Ciudad Férrica estaba tal y como ambos jóvenes la recordaban. Los edificios dominaban cada rincón del lugar mientras se veía de reojo a las personas que iban y venían, relajados o estresados, en tan maravillosa metrópoli. Ash y May entraron a una de las tiendas más cercanas a comprar suministros necesarios para las próximas acampadas que tendrían, ya que los dos fueron incapaces de racionar las provisiones la noche anterior, terminando por comerse todo lo que habían empacado antes de iniciar su travesía.
— No pienses que me ganarás en el festival de comidas, Ash.
— ¡Eso lo veremos!
Entre risas, elegían las botanas que comprarían, fijándose de que el precio de los productos estuviese al alcance de su dinero. En ello, el SmartRotom del entrenador Pokémon comienza a sonar, advirtiéndole de que, en los alrededores, se encontraba algún retador del Torneo Mundial. Curiosos, los dos caminaron a paso rápido hacia la salida del recinto, dándose con la sorpresa de un tumulto de personas rodeando a una chica de largas coletas oscuras, quien los miró sorprendida al notar su presencia.
— ¿Ash y May? ¡Qué alegría volver a verlos! — La líder de gimnasio de tipo Roca, Roxanne, alzó una de sus manos y los llamó, alegre de verlos mientras atendía a sus fans escribiéndoles autógrafos y posando para algunas fotos.
Algunos minutos después, los tres yacían fuera del establecimiento y dirigiéndose a la escuela pokémon, donde la mayor era maestra. Esta había salido a comprar algunos dulces para sus alumnos quienes cada vez, según sus palabras, mejoraban más y más.
— Parece que uno de ustedes participa del torneo.
— ¡Yo! — se apresuró a decir Ash — No pensé que tú también estarías metida en ello, ¡hay que batallar!
— Por supuesto, siempre es un placer luchar contigo, Ash. — continuaba la chica mientras comía un dulce que compró para ella — ¿Te importaría si es en la escuela Pokémon? Mis alumnos estarán muy alegres de ver a un campeón en vivo.
— Jeje, aunque aún me falta mucho para ser un Maestro Pokémon. — el moreno sonrió, avergonzado. Pikachu se rio por esto.
— ¡Pero es un logro! — May se paró frente a él y le "reprochó" — Eres increíble, Ash, ¡estoy segura de que alcanzarás tus metas!
El azabache entonces se avergüenza un poco, mirando por unos segundos más a la joven hasta que evade su mirada por el sonrojo que comenzaba a formarse en sus mejillas y asiente levemente. La coordinadora sonríe y se pone a su lado continuando con la marcha. Roxanne, quien había sido testigo de dicho momento, se quedó sorprendida con la reacción de ambos.
— Ustedes, no pensé que por fin se volverían novios.
Ante esa frase, ambos jóvenes se terminan por sonrojar y mirar tanto a la líder como a ellos mismos.
— ¡No somos novios! — gritan ambos.
— Oh, mil perdones — se disculpa la pelinegra, no muy convencida — Cambiando de tema, ya llegamos: No te la dejaré fácil.
— Me ofendería si lo hicieras.
Roxanne entonces presenta a ambos con sus alumnos y estos gritan de la emoción mientras le piden a Ash realizar algunos cuantos combates con ellos, a lo que este accede luego de tener su desafío con la maestra. Posteriormente, tanto May como los niños se deslumbran por el poder que la líder y el entrenador dan a relucir en su batalla. La coordinadora se dedicó a ver la batalla de ambos, rememorando las veces que fue espectadora de cada triunfo de Ash tanto en Hoenn como en Kanto, aunque aún se encontraba un poquito apenada por la hipótesis de la especialista en tipo roca. Luego de un intenso enfrentamiento, Ash resulta ganador, consiguiendo acercarse cada vez más a su meta actual. Miró a May, por instinto, sintiéndose aún más feliz de observar como ella aplaudía por su victoria.
— Eres espectacular, Ash. — susurra la ojiazul, mientras Roxanne se acerca a ella para ahora mirar las batallas del azabache con sus alumnos.
Las dos jóvenes entonces empiezan a charlar sobre qué ha sido de sus vidas y ríen con anécdotas. En eso, Roxanne nota un leve sonrojo en las mejillas de May, quien se percata de que está siendo observada y mueve sus manos, nerviosa.
— ¿Sucede algo?
— Oh, nada, es solo que... recordé lo que dijiste hace rato. — suspira — Ash está tan enfocado en las batallas que no creo que se haya fijado en alguien alguna vez. — la coordinadora admiraba cómo el aludido y Pikachu vencían a cada niño que lo retaba para posteriormente darles un consejo — Pero está bien así, supongo, no le quita lo increíble persona que es.
— Humn, no estaría tan segura de lo primero — May mira a Roxanne con curiosidad, y esta vuelve a fijar su vista en Ash — ¿Nunca has notado cómo te mira?
Pero May no lo entiende, pues Ash siempre le ha visto así. Roxanne se da cuenta entonces de que la joven nunca ha pensado en la posibilidad de que el azabache sienta algo por ella y suspira impotente: no era asunto suyo.
Aunque... Podría dar un empujoncito.
— Esa es la mirada de un chico perdidamente enamorado de ti, May. Tómalo en cuenta.
La líder de gimnasio se retira de su lado, caminando elegantemente hacia los niños para evitar que estos sigan retando a Ash, quién podría seguir incluso hasta la noche. May vuelve a ver al joven de Kanto y una expresión de duda crece en su rostro. Estaba tan perdida en sus pensamientos que no nota cuando el oriundo de Kanto se acerca a ella.
— Una lástima, hubiera querido seguir entrenando — dice él al llegar donde la castaña — ¿De qué hablaban Roxanne y tú?
Aún con el comentario de la mayor en mente, May ve los dulces caramelos que tenía Ash por ojos desde una perspectiva que nunca tomó en cuenta. Siempre ha sentido que estos la miraban con ternura, pero creyó fielmente que se debía a que él la consideraba su alumna. Ahora, en el atardecer, estos aún seguían así, pero tenían algo, un sentimiento muy fuerte, quizá, que la hacían pensar que le ofrecían los brazos abiertos para dejarse llevar por el cariño que le transmitían. Hipnotizantes, mágicos, alegres... Toda una explosión de sentimientos que, ahora que recababa, él nunca se los dedicó a los demás.
— Cosas... Extrañas. — responde la coordinadora — No es importante, ¿Qué tal entrenar con tus futuros rivales?
Finalmente, se despiden de la líder y los niños mientras se alejan de la escuela Pokémon entre conversaciones sobre las batallas de Ash y estrategias en mente. Sin embargo, la duda plantada en la ojiazul comienza a agrandarse.
¿Acaso Ash...?
No, es imposible. Solo son ideas suyas.
Pero incluso si solo fuesen ideas... Espera que aquello que lo ojos de Ash transmiten solo sea para ella, y nadie más.
Enjoy it! Pasen una buena noche uwu
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Reparar tu corazón [Advanceshipping]
Fiksi PenggemarQuizá un viaje, pensó él, sería un buen modo de ayudarla a lidiar con una ruptura amorosa. Quizá, pensó, su amiga se sentiría mejor. Lo que no pensó fue si sus sentimientos podrían seguir escondidos durante la travesía.