La última vez que Ash visitó Malvalona esta estaba cubierta de arena gracias a un Flygon. Ahora, cierto tiempo después, la ciudad lucía tan agitada y reluciente, como si nunca dicho incidente hubiese pasado. El azabache le relataba su aventura a May, quien recordaba haber escuchado tal evento en las noticias pero que nunca llegó a saber qué había pasado con aquel Flygon.
—... Ahora está en el invernadero con los demás Pokémon de Gou.
— ¡Quisiera visitarlo!
Malvalona, también, era la última ciudad que los jóvenes visitarían antes de llegar a Portual, por lo que ambos planearon buscar un restaurante para sentirse satisfechos y así seguir hacia su destino en lo que quedaba del día. A May esto le apenó un poco. No la idea de ir a comer, sino el hecho de que, en poco tiempo, Ash volvería a Kanto. Ella no quería separarse de su lado. Por otra parte, el entrenador de Pueblo Paleta tenía sentimientos encontrados: Estaba orgulloso de que May se diera la oportunidad de seguir adelante y volver a sonreír con genuinidad; sin embargo, ya no la volvería a ver en una larga temporada y eso solo hacía que él quisiera retrasar más el viaje.
Ya en el restaurante se dieron el festín de sus vidas en un vano intento de olvidar la tristeza que a ambos rodeaban. No dijeron palabra alguna y solo comieron hasta darse cuenta de que la gente se había puesto a su alrededor al creer que estaban en una competencia de comida. Avergonzados, terminaron por pagar la cuenta e irse. Dieron marcha hacia la salida de Malvalona para poder acampar y al día siguiente por fin llegar a lo que sería su destino final.
— Estos días han sido fenomenales. — susurra May de repente, cuando los dos yacían caminando por las calles de Malvalona en pleno atardecer. — No quisiera que terminasen.
Pikachu salta al hombro de la chica y la acaricia con sus mejillas. Ella lo abraza y le dice que lo extrañará mucho.
— ¿Tiene que terminar? — pregunta Ash, más para él mismo que para May, aunque esta termina escuchándolo.
Eran pocas las veces donde la ojiazul había visto a un Ash con una expresión triste, ¿era porque ya no se verían? Le costaba creer que a él le afectara tanto como a ella, pues la última vez que se despidieron no pareció, a sus ojos, haberle afectado tanto. Quizá nunca le tomó tanta atención como ahora, pues tenía esa idea de un Ash siempre alegre presente y el hecho de que él no se fijaría en ella. Este pequeño viaje le había hecho percatarse más en las expresiones del azabache y, nuevamente, la frase de Roxanne inundó su mente.
Así que, inconsciente o no, ella toma la mano del chico y la aprieta con suavidad, la suficiente para que él notara ello, y la vuelve a soltar.
— ¿Quizá quede una vacante libre para ayudar en el instituto Sakuragi? — dice con una sonrisa, tan esperanzadora que iluminan los ojos del entrenador.
— ¿Pero y los concursos? — responde Ash por impulso, preocupado más en la carrera de la chica que en la oportunidad de que se quede a su lado.
— Podría volver a competir en Kanto. Ahora que lo pienso, volver a esa región no está nada mal... sabes, cuando fui a verte allá después de nuestro viaje a Hoenn era porque quería viajar solo contigo, que Max apareciera no formó parte de mis planes, así que... ¿qué opinas?
Por supuesto que era algo que al oriundo de Kanto le fascinaba.
Entre tantos pensamientos alegres y tristes, esa nueva idea había logrado generar en los dos nuevas expectativas del futuro incierto. Podrían verse más seguido y pasarla bien pero, por sobretodo, estar juntos. Entre charlas ideando planes para eso, ambos chicos no se dieron cuenta de que cierta persona se paró frente a ellos. Cuando ya era demasiado tarde, los dos se quedaron sin habla.
Si lo hubiesen divisado antes, ¿lo habrían evitado?
Ahora que lo veía May, era imposible dar marcha atrás.
— Cuanto tiempo, May.
— Drew... — susurró la mencionada.
A ojos de Ash, la atmósfera entre los dos restantes era imposible de romper. Él no estaba seguro de si el tiempo se había detenido pero, de haberlo hecho, era un mal momento, ¿debía hacer algo él? May parecía perdida entre los ojos verdosos del coordinador. Este, a su vez, se notaba aliviado y alegre de ver a la chica.
El único que parecía no estar en sintonía ahí era Ash.
— ¿Estás viajando por Hoenn de nuevo, Ash? — volvió en sí cuando notó que el peliverde lo miraba con curiosidad.
— No... solo estoy de visita.
— Igual yo — responde mientras carga un ramo de rosas en sus brazos — Vine a visitar a unos familiares en esta ciudad. — se dirige nuevamente a May, quien no había dicho palabra alguna en un buen rato. — May... ¿podemos hablar?
— Sí. — responde débilmente — Ash, ¿podrías dejarnos a solas?
— Pero, May...
— Por favor — vuelve a decir la castaña — llámame cuando las carpas estén listas.
El entrenador quizo replicar, decirle que se quedaría por si algo pasaba, pero los ojos suplicantes y firmes de ella terminaron por hacer que solo asienta. Dio media vuelta y comenzó a caminar en dirección contraria. Sabía que ambos jóvenes tenían que cerrar de una vez el capítulo de sus vidas donde sus caminos se entrelazaban, por lo que él estorbaba ahí.
May suspiró al verlo irse, pero volvió su mirada a Drew.
Era hora de hablar.
Uff! Publicar luego del final de Ikari se siente bien uwu
No sé cuántas semanas le queden a esta historia, pero ya se diría que voy un 70% hecho 🤔 En fin, espero les haya gustado y nos vemos el otro domingo uwu
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Reparar tu corazón [Advanceshipping]
FanfictionQuizá un viaje, pensó él, sería un buen modo de ayudarla a lidiar con una ruptura amorosa. Quizá, pensó, su amiga se sentiría mejor. Lo que no pensó fue si sus sentimientos podrían seguir escondidos durante la travesía.