[~CAPITULO 12~]

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Ese mismo día decidió saltarse el resto de clases, estaba sentado en debajo de aquel árbol, sus pensamientos se inundaron de la bella imagen –a su parecer- de su pequeño niño rubio, se armó de valor y dejar de ser idiota, iría directo a la casa de Tweek, se sentía tan preparado, arrepentido y decidido. Su pequeño corazón latía rápidamente de los nervios por cada paso más cercas del hogar del rubio.

Al llegar se dio cuenta que los padres de Tweek no estaban en casa seguramente ya estaban en la cafetería como ya era su costumbre, ya conocía cada rincón del lugar. La llave debajo del tapete.

Entro a la casa y subió las escaleras directo a la habitación del menor, sus manos temblaban, en su mente se maquinaban palabras, frases y escenas posibles que podría hacer y decir. Frente a la puerta de la habitación, respiro profundamente era ahora o nunca.

Tomo el picaporte que se sentía como lo más pesada del mundo, su respiración se volvió cada vez más rápida, así como el latió de su corazón, su cuerpo entero tembló y a su mente llego el rubio hace algún tiempo atrás, algunos momentos compartidos a su lado, su sonrisa que hace tiempo no veía, sus tics. Eso fue suficiente para terminar de abrir la puerta y encarar lo que venía ignorando ya un tiempo.

-Tweek- Fue lo único que logró decir al verlo acostado, su boca enmudeció y parecía la tarea más difícil plantear alguna buena frase, algo que decir después de tantos días ausentes y su mal comportamiento.

Tweek se levantó tan tranquilamente y sus pasos se dirigieron hasta Craig, su piel se veía más blanca que antes, más demacrada, su cabeza portaba un gorro de lana blanco, lo que antes era su playera verde pasto ahora era un abrigo verde pastel y aquellos ojitos tan particulares de un verde azulado parecían cada vez más grises. Craig lo miraba fijamente y aun así lo veía como la estrella más hermosa del universo. Tan perfecto para él. Y simplemente calló.

-Lo siento.

Craig lo abrazo, creyó que el contrario lo rechazaría y correría de su hogar, Tweek correspondió. Lo sentía tan chiquito a su lado, recordaba que hace unos años atrás ambos estaban cercas de tener la misma complexión y ahora notaba la diferencia de altura y figura, lo quería y lo iba a proteger, pero temía que no pudiera. Su miedo creció al igual que su amor.

Él estaría ahí en su lucha, y haría lo que fuera que estuviera al alcance de sus manos para hacer lo posible y salvar al amor de su vida, y esta vez no se iba a marchar.

Camino a las estrellas [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora