29. Mentiroso.

1.1K 162 46
                                    


Polo se acercó rápidamente donde nos encontrábamos, apoyó la llave en la mesa y me miró directamente, ignorando por completo a Alex. No me perdí el objeto en la mesa, era más fácil que él las dejara allí a que yo tuviera que pedírselas, es había sido un excelente movimiento de su parte.

—Necesitamos hablar —dijo con un gesto en su cara. Pero gesto de qué ¿Enojo, arrepentimiento, venganza, culpa, cariño, odio? No lo sabía. Yo no podía decirlo, él era un mentiroso que me había engañado y yo ya no podía confiar en mis sentidos otra vez. No podía descifrarlo.

—Claro —dije tranquilo. ¿Valía la pena alterarme? No. Omar había dicho muchas veces que las únicas cosas a las que tenía que adelantar mis pensamientos era a las cosas inevitables. Una charla con Polo era inevitable, yo sabía que iba a pasar, sino era allí sería en unos días, pero yo no quería que fuera en unos días. Me sentía tranquilo y relajado justo en ese momento. En unos días las cosas podían ser distintas.

—Alex, por favor.

—No —dije mirando a mi amigo. —Será un momento, tú continúa cocinando.

—Ian —pidió Polo, pero no lo miré. ¿Para qué mirarlo e intentar entenderlo si no podría?

Le indiqué la salida y lo esperé junto a la puerta. No iríamos fuera, pero mi departamento era pequeño así que ese era el lugar más apartado en el que podíamos estar para tener un poco de privacidad. Digo, podríamos ir a mi habitación, pero no lo quería allí.

—Yo... lo, lo siento —dijo y sonó como una pregunta. Aunque otra vez, yo no lo sabía.

—¿Me conocías? —quise saber. Yo quería respuestas, no disculpas, sentidas o fingidas.

Los ojos de Polo se entrecerraron, pero él sólo desvió su mirada de la mía.

—¿Tú sabías quién era yo? —presioné.

—Sí —dijo volviendo a verme. Se acercó y tomó mi rostro entre sus manos. Lo dejé. Incluso dejé que posara un beso en mis labios. —Pero no, no es lo... mierda Ian.

—¿Cuál era el plan? —consulté. Él volvió a desviar su mirada e incluso me soltó para alejarse un paso. —Porque había un plan ¿No?

—Ian... —suspiró. —Yo... diga lo que diga no va a sonar bien. No ahora, pero tú tienes que entender que no es lo que estás pensando.

—¿No? —quise saber curioso. Porque mirara por donde lo mirara parecía un plan para burlarse de mí. Y sí. Había realmente funcionado. —Supongo que Carla no lo sabe.

Polo suspiró moviendo su cabeza negativamente, con ese gesto en su rostro.

—Lo, realmente lo lamento.

—Sí —dije con una sonrisa en mis labios. Tomé una respiración y levanté una de mis manos para acariciar su rostro. —Está bien Polo, en serio. Supongo que uno de nosotros finalmente logró hacerla feliz.

—No. Ian, no es así.

—Se veía bonita hoy —continué dejándolo ir. —No odio a Carla, de hecho, yo la quiero mucho. Entonces verla así de feliz en serio me pone muy contento, a pesar de las circunstancias. Pero —carraspeé para aclarar mi voz —no es conmigo con quien deberías estará hablando justo ahora Polo. Así que creo que lo mejor será que te vayas.

—Ian, necesitamos hablar.

—¿Necesitamos? —consulté. —Está bastante claro todo para mí. Yo no voy a hacer un escándalo ni nada de eso, no sé qué esperas, pero no lo haré. Tampoco correré a decirle a Carla nada, ya te dije que me gusta verla feliz. Así que... ¿queda algo más para hablar? Tú tenías un plan, un objetivo y lo conseguiste. Yo caí como un idiota. Punto.

AtemporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora