三: Entendimiento

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Kanae y Shinobu cerraron la puerta del auto levemente, acababan de bajarse soltando risitas y burlas hacia los dos jóvenes que iban en los puestos delanteros, los cuales se lanzaban miradas furtivas con las mejillas de un color rosado, habían pasa...

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Kanae y Shinobu cerraron la puerta del auto levemente, acababan de bajarse soltando risitas y burlas hacia los dos jóvenes que iban en los puestos delanteros, los cuales se lanzaban miradas furtivas con las mejillas de un color rosado, habían pasado por una mañana ligeramente pesada y sorpresiva. Tanjiro sentía mucha vergüenza con Kanao, y esta sentía que su pequeño impulso por estar cerca de él había arruinado la forma de relacionarse con el pelirrojo, no sabía cómo hablarle.

Habían despertado por el constante golpe de flashes que golpeaban sus rostros, pestañearon hasta que los destellos dejaron de verse, para luego dejarse escuchar las risillas de Kanae y Shinobu. Giró a ver a s u costado, Kanao estaba adormecida, no había soltado su mano mientras dormía, coloreó ligeramente sus mejillas haciendo memoria de todo y viendo que las mayores tenían material para molestarle, no le quedó de otra, Kanao se talló ambos ojos suavemente con la otra mano, empezó a abrirlos lentamente, detallando primeramente al pelirrojo y luego mirando sus manos, soltándola y saliendo al instante de la habitación.

Tanjiro suspiró al oír el sonido de la bocina y ver a Aoi girar notando el auto de Kanao, cambiando su dirección rápidamente yendo a subirse al puesto de copiloto, viendo otra vez a Tanjiro y bufándole suave nuevamente, Tanjiro le sonrió algo incómodo, esperaba que Aoi le ayudase a aliviar un poco la tensión con Kanao. Kanao aceleró tomando nuevamente vía la universidad, la cabina seguía en silencio, Aoi no entendía absolutamente el por qué no hablaban, pero no quería meterse entre ellos. Finalmente Kanao aparcó en el estacionamiento de la universidad y se bajaron del auto, caminando juntos hasta el aula de clases a esperar el profesor. 

—Buenos días, chicos. —apareció Zenitsu, sentándose delante de Tanjiro ,dándole una mirada rápida a todos notando el ambiente, sonrió amargamente—. ¿Pasó algo?

—No tengo ni la más mínima idea —musitó Aoi— no estoy dentro del problema, pero de igual forma. Tanjiro ¿te metiste en una pelea?

A pesar de que los golpes en su cara eran leves y pudieron sanar en la noche por los cuidados de las muchachas, los que tenía en los brazos no fueron así, llevaba una chaqueta para cubrirlos y que no se notase tanto. Zenitsu arremangó la manga de la aquella chaqueta marrón oscuro, detallando las vendas y mirando inquisitivamente a su compañero, el cual soltó un suspiro. 

—Cuando termine la clase les explicaré todo, tengo mucho de qué hablarles. —respondió el pelirrojo desviando la mirada hacía Kanao, quien se encontraba mirando al frente esperando el profesor, más perdida en sus pensamientos.

—Está bien. —respondió Zenitsu. Escuchaba el sonido de unas fuertes pisadas que supo reconocer, esperaba que no hiciera una gran entrada.

—¡El gran Inosuke-Sama ha llegado! —exclamó él mechas azules en la entrada del aula, ganándose las miradas de los demás y sus amigos, restándole importancia los demás se acercó a donde sus amigos y la bruja se encontraban —. Están callados. Monitsu ¿qué demonios pasa ahora? 

El resurgir de los cazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora