14* El cuento de la fuente

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Matt's P.O.V

-sabes Matt, por una vez me siento libre. Estando contigo, libre de ser quien soy en realidad, contigo no tengo que fingir

Ella y yo caminábamos entre los pasillos del laberinto, llevábamos por lo menos 20 minutos tomados de la mano y siguiendo un extraño camino.

-siento que tu me complementas, desde hace tanto que me siento vacía...

-quiero estar a tu lado Ella, no se muy bien de lo que hablas... pero conmigo estas a salvo

Nos habíamos detenido, nos mirábamos fijamente a los ojos, hace rato que ambos nos habíamos quitado los antifaces y podía ver perfectamente sus ojos, de un tono amarillo que hacían su rostro de porcelana lucir más. Desde hace tiempo me di cuenta que no podía mantenerme alejado de ella. Supongo, el día de aquella fiesta, esa noche en la que me quede despierto viéndola dormir. En mis brazos.

- Matt, quiero ser sincera contigo, quiero que sepas quien soy en realidad...

Ella comenzó a llorar, sus lagrimas corrían por sus mejillas y sus ojos permanecían cerrados mientras yo iba limpiando sus lagrimas con mis pulgares y pequeños besos.

-quiero que confíes en mi Ella, quiero estar contigo mas de lo que crees

-yo también, ya no me quiero ocultar pero...

-entonces ¿por que nos ocultamos de todos? Si lo que quieres es estar conmigo

-tu no entiendes por lo que he tenido que pasar para ser esto. No sabes a quienes decepcionaría....

Y lloro aun más, desesperada y sin poder contenerse.
"Soy un idiota" pensé, no sabia que hacer así que solo la abrace, tratando de demostrarle el amor que sentía por ella, quería que sintiera mi apoyo y que dijera lo que dijera mi estaría con ella.

Me abrazo igual de fuerte que yo hacia con ella, seguía llorando pero de a poco se tranquilizo. Cuando por fin su respiración se alentó se separó solo un poco de mi.

-lo lamento, no soy así de patética- limpio sus ojos y me dio una sonrisa forzada

-Ella no eres patética, eres una persona que guarda muchos secretos y sentimientos, así que cuando quieras simplemente llorar llámame e iré corriendo. - termine de limpiar sus mejillas por ella y bese su nariz, ella soltó una pequeña risa que me dio ganas de besarla, así que lo hice.

Al momento de sentir sus labios rozar con los míos cerré los ojos, sin previo aviso. Amaba sus labios carnosos y rosados. Se sentía salado por sus pequeñas lagrimas y dulce, ese delicioso sabor que siempre contenían sus labios, Ella me recibió del mismo modo que yo a ella. Mis manos estaban apoyadas una en su cintura y otra en su suave mejilla y las suyas simplemente tomando el suave cabello de mi nuca. Tiro un poco de el y sin querer solté un gemido, ella soltó una pequeña risa, sonreí en sus labios. Tenerla así conmigo, en mis brazos y sintiendo sus labios era lo mejor que me pudo pasar en la vida.

Cuando nos separamos, a regañadientes, Ella aún tenía los ojos cerrados y sus labios estaban hinchados y tenían un brillo que yo había producido.

-te quiero- salió de mis labios y ella de inmediato abrió los ojos

-yo también te quiero

Ella se alejo por completo de mi y admiro lo que se encontraba a nuestro alrededor.

-¿cómo es que llegamos aquí sin darnos cuenta?- sonrío con un brillo de emoción en los ojos.

Estábamos a mi parecer en el centro del laberinto, había una enorme fuente en el centro, hecha de Marfil blanco, ambos estábamos parados bajo un arco, había por lo menos 6 además del nuestro. Las paredes tenían enredaderas y estaban repletas de rosas rojas y blancas. Tome una rosa roja y sin querer pinche mi dedo con una espina, dejando caer tres pequeñas gotas de sangre.

Voltee hacia Ella y en ese instante abrió los brazos y dio varias volteretas. Me acerque a ella y la detuve de la cintura, ella volteo a mirarme y sonrío, parece que las lagrimas que habían caído de sus ojos desaparecieron en el pasado. Bese su nariz y le ofrecí la rosa.

-es hermosa muchas gracias

-pero no mas hermosa que tu.-
Sus mejillas se tiñeron de un tono rojizo- hablo en serio, cuando entraste por esa puerta supe que eras tu, me dejaste impactado, con la boca abierta, igual que a todos en esa fiesta. Las chicas juro que morían de envidia y celos al saber que no te llegaban ni a los talones.

*
Ella se sintió un poco avergonzada, ella sabia que era hermosa, más que hermosa. Pero había algo dentro de ella que la hacía pensar que nadie en realidad quería estar con ella, que solo querían lastimarla y no tomarla en serio. Se apartó de inmediato de Matt y se dirigió a la fuente, poso la rosa en el agua y la dejo flotar. Matt no entendía que había hecho mal para que Ella se alejara de el, el la quería y hablaba muy en serio cuando dijo eso, se acerco lentamente a ella y tomo su mano. A Ella la recorrió un escalofrío, desde el punto donde sus manos se unían hasta la punta de los pies.
*

Sentí ese pequeño escalofrío recorrer el cuerpo de Ella y decidí darle su espacio, así ella se sentiría libre de hablar y confiar en mi.

La solté un instante y me quite el saco para ponerlo sobre sus hombros.

-¿que pasa?

-¿jamás escuchaste el cuento de la fuente? - negué ligeramente la cabeza, sin saber muy bien que responder - bueno pues te lo contare.

"Hace mucho tiempo, mucho antes del romance de Romeo y Julieta. En el tiempo en el que creían que todo se podía ocultar en un laberinto, lo malo y lo bueno.
Lo que entra jamás vuelve a salir, decían. Una hermosa princesa fue raptada de su propio castillo, como venganza a su padre el rey. La buscaron por días, semanas pues no sabían donde la habían ocultado. Hasta que un día un noble muchacho del pueblo, que se había enamorado de ella y del que la princesa se había enamorado, dijo que él podría encontrarla gracias a su gran amor.
Se aventuró en distintos pueblos de los alrededores y en bosques tenebrosos, hasta que recordó lo que un día su abuelo le había dicho "un laberinto es el mejor escondite que alguien pueda encontrar, ya que si no sabes donde estas parado te perderás dentro de el".
Se adentró en el laberinto, el jardín del rey enemigo al padre de la princesa, recorrió el enorme laberinto por días hasta que llego al centro de este, donde se encontraba una fuente, con una princesa sentada en su borde.
Cuando la princesa vio los ojos del chico supo que realmente lo amaba.
Ambos se quedaron para siempre recorriendo el laberinto, ocultos de todo lo que les quería hacer daño, protegiéndola de todo y de todos.
Haciendo de su amor un cuento de hadas, una leyenda. Demostrando así que era verdadero."

Cuando Ella termino su relato lo beso, beso a Matt con dulzura, pasión y amor, diciéndole así todo lo que no podía expresar con palabras. Ambos se sumieron en ese beso, hasta que dejaron de respirar.

Why you? GeeksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora