El interés se gana

Capítulo 6. Dormida

Capitulo 6.

Dormida

Al día siguiente no nos levantamos a entrenar, nos habíamos dormido más tarde por estar conversando, podría decirse que los dos nos encontrábamos agotados mentalmente y físicamente.

Si no...¿Por qué otra razón amanecería mi pierna abrazada a la de él? Y de nuevo yo abrazada de él.

Aunque... Kakashi tiene un brazo rodeándome...

No pude evitar sonreír con complacencia, se siente tan bien despertar así con alguien.

Oh si... y ese aroma, de verdad me esta gustando mucho ese aroma, sin darme que cuenta hace que pegué más a el para poder aspirar mejor el olor de su ropa, ¿me pregunto si es la ropa la que huele así...o quizás?...

—¿Qué estás haciendo? – habló Kakashi

Oh cielos... trágame tierra y escúpeme en Iwagakure.

—Yo...- gire mi cabeza para poder verlo a los ojos- yo... no tengo idea...— respondí viendo a mis manos hacer círculos por los nervios.

—¿planeas que nos quedemos así todo el día? – dijo con su mismo tono despreocupado.

—No... yo... disculpa, no me di cuenta que te estaba abrazando, e estaba dormida- dije sintiendo como un calor recorría mi rostro.

De inmediato me separé de él, pero permanecí en la cama, el sol aun no salia debian ser como las cinco de la mañana

—¿quieres entrenar hoy? –

—La verdad es que no- tenia muchas ganas de seguir durmiendo en esa cama tan suave.

—Yo tampoco, ¿no sientes como si nos hubieran robado la energía?-

—Bueno es que nos dormimos más tarde-

—¿Qué propones? –

—Yo propongo- dije ajustando la alarma del despertador—dormir un poco más... tomé una almohada grande y la abracé.

Así no tendría otra escena incomoda.

— Así que buenas noches- y me acosté en mi respectiva orilla

—Buenas noches – dijo el por lo bajo y se acostó en su respectivo sitio, sin embargo comenzó a mecer los pies, eso provocó que yo sintiera el movimiento oscilatorio de la cama y por ende no me relajara.

—Kakashi...- dije como rezongo

—¿si?-

—Deja de mover tus pies-

—Lo siento, es que mi cerebro ya despertó-

—Pues dile que duerma un ratito más- dije dándome la vuelta

—No puedo...-

Suspiré audiblemente.

—¿Por qué no te das un baño para relajarte? –

—Yo creo que aún no-

—¿Desayunas?-

—No tengo hambre –

—¿lees?-

—Podría ser-

—o...-

—sabes...-
Algo me dice que este hombre no me va a dejar dormir tampoco.

—... a penas me doy cuenta que en mucho tiempo, no había vivido con alguien-

—¿y que tal? - dije fingiendo interés, —realmente moría por dormir.