4.Dame una Oportunidad

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Finlandia observó el caer de la nieve en su jardín frontal, más bien distraído. En otras circunstancias, habría estado extasiado por las épocas de celebración que implicaban el último mes del año.

Pero no podía sentirse feliz y pleno, no cuando el había sido causa de su situación: Suecia lo estas evitando.

Sin duda le había dicho a Berwald incontables veces que no era su esposa, o simplemente no respondía a sus declaraciones. El Sueco, que siempre había sido bastante intuitivo, notó que su comportamiento no estaba trayendo beneficio alguno (ni con sus intenciones románticas, o logrando que ambos forjaean una amistad más natural).

Berwald puso su bienestar sobre él, y dejó el tema por la paz; por supuesto, Tino se sentía más cómodo con una dinámica más pausada y menos insistente de parte del sueco. Pero...ahora que tenía un tiempo apenas con vistazo del otro en las reuniones, le había dado la serenidad suficiente para pensar sobre sus sentimientos.

¿Qué sentía él respecto a las proposiciones de Berwald? Al principio era vergonzoso; no tenía ni claro que tipo de lazo compartían. Habían otras cosas de las que ocuparse; y siempre detestó el título de esposa.

Pero no detestaba a Berwald, no tenía sentimientos negativos contra el hombre. Su vecino era alguien dulce, prudente, muy inteligente, y cariñoso si lo grabas ganar su afecto. Muchos lo malinterpretaban, como él alguna vez. El Sueco siempre veía por otros, y la situación actual donde le estaba dando espacio era el claro ejemplo.

De hecho, Tino se sentía bastante solo: extrañaba a Berwald más de lo que sopeso podía ser capaz. Es costumbre, pensó el finlandés evitando la respuesta verdadera.

Tino se rindió, y confrontó sus emociones que pasaban con sus recuerdos sin cesar en esos días.

Berwald siempre buscaba cuidarlo de alguna u otra forma, con las acciones del sueco hablando de su sentir en vez de palabras o grandes confesiones.

Cuando huyeron de la casa de Mathias, Berwald no tuvo dudas en levantar su espada contra el danés (por más que hubieran crecido y vivido juntos siglos atrás). Y cuando el escandinavo salió victorioso de esa batalla contra quien quería mantenerlos en la Unión, y él —demasiado joven en ese entonces— miró la escena con el miedo y la indecisión de involucrarse para ayudar al sueco, recibió la siguiente declaración, que recordaba con exactitud: "Lo siento Tino, debes tener miedo y hambre. Me esforzaré más para que estés mejor y no tengas que ver más de esto".

Y Suecia cumplió cada una de sus palabras. Sin embargo, él... Ni una respuesta clara a sus sentimientos se dignó a darle. Era un cobarde, decidió.

Así que tomando el teléfono, decidió tomar esta vez el control de la situación en sus manos. Berwald le había perseguido mucho tiempo sin ver claro, y ahora era su turno.

Se sintió ridículo de apenas haber enfrentado y reconocido sus sentimientos; era como un chiquillo que apenas entendía la razón de sus acciones (o porque se negó tanto a rechazar de forma clara las declaraciones de Suecia).

—¿Ber? Ah, es que quería invitarte a cenar conmigo aquí. Ya sabes que estos días preparo bastante —comenzó a hablar Finlandia cuando escuchó la voz de Berwald al otro lado de la bocina.

Esperaba que Suecia no pensara que quiere burlarse de él. Pediría, para que viera lo decidido que estaba, que le diera una oportunidad de probarle que sólo no había tenido voluntad de comprender la extensión de su cariño.

Había malinterpretado a Berwald en muchas ocasiones; ahora él debía buscar la oportunidad de alcanzar al sueco con sus sentimientos.

—Hay algo que tengo que decirte, Su...

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N/A: siento cualquier error, me ando durmiendo y lo escribí en el celular uwu

Seven Storms | SuFin [Hetalia oneshots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora