Pasando Nuestras Manos A Través De Las Brasas

9. Conversaciones Tras Conversaciones

Se despierta antes que los demás a la mañana siguiente, cuando el sol aún no se asoma en el horizonte, y se dirige de puntillas hacia la cocina, donde espera pacientemente a que aparezcan sus presas.

El Anciano Yu le dijo que tanto Xiao Xingchen como Song Lan, después de asegurarse de que su jefe llega a salvo de su viaje, se han quedado en sus habitaciones habituales ubicadas en el ala izquierda de la mansión Jiang, sólo un tramo de escaleras de la cocina principal. Si la predicción de Jiang Cheng fuera correcta, se levantarán temprano y desayunarán.

Jiang Cheng se da una palmadita mental en la espalda cuando ve a dos figuras altas, una vestida de negro y la otra de blanco, bajar las escaleras hacia la cocina.

Choca 'accidentalmente' con ellos y les ofrece la mano. Xiao Xingchen lo saludó con una sonrisa amistosa y le devolvió el apretón de manos. Tal como esperaba, la mano del hombre está llena de callos por culpa de la pistola, lo que indica que no es ajeno al arma. Es natural para un guardaespaldas, supuso. Sin embargo, hay cicatrices extrañas aquí y allá que cuentan una historia diferente.

No lo ha visto en las fotos, pero desde donde esta, es fácil detectar una cicatriz que se extiende por el lado izquierdo del cuello del hombre, cortando su vena.

Los ojos de Jiang Cheng se agrandaron. Ha visto todo tipo de heridas, incluso es culpable de algunas, y esta, a juzgar por su ángulo, no la ha causado otra persona.

No, esa herida es auto infligida.

Se le seca la garganta y, por un segundo, quiere preguntar qué demonios hace Xue Yang en esta vida a Xiao Xingchen para que el hombre se haga algo así. En cambio, continúa lanzando miradas discretas a los dos hombres que actualmente están deambulando por la cocina como si hubieran pasado años viviendo el uno con el otro, lo que probablemente sea así.

A diferencia de su compañero, Song Lan no tiene ninguna cicatriz visible en él, aunque se pueden ver los mismos callos de pistola por toda su palma. El hombre mantiene sus ojos en su compañero, con una ternura que Jiang Cheng ve demasiadas veces en Lan Wangji cuando Wei Ying no está mirando.

Jiang Cheng no es una persona curiosa por naturaleza, pero realmente quiere saber qué sucedió para que Song Lan mirara a Xiao Xingchen como si fuera a desaparecer. No sería apropiado para su primer encuentro, supuso, por lo que mantiene la boca cerrada y traga la leche tibia que Xiao Xingchen amablemente recalienta para él.

Cuando termina su bebida, redirige su atención a la razón por la que decidió bajar tan temprano en primer lugar.

—Ayer, sobre mis padres... lamento que tengan que ver eso. Por lo general, no son tan ruidosos, especialmente frente al personal.

Los rostros de Xiao Xingchen y Song Lan palidecieron de inmediato ante la mención de sus jefes. Si la memoria de Jiang Cheng no le falla, estaban al lado de su padre cuando Wei Ying fue traído a casa, por lo que también debieron haber escuchado todo. Sabiendo lo enojada que podía ponerse su madre, no pudo evitar sentir lástima por ellos. Realmente necesitan un aumento.

Song Lan tose en su café antes de mirarlo.

—No es nada. ¿Wei Ying está bien?

—Está bien, solo un poco conmocionado. Actualmente está descansando en su habitación. —Aunque aprecia los esfuerzos de Song Lan por cambiar el tema, realmente necesita saber si están dispuestos a seguir su loco plan—. Estoy preocupado por lo que sucederá en el futuro, saben. Madre todavía está enojada con padre, y se desquitará con Wei Ying.

Él mira hacia abajo, una expresión que sabe que lo hace parecer lamentable en el cuerpo de un niño. Desde donde está, puede ver que el rostro de Xiao Xingchen se suaviza, y el hombre camina a su lado y pone una mano en su espalda.