一: Descubrir

741 44 0
                                    

El ajetreo en la casa de la familia Kamado se sentía en los alrededores, la razón de este pequeño desastre familiar es que se habían desvelado ligeramente haciendo mantenimiento al negocio familiar y habían ignorado los despertadores, como consecu...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El ajetreo en la casa de la familia Kamado se sentía en los alrededores, la razón de este pequeño desastre familiar es que se habían desvelado ligeramente haciendo mantenimiento al negocio familiar y habían ignorado los despertadores, como consecuente faltaba poco para abrir el local y que los hijos de la familia se fuesen a sus instituciones.
—¡Onii-chan! —gritaba la mayor Kamado, segunda del matrimonio, con sus ojos rosados mirando a su hermano mayor— ¿Puedes llevar a Rokuta y Shigeru? ¡Yo llevo a Takeo y Hanako pero con ellos también se me haría muy tarde!
—Tranquilízate Nezuko, yo los llevaré, el instituto queda cerca de la universidad —Nezuko soltó un pequeño bufido haciendo que Tanjiro riera, ahora tenía que estar sola en la preparatoria —. Te ves más tierna cuando sonríes.
Nezuko rió, iba a refutarle algo pero le llamaron sus padres así que tuvo que irse rápido de ahí, Tanjiro se fue por su lado a terminar de alistarse, se colocó una playera negra debajo de una camisa de cuadros negros y verdes, se acomodó los vaqueros y colocó un par de botas negras, se peinó de forma leve terminando de ajustarse con sus manos y salió. Buscó rápidamente a sus hermanos pequeños y salió rápidamente de la residencia Kamado despidiéndose de todos.
Iba caminando tranquilamente por las calles de Tokio, era temprano por lo que el ajetreo era poco, hablaba cosas con poco sentido con sus hermanos pequeños, buscaba hacerlos reír por sobretodo y que fueran con ánimo a aprender. Vio una cabellera rubia un poco lejos, haciendo que apresurara un poco el paso.
—¡Zenitsu! —le gritaba este estando más o menos cerca de él— ¡Hey! ¡Agatsuma! —el mencionado finalmente giró. Lo había escuchado al principio, y había oído sus pasos mucho antes, pero no quería rebajar su velocidad.
—Buenos días, Tanjiro, ¿hoy llevas a tus hermanos al instituto? —le preguntó el rubio al pelirrojo, esperando un poco que este estuviera a su lado —Buenos días, Shigeru, Rokuta. —les saludó él con la mano.
—¡Buenos días! —respondieron ambos niños soltando alegría.
—Eh, sí —comenzó a caminar a un lado de Zenitsu, los niños iban frente a ambos haciendo que ambos les mantuvieran el ojo puesto—. Despertamos tarde por estar limpiando la panadería y preparando todo para el día siguiente, y Nezuko  llegaría tarde, estaba por explotar.
—Pobre Nezuko-chan —Zenitsu soltó un suspiro casi inaudible—, quisiera ayudarlos en la panadería, Tanjiro, pero desde la desaparición de Kaigaku y que el estado del abuelo empeorase apenas me da tiempo a salir de casa.
—No tienes de que preocuparte, Zenitsu —palmeó ligeramente el hombro de su amigo en un gesto amistoso—, lo más importante es la intención.
Tanjiro se deslizó rápidamente al igual que Zenitsu, ambos rieron al recobrar la postura y mirar al pelinegro de mechas azules observarlos con una sonrisa satisfactoria. El chico de ojos verdes arreguindó sus brazos por sobre el cuello de ambos acercándolos
—¡Bien! ¡El entrenamiento del gran Inosuke-sama siempre funciona! —empezó a alabarse y de lo buenos que se habían vueltos sus secuaces, o compañeros.
—No tienes que llegar siempre así, Inosuke. —Tanjiro se soltó del agarre de Inosuke al igual que Zenitsu.
—¿Cómo que no? —el azabache soltó un bufido mirándolos a ambos —¡Si es gracias a mí que sobrevivimos hasta la universidad.
—No exageres, Inosuke, a Zenitsu sí pero a mí no me hizo mucha falta —rió el pelirrojo, mientras el rubio le lanzaba unas miradas de odio.
—¡Ya los dos! —exclamó él—. Tal vez Inosuke nos haya ayudado a sobrevivir, pero sin nosotros no sobrevivía a los exámenes —continuaba sus quejas el rubio siendo ignorado olímpicamente por el azabache, el pelirrojo los miraba riendo a ambos.
Sus hermanos al frente miraban muy extrañados ambos, sinceramente las amistades de su hermano mayor eran muy extrañas para ellos, se alegraron cuando vieron a los lejos su instituto, y apresuraron el paso haciendo que su hermano los siguiera y los dejara rápidamente en el lugar, se despidieron alegremente de él y entraron a su clase. Los tres amigos seguían su caminando con un volátil Inosuke metiéndose cada tanto Tanjiro y Zenitsu lograban hablar con normalidad.
—¡Hey! ¡Par de idiotas y Tanjiro! ¿Los llevo? —Tanjiro sonrió de forma inconsciente al escuchar la voz y se detuvo en seco al igual que sus compañeros.
—¡Makao! —gritó Inosuke y se trató de meterse al auto de la pelinegra por la ventana, Tanjiro lo sujeto junto a Zenitsu.
—Pensándolo mejor, sólo Tanjiro y Zenitsu. —la chica dentro del auto suspiro.
—Gracias por esto, Kanao. —Tanjiró abrió la puerta del copiloto y sentó en el puesto de este, miraba a Kanao con una sonrisa, Zenitsu e Inosuke fueron a los puestos de atrás.
—No es nada, vamos al mismo sitio, además debo buscar a Aoi, ¿no les importa?
—¿Que la bruja no se puede ir volando? —soltó Inosuke de golpe haciendo a todos a reír, Aoi era la mejor amiga de Kanao, pero se tenía una rivalidad con Inosuke y sus bromas entre ambos hacían reír a todos.
Kanao aceleró y fueron rápidamente a la casa de Aoi, iba hablando de manera tranquila con Tanjiro mientras atrás Inosuke roncaba semidormido y Zenitsu revisaba su teléfono, Kanao y Tanjiro observaron quien iba saliendo de su casa, rápidamente tocó la bocina haciendo que esta se detuviera y diera media vuelta, sonriendo. Fue corriendo a subirse al puesto del copiloto, encontrando a Tanjiro quien le sonrió, la ojiazul le lanzó una mala mirada y se fue a sentar a atrás, miró a Zenitsu en su teléfono y a Inosuke a un lado de este, al sentir la presencia de esta este se agitó.
—¡Bruja! —trató de moverse pero Zenitsu se lo impidió.
—¡Bestia! —iba a lanzarse contra él pero la sujetó Tanjiro y Zenitsu también se interpuso.
—¡Cálmense los dos! ¡Hay que llegar a la primera clase! —les recordó Kanao haciendo que Aoi subiera de golpe y apenas cerrase la puerta esta acelerara rápidamente.
Salió lo más rápido que tenía permitido haciendo que en unos minutos estuviera aparcando en las instalaciones de la universidad central de Tokio. Salieron como balas del auto hacía el aula donde tendrían la primera clase, saliendo de ésta dos horas después soltando suspiros, pensaban que era el profesor más pesado del lugar.
Se juntaron en una de las mesas de la pequeña cafetería del lugar. Tanjiro y Kanao se miraban furtivamente evitando a la vez la mirada del otro mientras Aoi y Inosuke se lanzaban unas miradas de muerte, todo esto con el pobre de Zenitsu en medio.
—Bien, soy la sobra. —chilló el rubio haciendo que todos rieran.
—Para nada, Zenitsu, eres el más indicado para controlar a esos dos —Tanjiro señaló a Inosuke y Aoi riendo, el rubio soltó un bufido haciendo reír a Kanao.
—Eso es cierto, controlas mejor a Inosuke que Aoi —comentó la ojilila soltando risillas.
El mencionado giró mostrándole la lengua a la pelinegra y sacándole el dedo de en medio a Zenitsu, al tiempo que recibía un golpe en la cabeza de Aoi, se quejó inmediatamente por esto y se iba a lanzar contra Aoi nuevamente siendo detenido por Zenitsu y levemente por Tanjiro.
—Contrólate animal, estamos en la universidad, no es igual que en la preparatoria —le reclamó Zenitsu, Inosuke soltaba bufidos continuos tratando de zafarse—. Estate quieto, cabeza de jabalí
—Ya, pero suéltame oxigenado. —se quejó soltándose del agarre, el rubio soltó un pesado suspiro y sacó su laptop de un bolso que estaba a sus pies.
—Cambiando de tema, ¿han visto las noticias? Parece que hay un grave aumento de asesinatos —dijo abriendo la laptop, entrando al navegador, tecleó algunas veces y luego la puso a la vista de todos en la mesa—. Además de que la mayoría son… excesivamente sangrientos.
—Sí, papá ha hablado de eso últimamente en casa, preocupa un poco así que no estoy saliendo mucho —comentó Aoi fijándose en las fotos que había mostrado Zenitsu.
—También dicen que los cuerpos de las fallecidos se encuentran, desechos, por decirlo de alguna forma, algunos sin brazos, otros sin piernas, los que hacen eso son psicópatas —musitó Inosuke sorprendiendo a Zenitsu y Aoi por su forma de hablar.
—Kanao. —habló Tanjiro, la mencionada posó sus ojos lila sobre los rojos de él.
—¿Hmm? —musitó ella en un hilo de voz— ¿Tanjiro?
—Ten cuidado cuando salgas, sé que sales tarde la farmacia por ayudar a tus hermanas, así que —posó una de sus manos sobre la de ella— ten mucho cuidado, también dile a Kanae y Shinobu que salgan más temprano.
Zenitsu soltó un bufido seguido de Inosuke y Aoi haciendo que la última se aclarara la garganta haciendo que las mejillas de Kanao se tornaran rosas y se cubriera la cara con ambas manos haciendo reír a Tanjiro y Aoi, Inosuke y Zenitsu solo miraban a su amiga esperando que algún día se declarara a la ojilila, de algún modo lo impulsarían, así Inosuke tuviese que llevarlo a empujadas frente a Kanao para ello.
—Volviendo al tema —musitó Zenitsu mirando a Tanjiro—, hay que tener mucho cuidado al salir, o al hacerlo no salir solos, siempre acompañado, cuida a Nezuko-chan, Tanjiro. —lo ultimo lo dijo amenazándolo con la mirada.
—Sabes que siempre lo haré, Zenitsu. —le respondió el pelirrojo.
—Voy a comprar una malteada, ¿quieren algo? —musitó Aoi levantándose del asiento, quedándose apoyada con los brazos en la mesa.
—Quisiera probar ese batido de galletas que están preparando —le respondió Tanjiro.
—Ya sabes de qué quiero el mío —musitó Kanao haciendo un orificio entre sus manos para que Aoi escuchara, eso hizo reír al pelirrojo y la ojiazul.
—Un juego de naranja, por favor —respondió Zenitsu al igual que Tanjiro.
—Puedes traerme una malteada de arándanos, bruja. —le respondió Inosuke gruñendo lo último.
—Ah no, puedes levantarte y buscarlo tú mismo, bestia —bufó Aoi y luego miró a los demás sonriendo—. Entonces, ya vuelvo con todo. —salió rápidamente de la mesa soltando risitas viendo como a Inosuke se le marcaban unas pequeñas venas en la frente.
—Esa bruja… ¡se va a quedar sin escoba! —y salió disparado como un animal detrás de Aoi, Zenitsu y Tanjiro suspiraron.
—En preparatoria eran peor. —rió Tanjiro.
—No me hagas recordar cuando se cayeron de las escaleras por andar peleándose. —Zenitsu rió al igual que el pelirrojo.
—No olviden que también trataron de pelear cuando los dejaron solos en la enfermería. —Kanao se unió a las risas.
—Y que por eso también tuvieron a amarrarlos a las camillas hasta que fueran por ellos. —Tanjiro no podía dejar de reír.
No había duda en la conexión que tenían Inosuke y Aoi, pero era más un amor-odio que un amor directo, y ahí sí que ninguno de ellos se metería.
Aoi llegó seguida de Inosuke, al parecer se habían controlado para no matarse en el camino y les entregaron a todos lo pedido, minutos después fueron nuevamente a clases y así tras mortales horas para sus oídos lograron culminar sus clases del día, iban en grupo nuevamente hacia el auto de Kanao, subiéndose tal y como habían llegado. Aoi no podía discutirle el copiloto a Tanjiro, sabía de los sentimientos de Kanao así que no se metería ahí.
Arrancó y fue dejando a todos en sus casas hasta quedar a solas con Tanjiro, iban distraídos hablando de cosas triviales como acostumbraban, bromas de ambos y demás hasta que llegaron a la panadería Kamado, que por la hora se encontraba un poco vacía.
Kanao iba a irse, pero Tanjiro la hizo bajarse del auto para que fuese con él a la panadería, suspirando entro a la panadería escuchando los gritillos de Nezuko y Hanako, quienes fueron corriendo rápidamente abrazandola .
—¡Kanao-chan! ¿Cómo estás? ¿El idiota de mi hermano te sigue molestando? —preguntaba Nezuko sin romper el abrazo, Kanao apenas pudo corresponder a ambas.
—N-No, Tanjiro nunca me molesta…
—¡Kanao-san! ¡Hoy hice dulces! ¿Quieres uno? —preguntó Hanako abrazando la cintura de Kanao, la mayor acarició el pelo de esta, Hanako miró arriba y vio a Kanao asintiendo, se fue rápidamente de ahí.
—Nezuko, no la dejas respirar —rió Tanjiro separando a su hermana de Kanao—. Cálmate, sólo venimos por unos dulces y luego saldré con Kanao, se está todo bien aquí claro, si me necesitan me quedaré.
—Espera, ¿saldrás conmigo? ¿Cuándo pensabas decírmelo Kamado? —Ella le miró mal pero con una sonrisa divertida. Tanjiró tomó su mano y la jaló con delicadeza hacía el mostrador.
—Cuando te dije que te cuidaras olvidé decirte que también te cuidaría, y hoy parece un lindo día para cuidarte. —cuando Tanjiro le dijo eso, Kanao se encontraba en otro mundo pensando que aún no había soltado su mano, sentía sus mejillas arder mientras veía la sonrisa del mayor de los hermanos Kamado hablar con sus padres y darles un poco del dinero que sacó de sus bolsillos.
Los padres de este le dieron una caja con algunas decoraciones, y Hanako se acercó de igual forma con una pequeña bolsita llena de diferentes dulces y galletas. Tanjiro llevó a Kanao afuera mientras se despedía de todos, Kanao lo hizo de forma un poco inconsciente, seguía asimilando lo de Tanjiro. Este por otro lado tomó las llaves del auto de Kanao y se subió el puesto de piloto, acomodó las cosas de repostería en los puestos de atrás y llamó a Kanao para que se subiera, esta le miró mal.
—Puedes pedírmelas ¿sabes?, no te iba a decir que no —se quejó, inflando sus cachetes haciendo a Tanjiro reír.
—Pero no te hubiese visto quejarte. —le respondió este picando los cachetes con sus dedos, haciendo a Kanao reír, finalmente Tanjiro encendió el auto y aceleró.
Tanjiro manejaba de forma tranquila los primeros minutos fue hablando con Kanao hasta que esta encendió el stereo, haciendo que ambos comenzaran a bailar, hasta que llegaron a una farmacia, Kanao no esperaba que Tanjiro fuese ahí, así cuando se detuvo le miró sorprendido.
—¿Vas a comprar algo? Podías haberme dicho y te lo llevaba. —le dijo Kanao bajándose.
—Eh, no, de hecho vengo a molestar un poco a tus hermanas. —le respondió Tanjiro, Kanao soltó una risilla.
—Un día van a envenenarte y no me van a dar el antídoto. —siguió ella.
—Lo sé, por eso hoy traje esto —se metió a la parte de atrás del auto y sacó la caja con pequeñas decoraciones—, esto me asegura que no moriré hoy. —ahora la risa de Kanao se volvió un poco más estridente, Tanjiro sonrío, amaba hacer eso.
Sin más preámbulo entraron al local, esperando la bienvenida ambas muchachas que atendían el lugar, una se encontraba frente a un computador y le otra organizando algunos estantes, al escuchar la campanilla de la puerta, ambas se asomaron.
—Bienvenido, ¿qué de… —la voz era de lo menor, una sonrisa, un poco tétrica para Tanjiro se vio en la cara de ambas, más en la de Shinobu— . Kamado-kun ¿qué te trae por aquí hoy?
—Kanao, te veo muy feliz, ¿pasó algo hoy? —preguntó Kanae, aunque no le quitaba la vista de encima a Tanjiro. —Tanjiro-kun, ¿qué traes?
—Es algo para que no maten, al menos hoy —ambas rieron por como lo dijo, el chico tomó la mano de Kanao sorprendiendo a la mayores y fue a la caja , Shinobu se acercó.
—Tanjiro-kun, si crees que puedes sobornarnos para aceptar tu relación con Kanao, estás equivocado. —musitó Kanae soltando una risilla, haciendo ahora a Tanjiro sonrojar.
—N-No es eso, no se hagan ideas —al menos no aún, fue lo que quiso decir,  pero sí lo decía si inmunidad dejaría de valer, dejó la caja sobre la mesa.
—Entonces, ¿para qué es? —musitó Shinobu intentando abrir la caja siendo evitado por Tanjiro.
Tanjiro quitó la tapa decorada de la caja, dentro de esta había un pastel de fresa, las mayores soltaron un suspiro ante él, Tanjiro sintió como apretaban su mano y miró a Kanao con un brillo en los ojos y sonriendo, sonrió para sus adentros.
—Es para ustedes pero— las tres le miraron— sólo si prometen cerrar más temprano, me preocupa que algo llegue a ocurrirles con los problemas que hay ahora.
Kanae y Shinobu sonrieron para sus adentros, sabían de la bondad del chico y todo lo que hacía por Kanao, además de haberla ayudado a superar todas sus inseguridades en la preparatoria y que fuese más abierta con las personas, lo querían como a otro hermano y siempre era recibido en la residencia Kocho. Las dos mayores asintieron.
—Había hablado algo así con Shinobu, además ya Kanao no puede ayudarnos como antes, sus estudios son más importantes —musitó Kanae—, ¡gracias por preocuparte Tanjiro, eres tan dulce! —Kanae se impulsó un poco y apretó las mejillas del chico, él suspiro.
—Está bien, ya debemos irnos, gracias por su tiempo, Kanae-san, Shinobu, voy a tener que pedirles que le guarden pastel a Kanao. —la mencionada se ruborizó, había olvidado que saldría con él, y más importante, tenía su mano.
—¿Eh? ¿Se van? Kanao, ¿vas a salir? —indagó bruscamente Shinobu, mirando de reojo a ambos, tenía un pequeña sonrisa en su cara.
—Eh… sí, saldré con Tanjiro a pasar la tarde, creo… —su rubor había incrementado, no sabía cómo explicarlo.
—¿Crees? —indagó nuevamente Shinobu. Le gustaba molestar a Kanao.
—Es que no sabe a dónde vamos, ni siquiera sabía que vendríamos aquí, estará allá antes de las 7, no se preocupen, tomen. —Tanjiro les aventó las llaves del auto, ante la vista de Kanao, ganándose una mala mirada de ella.
—Oh, es raro, pero bueno, suerte y cuídense —respondió Kanae luego de atrapar las llaves. Shinobu se despidió mientras se alejaba, Tanjiro arrastró Kanao de la mano afuera del local.
Kanao frunció el ceño y miró a Tanjiro quien le sonreía, no sabía cómo iba a mantener una discusión si le sonreía de esa forma.
—¿Por qué hiciste eso? —le regañó Kanao.
—Quería caminar contigo, es más tranquilo. —le respondió el de forma tranquilo.
—De igual forma Tanjiro, podríamos haber ido al centro comercial y caminar allá dejando el auto afuera, o al parque haciendo lo mismo. —refunfuñó.
—Oh vamos, no lo quites lo divertido. —aceleró el paso llevándola de la mano consigo.
La llevó sin soltar su mano, realmente se sentía cómodo, y pensaba que si Kanao no se había soltado era por algo, por lo que se mantuvo así el resto del trayecto. Llegaron a un parque donde habían unos niños jugando, otros chicos de alrededor de su edad y mayores, Kanao veía rostros conocidos que solían ir a la farmacia, al igual que Tanjiro reconocía algunos que iban a la panadería cuando él ayudaba, algunas les expresaban buenos deseos y les decían que hacían linda pareja, a lo que estos no hallaban la manera de negar y solo apartaban las miradas.
—Tanjiro, está oscureciendo —le comentó Kanao, mirando el firmamento—, deben ser alrededor de las seis, un poco más tal vez —soltó un risilla.
—Lo sé, vamos, te compraré algo y nos iremos. —le dije él, llevándola a una heladería cercana, algo tonto, lo sabía, pero a la chica le encantaba el helado de fresa.
—¿Es en serio, Tanjiro? —musitó ella entrando a la heladería detrás de él.
El pelirrojo sólo se alzó de hombros y le sonrió abiertamente haciendo que la chica devolviera en forma leve el gesto. Pidió ambos helados y salió, soltando la mano de la chica para que pudiese comer el helado más tranquila. Seguía hablando con ella de forma pausada, hasta que sus fosas nasales le indicaron de un olor que no acostumbra sentir seguido: sangre, fresca. Pasaban cerca de un callejón cuando sintió que era arrastrado, soltó un chillido, Kanao dejó escapar un pequeño grito, iba a correr, pero sus piernas no la dejaron, estaba estática.
Tanjiro sentía el dolor en su costado, lo habían arrastrado de forma brusca al interior del callejón y lo aventaron contra una pared, en ese momento agradecía haber entrenado tanto con Inosuke en preparatoria y tener una buena resistencia, además de tener experiencia en un mano a mano. Miró al agresor, sintiendo ganas de vomitar al verlo y sentir el olor, era putrefacto, sus ojos estaban idos, su piel corroída y desgarrada, su ropa hecha girones y estaba bañado en sangre, tanto seca como fresca. Devolvió la mirada a Kanao, esta seguía estática, el Kamado se preocupó.
—¡Kanao huye! —le gritó, haciendo que Kanao centrara su vista en él, y que lo que el denominó como demonio, fijara la vista en ella, Tanjiro se percató de esto.
El demonio se lanzó para abalanzarse sobre Kanao, siendo interceptado por Tanjiro haciendo que ambos cayeran a otro lado. Tanjiro se movía aplicando llaves que había aprendido de Inosuke, además de otras que había aprendido practicando y entrenando, escuchaba el crujir de los huesos, recibiendo múltiples rasguños en el cuerpo sin notarlo todo hasta que finalmente logró dislocarle el cuello, Tanjiro respiraba pesadamente, miraba a Kanao quien tenía miedo en la mirada, estaba perdida. Se quitó el cuerpo de esa cosa o persona y trato de reincorporarse, Kanao cayó de rodillas mirando el cuerpo inerte que Tanjiro acababa de quitarse de encima, ambos escucharon los crujidos de este viendo como se levantaba de forma pesada y lenta, al igual que Tanjiro.
—Malditos…
Habló, mirándolo de frente, con Tanjiro frente a él protegiendo a Kanao, pudo notar sus iracundos ojos y la sed de sangre que emanaba todo su ser. Se abalanzó contra Tanjiro haciendo que este le sujetase y la lanzase a la carretera con su propio impulso, se estrello contra la carretera, haciendo que los leves rayos del sol que se disipaban lentamente le diesen, disipando su cuerpo de forma lenta.
—¿Qué es lo… que acaba de pasar…? —musitó Tanjiro, desplomándose al suelo siendo sujetado por Kanao.
—Voy a llamar a Kanae-nee-san, Tanjiro, aguanta.
Kanao sacó su teléfono y marcó el número de su hermana mayor, sin quitar la vista de Tanjiro.
Este por otro lado elevó la mirada encontrándose con un cuerpo desecho, supuso que desgarrada por el demonio que acababa de encontrar, no podía ir con la policía porque tenía sangre encima, y la persona o cosa que lo había hecho se desintegró, ¿cómo lo explicarían? Los tomarían por locos a ambos, sólo debía explicarle a Kanae, y en parte a Shinobu, esperaba que no fuese tan largo, cerró los ojos por el cansancio y el dolor de las heridas, soltó un suspiro, desmayándose.

Este por otro lado elevó la mirada encontrándose con un cuerpo desecho, supuso que desgarrada por el demonio que acababa de encontrar, no podía ir con la policía porque tenía sangre encima, y la persona o cosa que lo había hecho se desintegró, ¿có...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El resurgir de los cazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora