Epilogo.

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Epilogo

Naruto regresó hace ya seis meses, cuando regresó se veía diferente, para empezar, se había cortado el cabello, lo segundo usaba una chamarra diferente y más elegante se veía que en su estancia en Sunagakure había madurado, probablemente se le pegó algo de la seriedad de Gaara.

Empezó a salir con Hinata  después de que tuvimos una misión diferente...

En resumen, fuimos a la luna a rescatar a Hanabi Chan y ahí comenzó el romance de esos dos.

Era obvio, pero Naruto es un tonto y eso no cambiará.

Kakashi y yo seguimos comprometidos y no pueden medir el nivel de alegría que me traigo desde entonces.

Tuvimos nuestra primera cita.
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——Flashback---

Seis meses atrás.

—Te prometo que haremos algo diferente fuera del edificio del Hokage. – decia conmigo en sus brazos, amaba verlo vestido de Hokage a estas alturas, lo encontraba adorable.

—¿Cómo qué? –

—Podemos ir a Cenar fuera después de el trabajo-

—Me parece-

Dije dándole un beso por encima de la nariz.

Cuando salimos del trabajo todos se nos quedaron viendo, Kakashi ya no usaba su túnica de Hokage si no el nuevo uniforme, andábamos de la mano y ambos bastante ruborizados.

Acostumbrarse a convivir con Kakashi no me había sido difícil, consideraba más un reto aprender a convivir con las miradas de la gente.

Recuerdo que cuando pasamos por la florería, Ino chan solo apuntó a levantar su pulgar muy al estilo de Guy sensei y pude ver una mirada algo siniestra en su rostro.

Por otra parte nos topamos con Kurenai sensei y la pequeña Mirai.

—¿Quién lo diría Kakashi? – el no contestó

—Felicidades Sakura, me alegro por ustedes dos. –

—Muchas gracias Kurenai sensei. – dije acariciando el cabello de la pequeña Mirai

—Nunca es tarde para abrirse al amor Kakashi, no le falles a Sakura. –

—Jamás- respondió bastante decidido, para mi sorpresa sentí mis mejillas arder como nunca.

Cenamos en un restaurante en el centro de la aldea, había olvidado lo rápido que Kakashi podía llegar a comer.

Realmente era más yo cenando a mi ritmo y haciendo plática y Kakashi contestando cuando le tocaba.

Terminando la cena nos dirigimos a los rostros Hokage, era gracioso ver el suyo ahí y a la vez me hacía sentir muy orgullosa.

Podíamos ver toda la aldea nocturna y era fascinante.

Me senté y dejé mis piernas colgando, quería apreciar la vista un largo rato.

El me siguió y también se sentó.

—¿sabes? Aun no me acostumbro a decidir por otras personas. –

—Puedo imaginarlo, pero lo haces increíble, creo que siempre estuviste preparado para este puesto. –

—No siempre, cuando era más pequeño, seguía las reglas al pie de la letra, no sabia trabajar en equipo. –

—¿De verdad? Pero si desde que te conocemos es lo que más has hecho énfasis que debemos hacer. –

El interés se ganaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora