LA BRECHA QUE NOS SEPARA

842 80 7
                                    

Izuku no entendía que fue lo que pasó. Había sido tan rápido que no había tenido ni tiempo de procesarlo.

¿Qué estaba pasando?

Hamada estaba sosteniendo a Steve del cuello mientras tenia puesta su arma en la cabeza de su amigo causando que comenzarán a tintinear los seguros de las tres granadas que llevaba en su chaleco. Steve estaba igualmente en shock, pues al igual que su capitán, tampoco lograba comprender que era lo que estaba sucediendo. Pasó en un abrir y cerrar de ojos; Hamada lo tomó del cuello y colocó su arma justo en la sien del rubio.

Izuku: Hamada, ¿Qué carajos crees que estas haciendo?

Izuku exigió una respuesta frente a lo que estaba pasando ante sus ojos, pues seguía hasta cierto punto desconcertado; aunque sin ser consiente de ello, estaba apuntando con su propia arma a Hamada. Esto se debía mas que nada a la costumbre de lo que normalmente haría en esa situación, pero sin importar nada, su cañón no estaba listo para soltar una lluvia de plomo

Hamada: Lo lamento capitán. Se suponía que todos ustedes morirían sin saber lo que sucedía, pero parece ser que todo se salió del plan.

Dijo Hamada ligeramente nervioso y ansioso. Una gran cantidad de sudor cubría su rostro, pero era difícil saber con certeza si era por la batalla anterior o si era por la situación actual 

Izuku: ¡¿De que mierda estas hablando?!

Izuku quería saber lo que sucedía allí y ahora, y lo iba a averiguar.

Hamada: Ellos me ofrecieron algo mejor

Izuku abrió los ojos de par en par. No creía lo que su compañero le estaba diciendo. Con esas palabras solo podía estar refiriéndose a una cosa que el chico de apenas trece años  en ese momento no quería creer, pero que sin dudas había salido de la boca de Hamada. 

Izuku: ¿Cómo que te ofrecieron algo mejor?. ¡Esto no se trata de venderte al mejor postor Hamada, se trata de defender a tu país!

Izuku quería razonar con el albino. Sin importar como lo analizara, nada de esto tenía sentido.

Hamada tenía una mentalidad en la que debía demostrar que era el mejor para evitar que lo pisotearan, pero eso no significaba que está situación estuviese de acuerdo con su forma de pensar.

Él además de apreciar las riquezas, también quería a sus compañeros y conocía al peliblanco lo suficiente como para saber que los tenía por encima de cualquier bien material.

Hamada: Pues que yo recuerde mi país no ha hecho mucho por mi. Lo aprendí desde que era niño; lo único que importa es el poder, y quien tiene dinero tiene poder. No sabes cuantas veces tuve que agachar la cabeza frente a los mas poderosos sin poder hacer nada. Este quirk de mis ojos funciona tambien conmigo, y cuando digo que no valgo una mierda para esas personas por las que peleamos, se que digo la verdad 

Izuku continuaba intentando analizar está situación.

Esas palabras que él decía, tenían sentido de acuerdo a lo que Izuku sabía de su amigo, pero algo le decía al peliverde que esto no cuadraba.

Steve: Idiota, será mejor que detengas esta estupidez.

El rubio quiso ser parte de la conversación, pues era su cabeza la que estaba en juego en caso de que las "negociaciones" no funcionaran. Steve lo sentía, estaba perdiendo mucha sangre, por la heridas que ya había recibido, y mientras mas tiempo se mantuvieran allí, mayor sería la cantidad que perdiera y por tanto, sus probabilidades de sobrevivir disminuían.

Hamada: Cállate. Tu tienes todo. ¡Nunca tuviste problemas de ningún tipo; tienes un quirk genial, una familia, lo tienes todo, así que no te atrevas a decir algo! Ahora capitán; baje sus armas o le vuelo la cabeza al rubio oxigenado. 

EN EL CAMPO DE BATALLA  (BNH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora