10. La octava carta.

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- ¿Puedo dormir aquí esta noche?

- ¡Oh dios mío Alex! ¿Qué te ha pasado?

- Es una larga historia.

- Esta noche duermes aquí, así que hay tiempo.

Dejé pasar a Alex y le senté en el sofá, no sin antes darle una bolsa de hielo para el ojo y coger algodón y alcohol para curar las demás heridas.

- Bueno mientras te limpio esas heridas, ¿por qué no me cuentas la razón por la cual he estado casi una hora esperándote? Más te vale que sea buena...

- Tuve un pequeño...accidente.

- ¿Pequeño accidente? Alex, cuéntame que ha pasado, por favor.

- No ha sido nada Anna, de verdad, no te preocupes.

- ¿Qué no me preocupe? Por dios Alex ¿pero tú te has visto? Si parece que vienes de la guerra. ¡¿Qué digo guerra?! ¡Parece que vienes de pelearte con Emma! Espera... ¿no te habrá hecho esto Emma no?

- No, de haber sido Emma no viviría para contarlo. Créeme Anna, no ha sido nada, solo una tontería.

- Alex... ¿Sabes que puedes confiar en mi verdad?

- Yo... iba con la furgoneta y choqué contra un buzón. Estuve un buen rato intentando disculparme con el propietario.

- ¿Solo eso?

- Solo eso.

- ¿Seguro?

- Segurísimo.

Mentira, mentira y mentira. Ese chico debería apuntarse a un cursillo sobre como mentir adecuadamente. Se notaba a kilómetros que estaba mintiendo. Algo raro estaba pasando y yo iba a descubrirlo.

Seguí limpiándole la herida del labio. Esta ya había parado de sangrar, pero sus caras de dolor y sus quejidos daban a entender que le seguía doliendo.

- ¿Te escuece mucho?

Un nuevo quejido volvió a escucharse por su parte al apoyar de nuevo el algodón en el labio.

Con mucho cuidado me acerqué a él y empecé a soplar la herida.

La mirada de Alex estaba puesta sobre la mía. De un momento a otro su mirada había bajado hacia mis labios, para después volver a dirigirla hacia mis ojos.

Yo como respuesta hice lo mismo que él. Los dos fuimos acercándonos el uno al otro.

Ya apenas quedaba espacio entre ambos.

Quería besarle. Necesitaba besarle.

¡Ay mi madre, Alex iba a besarme!

- Anna ¿te importa si esta noche duermo en casa de Emma? Tiene grabada la temporada completa de Dora la exploradora y vamos a ver todos y cada uno de los... ¿Quién narices eres tú y que haces tan cerca de mi hermana?

Y ahí estaba Max estropeando el momento.

¡Enhorabuena hermano, eres más molesto que un grano en el culo!

- Su nombre es Alex, y si no fuera por él seguramente ahora seguirías durmiendo en el metro.

Max no pareció entender muy bien mi respuesta, pero siguió mirándome fijamente para que continuara hablando.

- Y está aquí porque yo le he invitado ¿vale? Se queda a dormir.

- ¿Sabes? Creo que llamaré a Emma para cancelar lo de hoy. Prefiero irme cuando mi hermana no vaya a quedarse toda una noche a solas con un desconocido.

Querida AnnabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora