43. Miserable.

1.2K 168 116
                                    


No tuve fuerzas para detenerlo, no quise romper la promesa que le había hecho. Él había decido que llegaría hasta allí y eso era todo. Tenía la última palabra y yo no iba a romper eso también.

Me quedé mirando mi café por mucho rato, intentando respirar con normalidad, intentando ignorar mi corazón roto. El karma era una verdadera mierda.

—No quiero decir "te lo dije", pero... Te lo dije —levanté mi mirada al muchacho rubio que se había sentando frente a mí, donde Ian había estado anteriormente. Me costó reconocerlo al principio, pero repasando sus palabras recordé que era el sujeto del bar. El que me había advertido que Ian rompería mi corazón.

—Aunque no lo creas, fue al revés —suspiré prendiendo otro cigarrillo. Me recosté en el respaldar de la silla y pedí otro café.

El muchacho que según recordaba su nombre era Milo también pidió uno. Cuando la chica volvió con los pedidos me animé a mirarlo, yo estaba a punto de romper en llantos, bastante patético de mi parte vale decir, pero no me importaba yo ni siquiera lo conocía.

—Así que... ¿Qué hiciste? ¿No le prestaste demasiada atención?

—Inicié una relación con Ian porque mi novia me había dejado para estar con él. Hice que se enamorara de mí y la dejara por mí —respondí sincero. Ni siquiera sé porque lo hice, pero simplemente respondí. La boca del muchacho cayó abierta y ni siquiera estaba pestañando mientras intentaba procesar lo que yo había dicho. —Por supuesto él se enamoró y la dejó para poder estar conmigo. Pero hace una semana se enteró de todo y él no quiere saber nada de mí.

—Vaya... yo pensé que Ian era un cretino, pero hasta tú eres peor que él —dijo reaccionando. Largué una carcajada pesada y le di un trago a mi café. Sí que había gente sincera. —¿Por qué... por qué lo hiciste? Estoy seguro que sabes que eso no está bien, no tendrías esa cara si no lo supieras.

—Yo estaba enojado con Carla... no... no estaba pensando en Ian en ese momento. Yo sólo quería que ella supiera lo que era que alguien que amas te dejara por otro hombre —suspiré. —Pero las cosas se complicaron luego y ya no me importaba ella ¿Sabes? quiero decir, sí me importaba, pero sólo porque no quería que vuelva con Ian.

—Porque lo querías para ti.

—Porque lo quería para mí.

—Es increíble cómo ese sujeto puede atraer personas con lo horrible que es —dijo sin siquiera darse cuenta. Sé que no se dio cuenta porque de inmediato me miró con un gesto de disculpas.

—No sé a qué Ian conociste, pero él no es tan horrible como tú crees —aseguré tranquilo. —Él me advirtió muchas veces sobre eso, pero han pasado meses y nunca hizo nada para lastimarme. Ha sido muy sincero conmigo, me ha contado todo lo malo que ha hecho, pero siento que ha cambiado mucho. De hecho, él acaba de perdonarme por lo que le hice ¿Entiendes?

—Eso sigue respaldando mi teoría de que es un idiota —suspiró con pesadez. —Pero supongo que tiene que ver con que realmente te quiere. ¿Sabes? Yo no me quedaría aquí, tranquilo, como tú estás haciendo. Ian tiene la costumbre de desaparecer cuando las cosas no van bien.

—¿A qué te refieres?

—Bueno, supongo que él te contó de Nash ¿No? —asentí. —Cuando ellos "terminaron", él en realidad desapareció del mapa... se fue, se esfumó, por muchos años. No sé... si él está tan herido podría irse de nuevo, para no verte.

—No lo creo —aseguré suspirando antes de dejar caer mi rostro entre mis manos. —Ian tiene muchas cosas aquí que le importan. Además, hubiera desaparecido hace una semana cuando se enteró de todo y aquí estuvo, enfrentándome.

AtemporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora