Capitulo 3

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Fueron tantas madrugadas las que pasé a tu lado, respirando tu mismo aire, oliendo tu delicioso aroma, el que me persigue a cada parte donde voy; me recuerda a ti y a tu corto y efímero amor. Recordarte es sentir que me falla la vida. Recordarte es sentir que le fallo a la vida. Me pregunto muchas veces al día si realmente lo vales tanto, si vales tanto tiempo en mi cabeza, en mi corazón y en mi alma. 

En qué momento pasaste de ser todo lo que quería para mí, a todo lo que espero nunca volver a encontrar. No estoy segura si fue en en la primer palabra que no esperaba que saliera de tus labios o en la primer vez que olvidaste algo importante para mí, tal vez fue cuando te miré a los ojos y no estaba el amor que esperaba ver, quizás aquella vez que no me abrazaste en la noche o cuando creíste que exageraba en una situación que de verdad me afectaba, entre tanto... no sé cuándo fue. 

Hoy no siento agradecimiento hacia ti, hoy no, tampoco sé si mañana lo haga o el día siguiente me sienta igual que hoy. Las emociones y sentimientos me embargan cada día de manera diferente, a veces te amo y a veces de odio. Existen días en los que creo que si volvieses a mí, te daría las llaves de mi corazón con tres copias, para que entraras sin avisar, sin pedir permiso y sin pasar por la vergonzosa situación de pedirme perdón, porque en esos días te lo daría todo de nuevo, te perdonaría todo y te entregaría mi amor sin limites, sin medidas. Y a su vez, existen otros en los que te odio, en los que quisiera que pagaras de la peor manera el sufrimiento que has provocado en mí, que te salieran lagrimas de sangre y te arrepintieras de tus actos, en esos días, si volvieras, te escupiría a la cara y me sentiría empoderadìsima. 

Hoy, te recuerdo, como siempre, como un efecto colateral del amor, como una pesadilla que tienes en esas noches frías y al despertar sigue en tu mente y te atormenta durante el transcurso del día. Hoy, te recuerdo, junto con tus palabras, las que, hoy, tomo como mentiras, forzadas, con el simple fin de tenerme atada a ti, de hacerme creer que era un amor bonito y sincero, todo para que no te soltara, cuando tú lo habías hecho mucho tiempo atrás. 

Hoy siento que no me querías, que no me valorabas, que no te importaba. Hoy me pregunto: ¿Qué era para ti?

¿Qué soy para ti? Nada, todo, cenizas que se llevó el viento.

¿Fui tuya? Claro que sí.

¿Fuiste mío? Nunca lo sabré. 

¿Existió nuestro amor? Al parecer, no.

Hoy es solo adiós, sin gracias. 




Adiós y graciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora