"No soy un tipo malo
así que no me trates mal si me siento triste, ¿De acuerdo?
por favor no te enojes si no te sonrió de vuelta, ¿De acuerdo?
si yo arruino mis palabras, no pienses que soy absurdo, ¿De acuerdo?
¿De acuerdo?"
| Detenti...
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Cuando entran a una cabaña grande que ocupan los profesores, JiMin agacha la cabeza evitando ver a los ojos de los maestros y maestras. El teléfono suena, y nadie contesta al principio, eso y los susurros son lo que alcanza a escuchar el castaño hasta que entran en una de las tantas puertas de la gran cabaña.
Antes de que pueda cerrar la puerta con ellos tres dentro, escucha que alguien pregunta sobre lo que ha ocurrido momentos atrás —Nada de qué preocuparse —maldito mentiroso, JiMin aprovecha que es liberado para alejarse cuando pueda de su presencia y mirar a su alrededor. Es un salón de clases, o está para cumplir esa función, tenía unas cuantas mesas dobles con sus bancas desgastadas—, lo tengo bajo control, yo hablaré con ellos.
—Me alivia, si necesitas ser duro con ellos, debes serlo. Todavía eres joven y necesitas ser más recto con los chicos y chicas.
—No se preocupes señorita, a veces sólo tenemos que escucharlos. —casi se suelta a reír, aún más al escuchar el suspiro de la maestra. Tan admirado, ese profesor es de los más reconocidos en su escuela, tres años enseñando y ya se cree de los más preparados simplemente porque había causado un gran impacto positivo en la vida de muchos alumnos que lo consideraban un gran amigo e inspiración. Nadie puede negar que esto tiene algo de verdad, pero para JiMin no era así. Tan astuto y codicioso, buscando su propio beneficio.
—No puedo creer que se hayan golpeado, ¿Qué edad creen tener? ¿No son capaces de resolver sus conflictos hablando?
—Escuchaste lo que me dijo.
—Háblame con respeto, jovencita.
Escucho el intercambio de palabras evitando mirarlos, si pudiera se iría corriendo de ahí porque se encontraba literalmente encerrado en una habitación con las dos personas que más detestaba, aunque por razones muy distintas.
Un largo suspiro deja ir el profesor antes de llamarle —JiMin —pese a que fuera el mismo nombre, sabe que le llama a él. Termina por confirmarlo al voltear a verle, esos ojos están fijados en él y no en la chica cuyo hombro sangra por una raspada—, quiero hablar primero contigo, jovencita, espera afuera. —el castaño logra ver cómo los hombros de ella caen, la tensión se va parcialmente de su cuerpo antes de voltearle a ver con una mirada completamente molesta, pareciera que quisiera atravesarle la garganta con un fierro.
—Está bien.
—Señor Kim.
—Está bien, señor Kim...
Ella es acompañada por el maestro hasta la puerta, donde le da la indicación a alguien de los profesores que le lleven a atender sus heridas, y que en cuanto terminen, regrese para hablar con ella, JiMin al principio no le toma importancia pues no le importa qué hagan con la chica, pero entonces se da cuenta de algo que le inquieta. Pero es tarde, la puerta se cierra, y queda solo con ese hombre.
