Capítulo VIII.

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Es sencillo darse cuenta que cuando Danielle está alrededor, no hay rastro de lo que ellos tienen. De Liam y Zayn, un secreto, sagrado y oculto, en su mayor parte.

Zayn trata de pensar que pasaría si Danielle se entera, lo más probable es que deje a Liam, tal vez tire algunas cosas, lance algunos golpes y algunas palabras desagradables y probablemente llore. Sí, definitivamente va a llorar. Eso pone una sonrisa satisfecha en el rostro de Zayn.

Es cruel ver como Liam invita a Zayn a ver una película con ellos, o a comer con ellos, básicamente lo invita a hacer cualquier cosa con ellos. Danielle intenta ocultar su mueca de desagrado –realmente lo intenta– pero Zayn siempre la pilla.

Y Zayn rechazaría estas ofertas educadamente, lo haría, pero la sensación que obtiene cuando Liam le acaricia el brazo o el cuello cuando Danielle no está mirando, es una sensación de satisfacción que no puede dejar pasar. O cuando salen a cenar junto con Harry, Niall y Louis y Liam opta por sentarse al lado de Zayn, con Danielle al otro lado y pasa la mano por el muslo del pelinegro mientras pretende leer el menú. Zayn tiene que abstenerse de soltar algún ruido y en esos momentos aprende más acerca del autocontrol.

Hay pequeños momentos de ternura también, Danielle abrazando genuinamente a Liam, tratando de obtener alguna atención, y en su mayor parte él reacciona, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura, y por un momento Zayn tiene que mirar hacia otro lado. Parece demasiado real, demasiado sincero, hace que a su estómago retorcer. Pero cuando mira hacia arriba y espera ver los labios de Liam presionados al cuello de su chica, él se sorprende al ver los ojos de Liam pegados a los suyos, sin rastro de humor o deshonestidad o con un hueco en el corazón. Ni sonrisas o comentarios malos, sólo Liam y sus ojos de disculpa, Liam no le debe nada a Zayn pero siente que lo hace. Y eso deja un dolor en el corazón de Zayn.

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Él está lavando los platos cuando dos brazos rodean su cintura sorprendiéndolo, los platos chocando contra el fregadero.

“Lo siento,” murmura Liam mientras besa la nuca de su cuello. “No tenía la intención de asustarte.”

Zayn intenta estabilizar su respiración, no se mueve. “Está bien. Simplemente no te esperaba, eso es todo. ¿Desde cuándo tienes tiempo para venir?”

Liam apoya la barbilla en el hombro de Zayn. “Desde ahora. ¿Qué hay en la agenda para hoy?”

“Estos platos,” Zayn responde y continua lavando lo que queda en el fregadero. Liam se separa de él y el corazón de Zayn se hunde un poco, pero se levanta de nuevo cuando Liam agarra sus muñecas para hacer que suelte aquellos trastes sucios. Voltea a Zayn para verlo de frente y cuando él toma sus manos espumosas de vuelta, Zayn protesta: “Mis manos están enjabonadas.” A lo que Liam responde colocando ambas manos en su rostro. Zayn acaricia sus mejillas, ahora cubiertas de jabón y Liam sonríe mientras se inclina hacia abajo. Sus labios presionando suavemente en la esquina de la boca de Zayn. Es lento y profundo, ardiente y caliente, Zayn piensa que podría durar horas, los dos de ellos en su cocina, besándose como si el “para siempre” fuera real.

Las manos de Zayn tiraron con urgencia de la camiseta de Liam y a Liam no le molestaba provocarlo esta vez, obedientemente deslizó aquella prenda por encima de su cabeza para revelar su torso bien marcado y sus bíceps tonificados. Zayn se queja un poco, ahora tirando de la hebilla del cinturón de Liam. El castaño se ríe, “Más lento, Zayn, más lento. No tenemos ninguna prisa.” Pero Zayn desea a Liam tanto que no quiere esperar, pero lo hará si es lo que quiere Liam.

Sus besos se intensifican minuto a minuto y después Liam tiene la camisa de Zayn fuera de él, lo levanta colocándolo sobre el mostrador y se coloca entre las piernas del pelinegro. Zayn sonríe, al igual que en la playa, sólo que ahora más reservado.

En cuándo tienen sus pantalones desabrochados las palmas de Zayn empiezan a sudar. Liam puede tener experiencia con el sexo pero Zayn seguro que no, ni siquiera con una mujer. Sus movimientos se vuelven inquietos y descuidados, Liam se da cuenta de ello y dice con seguridad: “Nosotros no tenemos que hacerlo. Estoy bien con eso. No tenemos que hacer nada que no quieras, lo prometo.”

Zayn niega con la cabeza, mirando al suelo. “No, yo quiero. Es solo que… aquí, en mi cocina?”

Liam suspira en frustración. “Tienes razón, soy un estúpido. Mereces algo mucho mejor.” Zayn está a punto de explicar que, no, eso no es en lo absoluto lo que quería decir pero antes de que pueda decir algo, Liam está sosteniéndolo en sus brazos, al estilo de una pareja de esposos recién casados y lo lleva lejos. “Si no quieres hacerlo aquí, podemos ir a mi casa.” Él besa el cuello de Zayn mientras le susurra: “Me encantaría tenerte en mi cama.”

Different when we kiss - Ziam (Traducido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora