We'll never make it; Mitsukou

Leave

Creo que lo más doloroso para mí fue
el saber...

Saber que a pesar de lo que nos costó llegar hasta aquí, tenía que dejarte ir.

Minamoto Kou.

•••

—Así que entonces —Mitsuba acercó su rostro hacia el del otro y lo miró-, ¿qué te aproblema, Minamoto-kun?

Kou se encontraba dando vueltas cerca de él, desde el momento en el que se encontraron el chico traía un aura que lo hacía sentir demasiado nervioso.

Mitsuba observaba a su novio, sabía que algo pasaba, esperaba que este confiara en él y se lo pudiera contar. Lo preocupaba demasiado.

Luego de un tiempo, cuando Kou por fin abrió sus labios, las palabras salieron atropelladas y el otro no logró comprender nada, había dicho algo de una promesa hacia alguien y que está era muy importante. El Minamoto menor no le dio tiempo de hablar y se lo llevó de la manga corriendo.

En el camino encontraron a un chico en apuros, apunto de ser tragado por algo o alguien. Ambos lo ayudaron, pero pronto aquel chico mostró saber más de lo que debía.

Natsushiko era su nombre, un conocido de Mitsuba, quien contaba con información que le interesaba a Kou, este; aún dudoso decidió seguirlo ya que no perdía nada intentándolo una vez más.

El mayor de los tres sabía sobre el misterio número seis, un misterio que era capaz de regresarle la vida a distintos seres, Kou no pidió más explicaciones luego de oír lo que quería.

Ahora, Natsushiko, Kou y Mitsuba se encontraban dentro de tres camas improvisadas, su plan era que mientras uno se durmiera, los otros dos vigilarian hasta que el misterio número seis viniera a por su alma para atraparlo, ya que, se dice que este era atraído por las almas de los humanos durmiendo.

Esto, por supuesto que Mitsuba no lo sabía, así que en cuanto Natsushiko se lo dijo, gritó alterado:

—Entiendo tu plan pero... ¡¿Quién podría dormir así?! ¡Es imposible para mí dormir con este ambiente!

Sin embargo, quince minutos después, Mitsuba era el primero en encontrarse profundamente dormido.

Así que Natsushiko y Kou cuidarían de él hasta que el misterio número seis viniera. Para matar el tiempo, el mayor ofreció contarle sus grandes hazañas a Kou, mas este no confiaba en él por lo que se negó, firme. Sin embargo, luego de unos minutos se encontraba escuchando muy atento cada relato que Natsushiko contaba.

El mayor no creyó que el otro le creyera hasta el punto de llegar a la admiración y comenzó a avergonzarse un poco, mientras que el Kou ingenuo salía a la luz.

Transcurrieron las horas, y el misterio número seis no aparecía, Kou empezaba a desesperarse.

Natsushiko le pidió calma, pero eso solo hizo que Kou gritara, despertando a un Mitsuba asustado.

—¿Qué ocurrió? ¿Y el sexto misterio? —preguntó el recién despertado.

—No lo sé, se supone que ya debería estar aquí...

Natsushiko comenzó a preocuparse, esto era extraño.

—¿Quizá esté ocupado...? —dijo Mitsuba.

—¿Cómo podría saberlo? —respondió Kou.

—Hey Minamoto, calma tus nervios.

—Lo lamento, Mitsuba —habló Kou, apenado.