Capitulo 2: La vida de Danara la sanguinaria

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Y así sucedió, Danara fue criada por ese clan de asesinos sedientos de venganza, por una venganza se cobraron vidas, felicidad de niños que tanto cómo ella fueron separados de sus padres con tal de volver a levantar el clan sanguinario con ellos, y si los niños nacieron aquí son duramente entrenados y presionados para sacar lo mejor de sí. Danara creció así, siendo entrenada, maltratada pero a la vez tratada mejor que los demás, ya que tenían que conservarla, tenía sangre sanguinaria y encima era una diosa, una de la profecía.
Danara era infeliz, aunque tres años haya tenido aún recuerda que su mamá creía en ella, sólo su voz recuerda de ese momento, ya no hay otro recuerdo de ese periodo de tiempo, sólo ese, el de una esperanza perdida.

Danara cuando llegó fue encargada a una joven del clan, llamada Nadí; esta era de gran y noble corazón, también había sido nacida fuera de la aldea olvidada, sólo que sus padres la abandonaron y ocho años de su vida vivió en las calles mendigando y siendo alimentada y vestida por quienes se apiadaban de ella. Hasta que Renna la recogió, al parecer la única niña no llevada a la fuerza, pero ella tenía una empatía enorme con los niños y con Danara se encariñó mucho, al punto de verla cómo una pequeña hermana menor.

Ahora ya habían pasado cuatro años después de esa desgracia, Danara tenía siete años apenas y había sido criada y entrenada como lo hacían en la épocas de guerra, sin piedad, con dureza y exigencia. Danara ya estaba harta de esa vida, odiaba la aldea, odiaba a Renna, odiaba tener que llevar sangre sanguinaria.
Aunque no fuese tan miserable materialmente cómo los demás niños que dormían amontonados, con comida apenas y con poco cuidado, ya que eran considerados débiles y sin valor, pero Danara era algo especial para la aldea, ella cuando crezca será la única que podría matar a Odín y levantar otra vez el imperio sanguinario, ahora más grande que el de Asgard; así Renna lo pensaba, por lo cual Danara tenía su propio cuarto, le daban comida respetable y agua, hasta le otorgaron el poder de la espada legendaria la cual ayudó con el levantamiento de Asgard sobre los mundos, esa espada la llevaba el capitán de los sanguinarios, la cual da fuerza y valor a quien la porta y la sabiduría para usarla. Se podría pensar que Danara la pasaba mejor pero no era así, incluso la pasaba peor ya que los entrenamientos eran tortuosos y probaban con ella cada castigo para ver qué tanto era resistente ante cualquier debilidad que hayan conocido en un guerrero, muchas las había pasado y es que tenía una resistencia fuerte y regeneración inmediata, a diferencia de los Vanir y Asgardianos que podían resistir heridas mortales pero necesitaban atención, Danara no, ella misma se curaba.

Amenaciendo estaba, el sol sólo podía iluminar el lugar pero no lo podía mejorar, ahí reinaba la sed de sangre y ambición, el sufrimiento y devastación. Danara estaba asomándose en la pequeña abertura de su habitación la cual era gris como calabozo pero mejor que las chozas de los demás niños, tenía una cama de paja y una silla, era lo único que decoraba su habitación. Danara fuera de lo infeliz que era, era una niña después de todo; le gustaba asomarse ahí y ver que hacían los demás, siempre veía aquellos niños que a veces parecía que fuesen más libres que ella porque a Danara se le prohibía jugar y disfrutar su infancia, y esos niños podían jugar de vez en cuando.
Elldiferencia de los demás niños de la aldea, ella era separada de ellos, no convivía ni hablaba con nadie de ellos, sólo en los enfrentamientos de prueba, pero nunca logró conocer directamente a ninguno. Había muchos niños, en ellos unos que resaltaban; Arie, uno de los pocos niños que había nacido y crecido ahí, el es algo importante en su aldea, ya que tiene una sangre reforzada con la sangre asgardiana ya que su abuelo era de Asgard, después está Sigrid, una de las más fuertes, no más que Danara pero si lo suficiente para resaltar entre sus demás compañeros; llegó incluso a ser una de las favoritas de Renna, luego está Daven, el menor de los ya mencionados, él resalta pero de una mala forma ya que es considerado el más débil, por lo cual sigue entrenado pero el tiene un cargo fijo y es el de limpiar armas y platos ya que "es para lo único que sirve".

Danara: La Diosa De La ProtecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora