldris.

— ¿Qué más podía hacer...?

Tras eso, ella soltó un pequeño sollozo, aguantando todas sus lágrimas. Masajeó su populo, intentando evitar que sus lagrimales reaccionaran.

—Ve la primera grabación... Es el último recuerdo de ella. Y, a la vez, confirma lo que dije... —se levantó rápidamente, con pies temblorosos—. Voy a tomar aire... —y caminó rápidamente para alejarse de él.

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⏰ Última actualización: Nov 15, 2020 ⏰

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