Heart

991 117 111
                                    

¿Por qué me diste el importante trabajo de sostener tu corazón?

Se ve frágil, incluso con el contacto más suave siento que se va lastimar. Ojalá pudiera protegerlo tanto como deseo.

Minamoto Kou.

•••

—Hey, Minamoto-kun, acércate un momento.

Mitsuba y Kou estaban dentro del baño de chicos, el primero se encontraba con la mitad de su cuerpo dentro del espejo que había al final del cuarto, y el otro en frente suyo.

El ojiazul se acercó hacia su novio y lo miró extrañado, queriendo saber qué deseaba. Pronto lo supo, ya que este lo había envuelto en un cálido abrazo.

—Mitsuba —pronunció sin romper el abrazo— ¿puedo... me permites darte un beso?

Ambos se tensaron, Minamoto estaba nervioso por lo que rompió el abrazo; estaba por comenzar a sacar su extenso discurso de disculpas, pero vio como Mitsuba salía por completo del espejo y se sentaba al borde del lavado.

—Bien —susurró expectante, con la mirada fija en los labios del otro.

Kou estaba sonrojado, no esperó que Mitsuba aceptara, de hecho ni siquiera pensó en que sería capaz de pedirle tal cosa, su boca había hablado sin concentimiento de su cerebro.

Poco a poco el ojiazul se fue acercando al rostro de su novio, estaba temblando, no se atrevía a dar un paso más; debido a ello, Mitsuba en un momento de desespero juntó sus labios sin anticipación alguna.

Ambos tenían los ojos cerrados, ninguno se movió durante el beso ya que no sabían que hacer, por supuesto, el beso era inexperto pero con muchos sentimientos de por medio.

Después del beso los dos se rieron con timidez y avergonzados se dijieron cuánto se amaban.

Pasaron la tarde jugando en el baño, sí, en el baño, ya que Kou había inventado que tenía clases extra para reforzar algunos cursos, y de hecho si existía tal reforzamiento pero él no asistía y sería muy raro si alguien lo viera paseando por el colegio.

Al llegar la noche, la pareja se despidió con un gran abrazo y palabras dulces, acordando cuando volverían a encontrarse.

Minamoto salió del baño justo cuando los demás chicos habían acabado con sus clases extras y se agradeció a sí mismo por ello. Después corrió para llegar hacia su casa y preparar a tiempo la cena, esperaba que su hermano no haya quemado la cocina.

Al entrar se quitó los zapatos y los cambió por otros, se sorprendió al ver que su hermano mayor lo esperara a un lado de la pared.

—¡Buenas noches, Teru-nii! Me esperabas para que preparará la cena, ¿verdad? —rio— No te preocupes, me cambio, lavo mis manos, ¡y me pongo a hacerla al instante!

El menor de los Minamoto estaba por irse a su cuarto hasta que escuchó las palabras de su hermano.

—Kou, ¿Por qué le mentiste a nuestros padres diciendo que irías a tomar clases extras al colegio?

Kou se congeló en su sitio, mudo.

—¿Olvidaste acaso que yo soy el presidente del consejo estudiantil? —dijo serio— Bien, ahora dime a dónde fuiste.

—Y-yo... Está bien, tuve una cita con Nene senpai —rió rascándose la nuca— Tenía vergüenza de decírselo a nuestros padres.

—Para, Kou; no mientas, Aoi te vio en el colegio, específicamente en el baño ¡Y hablando solo! —pronunció con sarcasmo— Dime que estabas demente y que con lo que hablabas no era una maldita aparición.

—Nii-san, puedo explicarlo...

—¡No, Kou! ¿Cuántas veces te dije que las apariciones buenas no existen? ¡Debes acabar con ellas, no ser su amigo! —gritó al borde de la desesperación— Era ese tal Hanako, ¿verdad? Debí haberlo exorcisado cuando pude... ¿O era ese otro misterio? Sí, él debe ser, incluso tienes las fotos que él tomó enmarcadas en tu cuarto.

Kou ya no aguantaba lo que decía su hermano, quería salir de ahí.

—¡Las relaciones entre espectros y humanos no funcionan y nunca funcionarán! ¡Mételo muy dentro de tu cabeza! Los humanos y los espectros nunca debieron relacionarse en primer lugar, nunca sale nada bueno de aquello, como exorcista lo debes saber bien, Kou. El mundo está mejor sin ellos.

—Te equivocas, Nii-san, pronto te probaré que los espectros buenos sí existen —dijo por último, y se fue corriendo a su cuarto a llorar.

Tomó una de las fotos que había sacado Mitsuba y la abrazó con fuerza.

En un mundo ficticio imaginaba que su hermano era tolerante con los espectros, aprobaba su amistad con Hanako e incluso su noviazgo con Mitsuba. Aquel mundo era colorido y lleno de paz, era capaz de cumplir con las promesas que le había hecho a Nene y a Mitsuba, todos eran felices, el sufrimiento no existía.

La realidad era muy diferente a lo que en su imaginación pintaba y eso dolía mucho. Apretó más la foto que tenía entre brazos y soltó todas sus lágrimas, incluso las que había guardado por otras razones.

Trataba de entender los pensamientos de su hermano, pero cada vez era más difícil. Ambos habían crecido con la mentalidad de que los espectros eran malos y debían acabar con ellos. Pero Kou había conocido a dos que no le parecían malos e incluso los apreciaba mucho, era difícil de comprender luego de todos los pensamientos que se le habían enseñado desde pequeño. Pero con tiempo y paciencia logró hacerlo.

El corazón le dolía, ver cómo ocurrían tantas cosas que no podía solucionar o siquiera ayudar hacían que se sintiera la peor persona.

Cerró los ojos y pensó, lamentarse y llorar no le servían de nada. Debía comenzar a buscar formas de probarle a su hermano que los espectros buenos sí existían.

We'll never make it; MitsukouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora