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『𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑰』

『𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑰』

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¿Debía usar maquillaje? ¿Qué outfit sería el adecuado? ¿Estaría bien utilizar agua de colonia o perfume? Cientas de preguntas se arremolinaban en Hatsumi mientras daba vueltas por su habitación. 

—¿Por qué me complico tanto? —se cuestionó, a la par que llevaba sus manos a su cabeza en signo de desesperación. 

Recibió un ladrido en respuesta, Fifi trataba de mantener a su ama en calma. 

—No sé cómo comportarme con él, ¿y si hago algo indebido que le moleste? ¿Y si dejo de gustarle? ¡Fifi ayúdame!

La perra movió su colita y segundos después corrió fuera de la habitación. 

—He criado a un monstruo piscis sin corazón —Hatsumi se volvió a su armario, dispuesta a tomar un par de prendas, cuando de pronto aparece de nuevo el dulce animal sosteniendo una correa en su hocico—. Fifi te pedí ayuda, no que me sacaras a pasear. 

La nombrada ladeó la cabeza sin entender a su dueña, ésta suspiró y antes de quitarle el objeto al can, se detuvo un segundo. Un foco pareció haber encendido dentro de su cerebro, revelando una idea que la hizo abrazar a la perrita. 

—¡Fifi eres una genio!

—Guaf.

///

Echó un suspiro profundo antes de llamar a la puerta. Hatsumi ya no se encontraba tan nerviosa, sentía que había elegido un buen vestido y un buen peinado para la ocasión, además de la compañía peluda que llevaba por si las cosas se ponían tensas. 

Tocó dos veces la puerta de madera con su puño, no tardaron mucho en contestar con un "Ya voy". Puso su mejor sonrisa y al instante en el que abrieron, la perra se abalanzó contra el sujeto de enfrente, tumbándolo sin mucho esfuerzo. Esto alarmó a la rubia. 

—¡Fifi, te dije que te portaras bien! —le regañó, fingiendo enojo. Todo estaba en sus planes. 

Neji yacía en el suelo con el animal encima, mientras éste le lamía el rostro incontables veces. 

—¿Fifi? —cuestionó el castaño, observando a la perrita. Un ladrido salió de el hocico de ella y Neji sonrió acariciando su cabeza—. Hace mucho no te veía, haz crecido mucho. 

Eso, muerde el anzuelo. Fifi y Hatsumi parecían estar conectadas mentalmente, la chica hizo una nota mental de probar algo psíquico para hablar con ella. 

—P-perdón por traerla, tenía que sacarla a pasear y pues... 

—No te preocupes, yo estoy muy feliz por verla. 

Como pudo, el chico se levanto y observó a Hatsumi. Ambos se encontraban nerviosos, sí que había sido un poco extraño verse nuevamente después de la última vez. La perra rogaba por atención de cualquiera de los dos, por lo que la rubia le llamó para acariciarla. 

SEGÚN LOS ASTROS || neji hyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora