Un nuevo día en la vida de los Maximoff

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El autobús escolar se adelantó esa mañana. Billy tenía ya preparadas sus cosas y esperaba impaciente por ir a la escuela, apresurando a su hermano para que terminara de vestirse. Wanda estaba en la cocina, despidiendo a Vision con un beso largo mientras los gemelos se escabullian por la puerta sin ser, siquiera, percibidos por su madre.
---Espera ---dijo Tommy poniendose la chaqueta del uniforme---, no nos despediremos de mamá.
---¡Viste la hora que es! El autobus ya nos está esperando.
---Está bien. ¡Cielos! Estas insoportable desde que....
El conductor hizo sonar el claxon.
---Cierra la boca y apresurate... ---sentenció Billy.
---Sabes, algunas veces pienso que tu debiste ser el mayor...
Wanda y Vision miraban enternecidos a sus hijos bajo el umbral de la puerta. Luego Vision se despidió con otro beso, no sin antes ser cambiado su aspecto por su esposa, de un androide a un hombre, dejando a Wanda sola en esa casona que parecía mas vieja que antes. Wanda la miró extrañada de arriba a abajo, sin saber que esperar de su día.
   Amaba ver a sus hijos y su esposo salir por la mañana, pero la sensacion que le dejaban cuando partían no era nada agradable. Se rodeó con sus propios brazos para compensar la fría soledad, pero no le fue suficiente. De pronto sentía una gran ansiedad y hacia rechinar sus dientes nerviosa, mirando su alrededor asustada.  Sabía que algo faltaba, pero ¿qué? Entonces la casa comenzo a cambiar, ya no era ese hermoso hogar suburbano que habia creado, las paredes se deshacian en una nube de polvo, el tapiz se rasgaba, los pisos se agrietaban y mostraban un eterno vacío debajo de sus pies
"¿Cuanto crees poder doportarlo?" decía un susurro en su cabeza.
---Dejame en paz ---dijo con voz profunda. De sus ojos emanaba un brillo rojo, y el destello crecia provocando un caos en la cocina. Las lamparas se converian en lava, de la estufa brotaba un fuego endemoniado contra el cual luchaba. Entonces comenzo a sentir como dentro de ella algo crecía, como una enfermedad. Su poder aumentaba a cada segundo y si estallaba podria terminar con todo.
El timbre de la puerta sonó. Wanda se sobresalto al escucharlo. Rapidamente volvió en si. Se acomodó el pelo y aliso su vestido mientras se dirigia a la puera con una sonrisa extraña. Antes de abrir volvió todo a la normalidad con un movimiento de las manos y su peculiar destello rojo escarlata.
No cabía en si al ver de quien se trataba, su visitante era alguien que anhelaba encontrar, precisamente, esa mañana.
---¿Qué haces tú aquí?

En el jardin del colegio, los niños se dispersban hablando en pares o grupos, seguramente planeando una velada alocada el fin de semana. Las decoraciones de halloween estaban en su punto.
---¿Para eso querias venir temprano, para hablarme de un simple sueño? ---Refunfuñó Tommy con voz aguda.
---No es solo un sueño, si hubieras estado ahi... La cara de mamá, era una completa locura. Parecía estar sufriendo, el poder que emanaba de ella era exagerado. Parecía querer reprimir sus emociones, pero no lo pudo soportar mas y dejo escapar un grito desgarrador, y entonces....
---Despertaste, Billy, abriste los ojos y desaparecio una fea pesadilla.
---Por favor, Tommy, ¿cuantas veces no acerté en alguna predicción de mis sueños?
---Es diferente, porque lo que dices ya no es divertido, en cambio predecir que la profesora de ciencias no vendrá toda la semana porque tiene fiebre, bueno eso si lo es.
---¿No has notado otro cambio en ti ultimamente?
---Estoy por descubrirlo ---dijo Tommy agitando las manos a gran velocidad---. Te dejo por ahora, porque tengo cosas nuevas que explorar, porque me cansaste; oh, y porque aqui viene tu "amiguito".
Tommy se alejo guiñandole un ojo a su hermano, dejandolo solo cuando el nuevo estudiante, Franklin Richards se aproximaba a él. Billy apenas cabía en si del nerviosismo que le generaba ver al niño nuevo bajar del auto de sus padres.
Tommy se alejo mostrandose mas burlon y engreído. Sabia perfectamente que ese dia, y esa semana en general, la dedicaría a descubrir que otras cosas podía hacer. El subdirector vigilaba la salida trasera del colegio, para capturar a los que se atrevieran a intentar salir. Era el reto perfecto, podría esccaparse del colegio sin ser visto, delante de las narices del propip director. El resto de los estudiantes estaban por entrar a sus respectivos salones, y solo cuando dejaron mibre ese pasillo, comenzó.
Primero el calentamiento, ya estaba acostumbrado gracias a pertenecer al equipo de atletismo, se trono los nudillos y luego el cuello y, para agregarle un poco de sabor al asunto, saludó descaradamente al subdirector.
---Thomas Maximoff, la campana esta por sonar ---dijo el viejo irritable---, vete de aquí o haré que te castiguen.
---Irme, eso es precisamente lo que haré, zoquete ---dijo para si. Despues de un ultimo estiramiento, Tommy aprovechó un parpadeo del subdirector y emprendió la marcha. ¡Esta vez se habia superado!
Había corrido tan rapido que el anciano solo sintió una ventisca que levanto su pelo engrasado hasta el ultimo cabello.
Tommy sonrió victorioso mirando al subdirector por la espalda y desapareciendo nuevamente, corriendo a gran velocidad por las calles.
La campana sonó y el subdirector miró un tanto co fundido. <supongo que habrá entrado a clases> pensó luego de cerrar la puerta con llave.
En los pasillos caminaba como el rey o verdugo de todos los alumnos, que se sometian ante su arrogancia. El subdirector no le agradaba a nadie, pero no era nada comparado con el desprecio que sentía él por los Maximoff, en especial por William, a quien se topó en un recodo del pasillo, caminando lentamente con el estudiante nuevo. Lo miró con asco mientras se acercaba a dañarles la conversación.
---Disculpe, joven Maximoff, pero ¿le parece esto una cafeteria?
---No.
---Oh, tal parece que esta siendo el perfecto anfitrion del joven Richards. ¡Que1 alegría que por fin puedas hacer amigos! Pero mas me alegraria que entraran a sus clases. Y dejaran mis pasillos sin un alma. ---El subdirector se alejó marchando molesto a su oficina.
Por vez primera, Billy no se sentía un extraño en la escuela. Franklin era un gran conversador y, lo mejor de todo, un buen escucha que habia puesto atencion a todo lo que decía.
---¿Crees que podrias hacer algo para que el pesado subdirector deje de molestar?
---Creeme, lo he intentado, pero está tan podrido que no vale la pena intentarlo.
---Yo podría... ---Franklin levantó la mano en dirección a la puerta, pero Billy lo detuvo rapidamente, sujetandolo del brazo.
---Perdón ---dijo sonrojado---, pero no hace falta que hagas nada. Ademas, lo que somos es un secreto; tú, mi hermano, yo...
---Pero no puedes dejar que ese sujeto te trate asi.
---No me afecta, siempre me ha odiado, a mi hermano tambien, pero conmigo es peor.
---¿Por qué?
---No lo sé ---respondió algo incómodo por la manera en que preguntaba---, como sea, es mejor que entremos a clase antes de que salga y nos lleve a detención.
---Tienes razón, sonrió amable.
Franklin se adelantó. Billy esperó unos segundos mirando la puerta cerrada con llave. Tenia un presentimiento, no sabia si era malo o bueno, pero sabía que su hermanose había fugado y que debia volver para las tres cuando su padre fuese a recogerlos. Se concentró en la cerradura y con solo pensarlo, esta se abrió. Termino por girar la perilla un poco para que paresca cerrada, cuando en realidad ya la habia abierto para Tommy. Antes de entrar en el salon, hizo lo mismo con la puerta de la oficina del subdirector, cerrando su puerta con llave. Miró un pedazo de cristal en el suelo, bastante delgado y lo hizl levitar hasta llegar a la cerradura e introducirlo para que asi no pueda salir.
Franklin vio su cara de satisfacción al entrar en el salón, pero no se atrevió a preguntar que habia hecho, bastaba con saber que se habia vengado, momentaneamente por lo menos.

Wandavision. Perspectiva de los niñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora